La gente que sigue las aventuras de los héroes Marvel desde antes que se comercializaran camisetas con su logo suele hacerlo a través de publicaciones en papel. Historietas o cómic, que lo llaman. Son muy suyos e insistirán de que ellos ya los seguían antes de que fueran conocidos por el gran p´úblico.
La gran masa que alimenta la máquina de generar dinero de Disney/Marvel ha visto seguramente todas las películas, varias series televísivas, tiene al menos un par de camisetas, algún funko y en alguna celebración le ha caido merchandasing de la corporación. Un porcentaje importante de esta masa jamás ha leido ninguna historieta de esos personajes.
Al tratarse de areas diferentes de la empresa, este último hecho no tiene la mayor importancia. Mientras el balance global sea netamente positivo, lo que se gana por un lado puede apuntalar a lo que deje de ganarse por otro. El apartado papel, que no genera demasiado en el global pero a cambio tampoco cuesta mucho, sirve como banco de pruebas para generar conceptos que caso de tener buena aceptación se continuarán en las demás divisiones corporativas. Lo de los experimentos con gaseosa. Sin embargo a medida que el universo transmedia multipantalla antes llamado cinemático va creciendo y ganando en complejidad, se va aposentando en su público un concepto que en las historietas tiene mucho peso: la continuidad.
Muchos ser´án los que afirmen que la película Vengadores:Endgame ha marcado el clímax de emoción del Universo en la pantalla grande. Sin embargo hagamos la pregunta ¿cuántas películas previas es necesario haber visionado no ya para comprender, sino para no sentirse perdido con Vengadores:Endgame?
La de Infinity War seguro, la segunda con Ultrón igual no hace falta, la primera mejor sí, y para Thor bastaría con Ragnarok y para los Guardianes solamente la primera, y ¿algo de Spiderman, algo de Ant-Man, tal vez Pantera Negra?
El éxito de las películas posibilitó que a su amparo surgieran diferentes series de televisión en diferentes canales lineales y en las emergentes plataformas. Lo que se contaba en las películas tenía influencia en dichas series, pero el caso a la inversa no solía darse. Las series televisivas podían tener un impacto unas sobre otras (vease el Netflixverso y sus Defensores), pero lo narrado en las mismas no era imprescindible para la comprensión de los largometrajes.
Hasta que los hábitos de consumo, visto que el precio de una entrada de cine es superior al abono de un mes de cualquier plataforma, junto con una pandemia que nos ha tenido enclaustrados durante bastante tiempo, han invertido la tendencia. El esfuerzo invertido en las series Marvelianas desde que se crean para su emisión en plataforma propia hace que ahora mismo la nueva hornada de películas (no cuento la que está por estrenar de los Eternos, pues otra vez la pandemia ha descuadrado las fechas programadas de estrenos en cines) de la nueva fase de Marvel dependa muy mucho de lo contado en Wandavision, Loki y compañía. Que saldrá el Doctor Extraño en una de Spiderman, dirá algo y todos en la sala menos tú se reirán, y es que tú no pillarás la referencia por no estar abonado al plus.
La continuidad es rebelde y puñetera, te habrás visto todas las películas dos veces y aún te faltará material por estudiarte para saberlo todo.
Eso es algo que con las historias en papel no pasa. Lo que está impreso permanece. Puede chirriar, por supuesto, pero lo que sale impreso queda establecido como canon. Por eso el marvel zombie, aquel que todavía compra y lee en papel, se siente seguro y confiado, cómodo en sus inmutables grapas y tomos. No le hace falta nada más.
Lo que pasa es que una de las premisas del marketing es estar siempre atrayendo con cosas nuevas, no hay que acomodar al consumidor, hay que presentarle nuevos estímulos de manera constante, crearle necesidades nuevas. Y llega un momento que sin darse cuenta pueden trastabillar a la vez las dos patas sobre las que se sostiene el negocio.
La parte multimedia ha tenido desde sus inicios un reto: trasladar a las pantallas y dispositivos la versión digitalizada de las historietas. Volcar a los dispositivos literalmente toneladas de material. Las hemos tenido estáticas, o semianimadas, o con visionado viñeta a viñeta, pero la experiencia nunca ha sido del todo satisfactoria. Son formatos diferentes, es el equivalente a proyectar las páginas de una novela sobre una pantalla de IMAX. Las letras y los párrafos estarían ahí, pero no es lo mismo. Pero era algo que tenía tanto potencial que los creativos siguen dándole vueltas, Se trata de cogerte con una suscripción más.
Con lo que una vez más han inventado el tebeo escrolleable. Lo nuevo de Marvel Unlimited para su aplicación son historietas exclusivas para el formato, y uno de sus alicientes es que están pensados para ser leidos con un scroll vertical. Nada demasiado novedoso hasta aquí, tanto Marvel como DC han sacado cosas digitales de diferente ralea, algunas de las cuales incluso han llegado a salir en papel algo más tarde (vease por ejemplo las historietas de la revista barata de ECC, la que se supone detallaba novedades hasta que tuvieron que sacarle un suplemento con el pdf de novedades), cosa que ahora con ese formato ya no será posible.
Tampoco es grave, pues suele tratarse de aventuras que aunque realizadas con oficio no tienen trascendencia. Pero ¿y si..
¿Y si resulta que la primera tanda de episodios exclusivos te cuenta una aventura de Lobezno ambientada en la época actual Krakoana y sus artífices son Jonathan Hickman y Declan Shalvey?
¿Y si resulta que para la siguiente historia te cuentan alguna historia trascendente de un personaje menor del universo mutante?
¿Y si para más adelante cuentan algo interesante, trascendente y con autores apetecibles?
¿Y si llega un día que para entender lo que sucede en tu historieta en papel necesitas consultar lo sucedido en una publicación digital que no puede tener en su equivalente impreso?
¿Cómo quedarán entonces nuestras creencias en aquella continuidad inmutable? y si nuestra fe en la misma se resquebraja ¿seguiremos consumiendo igual?
Llegamos a un situación dicotómica frente a ese nuevo material. O por muy bien hecho que esté resulta intracendente y por tanto innecesario ¿va alguien a consumir algo innecesario a sabiendas (pregunta retórica, no responder, que si no chafa el razonamiento)? o por otra parte, se trata de algo de peso e importancia para la continuidad, pero con el handicap de que el lector exclusivo de papel no lo tendrá, lo que terminará perjudicando su experiencia ¿va un marvel zombie a seguir consumiendo historietas a sabiendas de que por mucho papel que consuma no tendrá todas las piezas para disfrutar la lectura?
Y es que la continuidad es al mismo tiempo gancho para retenerte y losa que si acumula demasiado peso aplasta. Un equilibrio delicado que hay que mantener sin que nada cambie pero dando sensación de movimiento.
De momento los digitales van saliendo. Veremos qué pasa.
Y en caso de duda, mejor pasarse a DC, donde todo es más sencillo.