Quien no traduce su pasado está condenado a repetirlo

ATENCIÓN: El presente texto puede contener IMPORTANTES SPOILERS sobre la Navidad, Papá Noel y Los Reyes Magos. Que cada cual lo lea bajo su propia responsabilidad. En caso de duda, lo mejor es no leerlo, como he hecho yo.

Juguetes basados en tebeos. Hace un tiempo era todavía novedad algo como los puños de Hulk o Transformers de Lobezno, pero entre las abundantes adaptaciones peliculeras, con su inevitable merchandising, y los anuncios en inglés al final de todos los tebeos de Panini, este es un tema al que en el último año nos hemos ido acostumbrando y, por tanto, inmunizando. Vaya, no siquiera son noticia ya los gadgets de la revista Marvel Rampage (que sí, que existe…supongo). Quizá por esto el detalle que he encontrado recientemente es más adliano si cabe.

Cuando oí que mi sobrino había pedido la Batcueva, no tuve ninguna duda, esa compra nos correspondía a nosotros y, a diferencia de cuando son colonias, foulards o zapatillas, me implicaría personalmente, sin delegar en la pareja. Lo hice movido por el interés de que la cosa saliera bien, pero también por curiosidad por conocer el artilugio.

Como en aquella película navideña de Gobernator, el juego no estaba en la primera tienda, ni tampoco en la segunda, en la que nos redirigieron a ver si lo tenían en la sucursal del otro extremo de la ciudad. Les pedimos que llamaran ellos en vez de ir nosotros, así lo hicieron y nos informaron de que sí, de que tenían y que no nos habían reservado ninguna porque les quedaban muchas. Ja. No, no, aunque nos hayan dicho eso iremos directos de un sitio al otro. Dos quedaban cuando llegamos. Por supuesto, cogimos la de detrás, como se hace con los tebeos. Se trata de una estructura alta con chorradas para que se peguen los Batman y Joker de la nueva serie animada. Mi pareja lo tiene claro, la coge y sale. Quieta, la caja es bonita pero leamos la letra pequeña. En efecto. «Figuras no incluidas«, da lo mismo que se vean las figuras en las fotos de la caja. Primera catástrofe evitada, la caja hubiera ido directa a envolver y hubiera terminado convertida en «La Batcueva de los Clics«. Hacen falta figuras. Mi pareja dice que le cojamos un Batman grande, como de 40 centímetros. No. En la caja dice que deben ser figuras de 13 cm de Mattel, si queremos que las proporciones sean como deben. Empiezo a alegrarme de haber ido. Una encargada nos indica dónde se encuentran las figuras, en el expositor justo encima de la Batcueva. Hay un Batman Luminoso, otro volador, otro con pistolón, con armadura…pero sólo hay de Batman. Ya había dicho de coger dos, un Batman y un malo, para pegarse como Diso manda. «Cojamos dos Batman» oigo. Mi sentido de la continuidad empieza a hacer chiribitas. NO, eso NO es canónico. NO PUEDE haber dos Batman al mismo tiempo, y menos haciendo de malo uno de los dos. Vale, podría si uno de los dos fuera Azrael, pero se supone que jugar debe ser sencillo y divertido. Pido figuritas de malo, de Joker sería lo ideal. Tienen, pero en el almacén, sin etiquetar. Pues cuando estén etiquetadas volveremos a por la Batcueva. O no. Así que van en un momento y nos traen la figura. Ras Al Ghul, claro, estamos todavía en campaña de Batman Begins. Bien. Salimos de la caja con la satisfacción del deber cumplido correctamente, y procedemos al rito de envolver las cosas con el bonito papel de regalo con el logotipo del centro donde se supone han ido los Reyes. Y mientras mantengo el Batman me fijo.

Es cada vez más corriente que las cajas vengan con las inscripciones en varios idiomas, de manera que sirva para varios mercados. Cuantas menos modificaciones haya, menos hay que invertir en esos retoques. Por eso cuando nuestra generación se extinga nadie recordará que Star Wars tuvo al principio un nombre en castellano. La caja del Batman trae las inscripciones que muestro en Inglés, Castellano y Francés. Muñeco de Batman Begins, manufacturado en 2005, entre las direcciones de la letra pequeña consta Mattel España. Juro que leerlo fue un puro Momento Novaro.


A partir de aquí, los pasos siguientes son previsibles, los habituales: filial española de la juguetera, la que de verdad factura dinero, apretando tuercas a editorial de los tebeos para mantener COHERENCIA en nombres, etc. Si alguien todavía piensa que lo de Mister Milagro ha sido una casualidad puntual, Bienaventurado sea.

Y no, no había muñequitos de Robin, mentes sucias.

14 comentarios en «Quien no traduce su pasado está condenado a repetirlo»

  1. ¡Bruno Díaz!¡Ciudad Gótica! Que bueno. Por cierto, en lo de electro-anvaal… habréis adivinado lo que mi sucia mente me ha hecho leer, no?

    JOTACEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!

  2. Yo lo marvel rampage la veo siempre en los quioscos, con sus juguetitos y todo.

    Y de Robin ¿no había muñequitos ni siquiera de la serie animada? ¿ni uno?

    ¿Uno pequeñito?

  3. Tal y como están las cosas, y después de haber oído en una conocida y número uno emisora de radio protestas porque «han dejado el nombre de Bruno Díaz en inglés, y no como lo conocemos de toda la vida…», cualquier cosa.

    Un saludín

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