Menos mal que nos quedan ellos

Viviendo como vivimos en una sociedad basada en el raciocinio, damos poca trascendencia en nuestro proceder social a lo que "únicamente" llena nuestro espíritu. Pero lo cierto es que no podríamos sobrevivir sin nuestra ración periódica de alimento espiritual, y aunque esté mal decirlo, sabed cual es una de nuestras grandes carencias actuales : la falta de vocaciones.

Es lo que hay y tenemos que apechugar con ello. De poco sirve preguntarnos nuestra identidad, nuestro origen o nuestro destino ante la adversidad si nuestro conocimiento no está sustentado por una verdadera Fe. Y nuestra sociedad va careciendo de ella.

¿De quién es la culpa? podríamos acusar y luego callar, pero no hay motivo para ello ¿de la sexualización de las historietas, de la competencia con otras ofertas audiovisuales, de la estrechez infantiloide de algunos contenidos? Sea como sea cada vez somos menos gatos, pero en este desierto de valores todavía perdura un reducto de personas que son portadoras de las ideas que llevamos tiempo difundiendo desde aquí y que lloro de gozo al ver que ha conseguido calar en alguna parte.

En Portugal. Allí la vocación les sale por las orejas.

(y quien dice Portugal dice territorio lusoparlante, mayoritariamente Brasil)

El portugues, ese idioma bonito y directo.

Pero no me he basado en sus historietas o ediciones para valorar su compromiso con la Palabra Verdadera, no, esta vez he ido a estudiar al verdadero motor de la industria: al público. Y he podido comprobar su alto nivel de implicación con la Causa. Un repaso aleatorio a las tesis doctorales redactadas en idioma portugues nos muestra de forma clara la gran cantidad de ellas que están relacionadas con la historieta. Aquí en cambio conocemos la de Rafa Marín y gracias.

Sin embargo, allá podemos encontrar desde lo más clásico…

No, no estoy llorando, es que se me ha metido algo en el ojo, que me hace que brille…

¿Sabéis si Ryanair tiene vuelos hasta allí, sea donde sea exactamente allí?