Mi lista de DCos (presentación)

Todavía pueden pasar muchas cosas en geopolítica, pero al menos en el plano editorial podemos decir que este 2025 será recordado como uno en el que los derechos de DC en nuestro país cambiaron de manos. Y con este hecho suelen suceder dos cosas. Por una parte, creo que ya lo hemos comentado alguna vez por aquí, estos cambios se solapan bastante bien con las alternancias de nuestro gobierno. Sucedió en 1996 (GonzálezAznar) con el cierre de Zinco, en 2004 (AznarRodríguez Zapatero) cuando Planeta los cogió para aliviar la pérdida de los de Marvel, y en 2011 (RodríguezRajoy) cuando pasaron a manos de ECC. Que no sucediese en 2018 (RajoySánchez) podría deberse a que inicialmente no fue por elecciones sino por una moción de censura. Un bug del sistema, estas cosas no son ciencia exacta. Si significará algo esta vez, veremos, todavía queda año por delante.

Y la otra cosa, que ni debe ni puede faltar, es la gente pidiendo cosas.

El cambio de responsable es el momento ideal para solicitar a los nuevos propietarios material que los anteriores no sacaron. Hay publicaciones que está cantado que terminarán saliendo, en cuanto pueda Panini no perderá la oportunidad de publicar un Watchmen, y los coleccionistas de ediciones de La Broma Asesina están ansiosos de añadir nuevas muescas a sus culatas. Pero hay otro material más de nicho, más rebuscado, que tiene calidad y visos de comercialidad pero las circunstancias lo hicieron menos popular y conocido. Y siempre habrá alguien que lo reclame.

La historia de DC es amplia, tanto o más que la de los superhéroes, pero también tenemos claro que salvo casos puntuales (y casos puntuales ha habido ya en estos meses), la mayor parte de lo que pueden rescatar por conservación de los materiales para reproducción será contenido post-Crisis. De la primera Crisis, la buena, la de Wolfman y Pérez, la que se escribe con Ce mayúscula.

Y por eso, para ayudar a los peticionarios en rebuscar en el fondo de la memoria, estrenamos sección veraniega, con un repaso cronológico de anuncios de DC de 1987 en adelante.

Porque hay material que está cantado que todos recordaremos y que se rescatará, pero también es cierto que la memoria es selectiva y la nostalgia puede hacernos pensar que todo lo que sacaban en DC llevaba las firmas de Byrne, Miller o Pérez. Hubo más, mucho más, y todo tuvo su público y puede volver a tenerlo. Esperamos que esta exposición cronológica sirva para recordar o ver por primera vez material cuyo rescate puede ser de potencial interés para el público lector.

Insisto en que DC es amplia, hay mucho, de manera que ya avanzo que no todo lo que anunciaba saldrá por aquí. Lo que veremos es el punto de vista de lo que le llegaba a un lector de la época que fuera siguiendo alguna grapa de entonces. Centrado en el Universo DC, que no es lo mismo los anuncios en la colección de Green Lantern que en la de Sandman. De algunos anuncios hemos visto adaptaciones patrias a cargo de Zinco, de otros será la primera vez que tengamos el placer de descubrirlos. Recorreremos aquellos añorados Ochenta y también los Gloriosos Noventa cada tarde de verano comenzando hoy mismo.

Id apuntando, que pedir es, todavía, gratis. Comenzamos con la Lista de DCos esta tarde.

7 comentarios en «Mi lista de DCos (presentación)»

    1. Los cambios de licenciatario DC coinciden con los cambios de gobierno en España?
      Entonces era por eso que durante la etapa-absolutamente-democrática® de Franco los derechos se llevaban desde México, es decir, desde el exilio? Todo por el orden cósmico del Multiverso.

  1. Ediciones Zinco comenzó en 1982, con el paso de Suarez-Calvo Sotelo a González. Aunque con DC comenzó en 1984, ya se sabe que entonces las cosas tardaban en arrancar.

  2. Acabo de comprobar que Valenciana empezó a publicar sus álbumes gigantes de DC apenas dos meses después de cascar el demócrata del uniforme militar. Madre mía los taquiones, qué miedo.

  3. Siempre fue la política, antes y después de la transmigración democrática. Ya existe documentación suficiente como para afirmar que la Rusia imperialista de Putin alimentó el odio a ECC provocando su caída. Un hecho que hasta los medios generalistas reconocen desde hace meses. Para luego financiar a Panini cOmic y desbaratar esta Edad de Oro de la historieta en la que todavía creen consumir sus vidas muchos inocentes lectores españoles. Solo una buena respuesta de las licencias de Planeta cOmic puede evitar todavía que los aficionados al colorín superheroico acaben leyendo tebeos de Superman traducidos por espías manchúes. (¡Viva Hernando provisor!) Pues de no frenarse la expansión de esta Panini putinista comandada por Viturtiev y Clementov sus mil funcionarios y técnicos editoriales, deseosos todos como están de abrazar el capitalismo de estado y desablandar así los valores europeístas que nos protegen del comunismo platónico ruso, podrían llevar a cabo una ampliación desmesurada de la vida de colecciones como el Superman de Byrne. Gracias sobre todo a la adopción del formato striscia y una periodicidad semanal. Que luego seguramente también trasladarían a otras series y obras singulares a base de adaptarlas a vetustos y crudos formatos capaces de prolongar la periodicidad de series compuestas apenas por seis o doce comic books durante años.

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