Los auténticos cambios pasan desapercibidos. Así es como el siglo XX vio evolucionar el status de la mujer en la sociedad occidental: sin sobresaltos, pero poco a poco pasando de madre de familia y guardiana del hogar a eficaz secretaria y asistente de los hombres importantes y más a tarde a trabajadora. Sin una gran revolución, sin fuego por las calles.
A día de hoy, un cambio como ese recorre el panorama televisivo nacional. Sin que demasiada gente le preste atención, un pequeño programa de televisión ha comenzado su andadura sin que nadie se haya percatado de que es el inicio de la evolución de la pantalla pequeña. A partir de ahora, nada será igual. La televisión que vean tus hijos no tendrá nada que ver con la televisión que vemos nosotros, no. Este pequeño programa lo cambia todo. ¿De qué programa os estoy hablando, os preguntaréis? Pues ni más ni menos que de…
…¡¡¡21 DÍAS!!!
Como el programa lo pasan algunos viernes por la noche, seguro que muchos de vosotros no sabéis de lo que va (especialmente los que aprovecháis el Friday Night para emborracharos con los amigotes en vez de seguir la actividad artística de vanguardia, vergonzosos infieles). Pues os hago un resumen rápido. El programa consiste básicamente en que una periodista 2.0, de esta magnífica generación de plumillas que tenemos ahora, elije un tema que estudiar pero, en vez de documentarse (buscando datos, entrevistando a gente), hacer un análisis de la información conseguida y presentarlo al público para que éste saque sus propias conclusiones haciendo uso de su capacidad crítica , lo que hace la periodista 2.0 es liarse la manta a la cabeza, maltratarse físicamente de alguna manera relacionada con el tema y conseguir unas promos geniales para su cadena. Sí, amiguitos, no hay nada más vanguardista y ultramoderno que ver como Samanta Villar, para estudiar el problema de la anorexia lo que hace es… quedarse 21 días sin comer. Un periodista clásico nos hablaría de los orígenes psicológicos de la enfermedad, de la dificultad del tratamiento, de las consecuencias brutales que tiene para los enfermos. Pero eso no es moderno, eso no es vanguardista… ¡eso no es periodismo 2.0! Así, Samanta Villar, como estandarte de su generación, estudia la anorexia dejando de comer durante 21 días y ya está. Limitándose a grabarse mientras pierde masa corporal en una habitación de su casa o del hotel correspondiente. Con dos cojones. Así el público puede observar como una persona se somete a una autotortura masoquista y no aprender nada sobre ningún tema en concreto. ¡Y sin ver ninguna serie española! La revolución, oiga…
La cuestión es que, teniendo en cuenta el interés creciente que el mundo normal dedica al mundillo, cuánto tardará Samanta Villar en hacer un 21 días friqui. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar para que Cuatroº anuncie el especial…

¿Nos llevaremos los aficionados la gran alegría de poder ver un…

¿Aguantaría Samanta Villar…

¿Resistirá Samanta Villar el estrés de…

Y por último, ¿se verá la psique de Samanta Villar reducida al nivel de una babosa babeante tras pasarse…

¿Quién no querría ver a Samanta Villar dando respuesta a éstas y muchas otras cuestiones? Anímaos y proponed las vuestras en los comments. Me comprometo a hacérselos llegar. Personalmente. La próxima vez que me la encuentre por la calle. O algo.
