Nuestra historia comienza cuando un pilluelo callejero intenta robar los tapacubos de la furgoneta de los Archies
Si hubiera sido Bruce Wayne el que diera con el niño ya le habría puesto unos pantaloncitos cortos y un antifaz, pero lamentablemente Archie y sus amigos son muchos menos interesantes y el pequeño Harold les tiene que explicar que necesita comprar leche para sus hermanitos porque su padre está en el paro
Por suerte está allí Sabrina, la bruja adolescente, que va a usar sus poderes para el bien
Sabrina, como ciudadana ejemplar, sabe que no hay que regalar pescado a los andaluces, que hay que repartirles cañas. Y por eso en vez de dar dinero o alimentos al niño (¡mamandurrias!) lo que le da es un equipo de limpiabotas
Y allí se va el pequeño Harold, que se marcha contentísimo a contar a sus padres que ha dejado de ser un vago y un maleante para convertirse en un orgulloso emprendedor
[Viñetas de Sabrina the teenage witch nº3 (1971)]
Eso sí, primero que entre en el vehículo de los desconocidos, a modo de agradecimiento…
Vamos, que ahora en vez de robar tapacubos, Harold roba las cajas de limpiabotas nuevecitas que se va encontrando por ahí. Una clara mejora, desde luego.
ijaputa la Sabrina…
¿Sabrina vota C’s?
¿Trabajo y explotación infantil?…
Un uniforme de pionero es lo que el chaval necesita.