
Principio de autoridad
¿Tú eres ROB!? ¿Tú has hecho algo? ¿Has dibujado series en todas las editoriales? ¿Creado personajes que se son iguales a otros pero que no son los mismos? ¿Has anunciado pantalones? ¿No? Pues te callas.
Eso es lo que se llama principio de autoridad. Magister dixit. O en este caso, magister traxit. Ya es que se cansa uno de mostrar que ROB! no plasma la realidad, sino que interpreta la realidad, mostrándola llena de significados y simbolismos. Pero nada. Predicar en el desierto. Venga nada más que chalaos diciendo cosas del tipo: “¿Qué clase de camisa se está quitando?”. “Mira qué abdominales más raros”. “La perspectiva de la pizarra está mal”. “¿Qué coj$%& le ha pasado en las piernas?”
¿Qué importa que se esté quitando una especie de cortina morada (ah, morado, el color de la penitencia), cuando lo que importa es el hecho de que está despojando de sus ropajes, como una crisálida a punto de emerger del capullo? ¿Acaso los ojos de sus detractores están tan vendados que no ven en esta portada de Suprema, Supreme Sacrifice que ROB! está plasmando un grito de libertad femenina en contra de la represión y el castigo imperantes, representada por la pizarra de Bart Simpson? ¿Que la transfiguración de oruga a mariposa, de humano a superhumano, de colegiala a tía en mallas es un proceso doloroso y retorcido?
Pero no, cuando el sabio señala a la luna, el lego se queda mirando las abdominales.
¿Cuántas veces hemos salido a la defensa de este autor, del AUTOR, con argumentos pasionales y académicos, con educación y con bravío, para que sus detractores se escondan en el frívolo recurso de “es que no me gusta, está mal dibujado”? ¿Qué más hace falta para que lo comprendáis? ¿Qué más queréis? ¿Qué más hemos de hacer? ¿Qué queréis, mi sangre? ¿SU SANGRE? ¡AAAANNNGGG!
(…)
Nota de ADLO: Hasta este parráfo es lo que hemos podido rescatar del texto que el autor se hallaba escribiendo antes de caer víctima de un ataque nervioso. Lamentamos decir que según el parte de las 12:30 su estado no reviste mejoría. A pesar de la medicación, sigue hablando con las paredes diciendo cosas del tipo: “Son tus cabellos blancos, mujer, los que me sulibeyan” o “Abdominales… abdominales en lo profundo”.
Lástima del ataque nervioso del autor, porque no llegó a hablar de las piernas…
Sugiero que el paciente se abstenga de trabajar para Image y/o Liefeld.
No, espera, ése era el remedio…
Torres más altas han caído.
«Abdominales… abdominales en lo profundo».
Sí… he tenido la dicha de conocer a mujeres con esa peculiaridad, así que he sido bendecido directamente por las obras de ROB! (todavía no he encontrado mujeres con el cabello platinado, pero aún no pierdo la esperanza).
Bueno, en cuanto a las piernas, éso es para demostrar, como dicen, que «me doblo pero no me quiebro», es decir, ella no es un ídolo con los pies de barro, sino que siempre estará erguida e incólume, a diferencia de otras creaciones(¿cof,cof,DC,cof,cof?)
Pues yo veo que está bien de proporciones, tiene dos pechos y 8 abdominales, no como las tías esas de mi gimnasio que solo tienen 6 abdominales mal contados