Reseñar, deporte de riesgo

Con lo sencillo que es colgar en las librerías online las sinopsis que te mandan las editoriales, cuan difícil se hace encontrar un reseñador con el que coincidir en gustos y fiarse de él para tus próximas lecturas. Pensaba haber encontrado uno, pero de vez en cuando me venía con evasivas:

Lamentablemente, no puedo realizar una reseña específica del cómic «El azul es un color cálido» ya que no tengo información sobre dicho cómic en mi base de datos, que fue actualizada por última vez en septiembre de 2021. Es posible que el cómic en cuestión haya sido publicado después de mi fecha de corte o que sea un título menos conocido.

Así que me ha tocado salir de mi área de confort para buscar algo más concreto sobre la obra, y ha sido cuando me he topado con Diego García Rouco en Zona Negativa.

Ha sido una experiencia agradable, pues acostumbrado a tantas situaciones en las que la crítica se deshace en elogios o pullas a toro pasado cuando la obra ha triunfado o fracasado, se agradece encontrar alguien con valor para expresar su opinión antes que muchos, y que además sea acertada.

Pues en cuanto a la obra en cuestión…

Diego reseñó allá por 2017:

Julie Maroh nos muestra en El azul es un color cálido que no hay historia pequeña, que los sentimientos no tienen sexo, ni edad, que son una expresión de libertad que nadie debe, ni puede, controlar. Y lo hace desde un relato intimo, pausado, pero tremendamente emotivo y realista. Cualquiera que se haya enamorado por primera vez se sentirá reflejado, independientemente de su orientación sexual. Es una preciosa historia del primer amor, de autodescubrimiento y del transito a la edad adulta. Mostrando con sus alegrías y sus miserias. El miedo inherente a enamorarse de alguien y no ser correspondido. Y la conclusión que sacará cualquiera que no sea un patético homofobo, es que el amor es igual para todo el mundo. Todavía más si hablamos del primero.

El azul es un color cálido es una historia que debería estar en todos los colegios ya que explica con gran naturalidad la época de confusión que lleva al descubrimiento de la propia sexualidad y del amor. No pasará, ya que la sociedad en la que vivimos mantiene muchas ideas homofobas y una mojigateria sobre el sexo preocupante. El sexo sale en toda la obra, pero no de manera gratuita sino porque es algo que no se puede desligar del amor. Una historia que los intolerantes no se atreverán a leer no sea que les haga pensar en las personas LGTB como seres humanos y su miserable discurso se descubra como la arma de odio que es.

Eso fue en 2017, y lo único que se me ocurre decir es que desde entonces no hemos evolucionado mucho. Dentro 2023:

Quien quiera buscar la información tiene datos suficientes para encontrar las fuentes. Pero ya se sabe, que si el progenitor, que si los abogados, que si el adoctrinamiento, ya nos vamos acostumbrando. Y si bien en los medios que se hacen eco todos dicen más o menos lo mismo, tenemos que admitir que a la hora de encontrar un titular llamativo para los clics…

…todavía hay clases.

Aplaudible por tanto la clarividencia de Diego García (hasta le perdono que me hiciera ghosting en wallapop en abril de 2021 por un lote que vendía, pues no soy rencoroso), y un tanto a su favor para ganarse la confianza en ver qué más cosas recomienda. Y llegados a este punto es cuando caigo en la cuenta…

…de que si Abogados Cristianos hace también una búsqueda inversa para documentarse igual les sale una tarde distraída.

Que terminasen aprendiendo algo sería otro cantar. Como ellos mismos dirían, es que son de tebeo.