Los secretos de la invasión secreta (III)

Nos llegan noticias terribles de nuestro topo en Marvel. Al parecer, Quesada decidió abandonar su exitoso régimen de repente justo cuando el infiltrado estaba revisando su escritorio a ver si encontraba algo interesante. Según están contando los propios trabajadores de Marvel en foros de cómics hiperconocidos como el foro de Adlo! en Dreamers, Quesada pilló a nuestro hombre in fraganti fisgando en sus papeles, empezó a echarle el puro padre, se fue poniendo rojo, rojo, rojo e hinchándose y… se lo comió. Enterito. Ni los huesos ha dejao.

Afortunadamente, mientras Quesada se entretenía con sus extremidades inferiores, nuestro hombre pudo echar un último documento de la mesa de Quesada en el fax y enviárnoslo. Desde Adlo! queremos decir que no abandonaremos a su mujer y sus siete hijos a su suerte, así que a pesar de no cumplirse todo el tiempo de nuestro acuerdo con su difunto esposo y padre, les enviaremos las dos bolsas de pipas prometidas (bueno, bolsa y media, que Sark ha picado un poco de una). También queremos dejar claro que deploramos la actitud de la policía, que ha dicho que al no haber cadáver no pueden acusar de nada a Quesada. ¡Y luego nos quejamos de la policía española!

Aquí os dejamos el trabajo póstumo de nuestro topo. DisfrutAdlo, no sin antes lanzar una oración por el alma dulce y generosa de  nuestro fallecido ladrón de información confidencial.

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No pienso repetirte lo que tienes que hacer si no lo ves lo suficientemente grande

2 comentarios en «Los secretos de la invasión secreta (III)»

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