The New40 (10)

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(por El Torres)

Principio de autoridad

 ¿Tú eres ROB!? ¿Tú has hecho algo? ¿Has dibujado series en todas las editoriales? ¿Creado personajes que se son iguales a otros pero que no son los mismos? ¿Has anunciado pantalones? ¿No? Pues te callas.

Eso es lo que se llama principio de autoridad. Magister dixit. O en este caso, magister traxit. Ya es que se cansa uno de mostrar que ROB! no plasma la realidad, sino que interpreta la realidad, mostrándola llena de significados y simbolismos. Pero nada. Predicar en el desierto. Venga nada más que chalaos diciendo cosas del tipo: “¿Qué clase de camisa se está quitando?”. “Mira qué abdominales más raros”.  “La perspectiva de la pizarra está mal”. “¿Qué coj$%& le ha pasado en las piernas?”

 

¿Qué importa que se esté quitando una especie de cortina morada (ah, morado, el color de la penitencia), cuando lo que importa es el hecho de que está despojando de sus ropajes, como una crisálida a punto de emerger del capullo? ¿Acaso los ojos de sus detractores están tan vendados que no ven en esta portada de Suprema, Supreme Sacrifice que ROB! está plasmando un grito de libertad femenina en contra de la represión y el castigo imperantes, representada por la pizarra de Bart Simpson? ¿Que la transfiguración de oruga a mariposa, de humano a superhumano, de colegiala a tía en mallas es un proceso doloroso y retorcido?

 

Pero no, cuando el sabio señala a la luna, el lego se queda mirando las abdominales.

 

¿Cuántas veces hemos salido a la defensa de este autor, del AUTOR, con argumentos pasionales y académicos, con educación y con bravío, para que sus detractores se escondan en el frívolo recurso de “es que no me gusta, está mal dibujado”? ¿Qué más hace falta para que lo comprendáis? ¿Qué más queréis? ¿Qué más hemos de hacer? ¿Qué queréis, mi sangre? ¿SU SANGRE? ¡AAAANNNGGG!

 

(…)

 

Nota de ADLO: Hasta este parráfo es lo que hemos podido rescatar del texto que el autor se hallaba escribiendo antes de caer víctima de un ataque nervioso. Lamentamos decir que según el parte de las 12:30 su estado no reviste mejoría. A pesar de la medicación, sigue hablando con las paredes diciendo cosas del tipo: “Son tus cabellos blancos, mujer, los que me sulibeyan” o “Abdominales… abdominales en lo profundo”.

The New 40 (17)

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(por J.D.)

Si hay algo de lo que está lleno el mundo es de culos… y de opiniones. Porque todo el mundo se cree un experto y suelen criticar todo lo que se les pone por delante. Ya pasó con Picasso, o Van Gogth… y mirad ahora, son considerados maestros.

 

Y esta ilustración del maestro Liefeld es un claro ejemplo de su buen hacer, su diseño y estructuración de una imagen.

 

Al fondo el que más ocupa, para que no moleste pero se le vea completamente. Unas grandes manos, unos grandes brazos y unos grandes pies para que se aguante sólidamente, porque esa es la palabra que queremos que al lector le venga a la mente al ver por primera vez la ilustración. Un equipo sólido, un grupo cohesionado y con un guardaespaldas acorde con las circunstancias. Que además, como broma adicional nos da la espalda como queriendo decir No os temo.

 

En primer plano tenemos a la mona de turno, deferencia para los más pervertidos, que además vuela como si fuera un ángel. Y los pies orientados hacia abajo para seguir con esa gran sensación de que está flotando en el aire sin ayudas. Pero no nos quedamos ahí con los detalles metafísicos que este gran artista incorpora, ese triángulo rojo en el pecho, donde está su rojo corazón, apuntando hacia sus abdominales, al igual que la parte inferior de su traje con un claro mensaje: Cuida tu corazón haciendo abdominales. Y si todavía no has entendido el mensaje alza los brazos mostrando sus músculos para seguir emitiendo el mensaje: el ejercicio es bueno.

 

Entre el guardaespaldas y el ángel tenemos al resto del personal con sus propios mensajes. Por un lado formando un triángulo, la Santísima Trinidad.

 

Un arquero que rinde homenaje a Lobezno, personaje con el que el autor comenzó a trabajar, poniendo tres flechas en sus manos como si fueran tres cuchillas. No se engañe querido lector, eso es un homenaje, y no las portadas que dibuja el Byrne calcándose a sí mismo.

 

Tenemos otro personaje femenino que está listo para la acción como si fuera una atleta de 100 metros lisos, otro claro mensaje sobre lo sano que es el deporte, pero sin olvidar su profesión de superhéroe y por eso lleva esos guantes en otro claro homenaje a un clásico personaje, Batman.

 

Por último, pero no menos importante, el misterioso enmascarado que debe haber en todo grupo. Este personaje manda claramente el mensaje que no sólo los sanos pueden hacer deporte sino también los discapacitados, como se puede ver con ese brazo biónico o que oculte su identidad, porque él no es importante. Lo es el mensaje: tú puedes.

 

¿Cómo puede nadie criticar esta obra de arte maestra con mensajes metafísicos que tratan de ayudar a la sociedad sedentaria norteamericana? Un mensaje universal, dado que también los españoles pueden entenderlo… incluso los franceses.