Ah, el idioma francés, tan hermético él, tan rico en matices, tan plagado de posibilidades en cuanto a juegos de palabras, giros, chascarrillos. Cuando uno cree tenerte dominado, bien sea por haberte practicado leyéndote y hablándote, o bien por emplear el traductor de Google…
…siempre, siempre consigues sorprendernos. Menos mal que tenemos quienes nos lo expliquen.
Y con esto os podéis quedar dándole vueltas hasta mañana. Es lo que tienen los idiomas intelectuales.
¡Jajajajaja! Con las dos últimas viñetas y el pie de página puedes hacer un bucle infinito. ?
Pues ya tenemos un Picadlo.