La multidimensionalidad ha sido un asunto reciente y, quizá, demasiado explotado en los cómics. Y fuera de ellos.
En realidad es un poco excesivo centrarse en los cómics cuando todo el mundo sabe que la idea de la Dimensión Espejo con personajes malvados es tan habitual que Star Trek hizo Mirror, mirror en 1967 y Doctor Who hizo Inferno en 1970. Y no estamos hablando ni de los primeros en decidir lanzarse a ello.
En los cómics, series de animación y todo lo demás ha sido tan habitual que cuando lo llevaron al cine ni pestañeamos. Y según fueron haciendo más películas no es que no pestañeáramos, es que no fuimos ni a verlas.
Así que es normal que ahora que están dándole vueltas en los cómics y diciendo que lo mismo lo van a usar para relanzar la continuidad (pero espero que de la James Bond se encargue Emilio uno de estos jueves) no puede más que bostezar.
Hemos llegado ya a ese punto en el que somos perfectamente capaces de saber a qué se refieren. Lo hemos visto tantas veces, en tantas películas distintas, que en cuanto un periodista sube una imagen:

reconocemos de inmediato la referencia:

Vamos que si conocemos la Dimensión X. Mejor que Felipe González.
[Editado: Por lo visto hoy la referencia que tocaba era a Jar Jar Binks, pero es que no nos salía del Naboo.]

Eso, ¿cuánto de grueso y largo es el asunto?
Pues depende, ¿en qué quieres que lo midamos?
Mmm… En dedos.