Estudio: Ubisoft
Año: 2003
Autores: Jean Zappavigna, Elizabeth Pelen
Etiqueta: XIII
What if…Dargaud Cinematic Universe?
Pocas cosas hay más clásicas en un inicio de curso que elaborar una redacción enumerando las actividades del terminado asueto estival. Habiendo sido este otro verano raro, no he tirado de lecturas exóticas, sino de cercanas, clásicas, lecturas de proximidad: básicamente, he releido Asterix y me puesto al día con XIII.
La lectura seguida de las hazañas del irreductible galo me ha servido para comprobar cómo el espíritu serie cambia con la salida de Goscinny, y cómo desaparece con el equipo nuevo. Y para confirmar mi sensación de que si solamente pudiera estar releyendo en bucle una sola historieta por lo que me resta, muy posiblemente sería Asterix Legionario.
Lo de XIII era una deuda pendiente, pues desde su tomo 14 no me tomaba el trabajo previo de relectura de las tramas anteriores y me lanzaba a la lectura de las nuevas entregas con el único apoyo de mi flaqueante memoria. Con lo que al llegar al equipo nuevo no me quedaba claro si lo que me contaban no me llegaba por cosa de ellos o por cosa mía.
Y es que por circunstancias de la vida llegué a XIII a finales del siglo pasado, con la lectura de los doce primeros tomos en formato de cuatro integrales, en su idioma original, en una sola semana. Mucha información de golpe, con todos sus enredos de identidad, tramas y recontratramas apiladas unas sobre otras. Por la misma época descubrí también Largo Winch, del mismo creador y guionista, Jean Van Hamme, al que puse por tanto en un pedestal, merecido por otra parte habida cuenta de los millones de ejemplares que ha vendido de todo donde mete la pluma. Creador de Thorgal también, poca broma.
El caso es que tras el empacho y saltarme la entrega 13 (al ojearlo me olí la tostada, era un Official Handbook of the XIII Universe vestido con tapa dura) ya seguí con la edición castellana, bastándome las páginas iniciales de recapitulación de cada álbum para no sentirme demasiado perdido. Al menos hasta que Van Hamme y Vance terminaron su ciclo en el 19 y cedieron los trastos a los siguientes (me pasa como con Asterix o con Thorgal, que no me salen nunca los nombres de los nuevos). Ahora me intentaban contar algo nuevo, que complicaba la historia del personaje todavía encaramado al entramado anterior de identidades, y nuevamente estaba esa sensación de que aunque no sabes bien qué falta, pues todo parece estar ahí, hay algo que no está como antes. De manera que los fui leyendo hasta la altura de su entrega 23, El mensaje del martir, allá por 2015. En un viaje vacacional posterior por las galias me agencié en una papelería una serie de guía de la serie, con bocetos, entrevistas y extras así, aparcándolo para esa futura relectura completa con atención, la que ha tenido lugar este verano.
Y lo que ha desencadenado la relectura fue otro viaje reciente, el primer desplazamiento laboral en pandemia, en el que retomé la costumbre de compras de aeropuerto.
El de abajo es el primero de una serie de tres álbumes contando la historia de la fortuna familiar de Largo Winch, escrito por Van Hamme. Lo dicho, un pedestal.
Total que este era el 27, y yo recordaba tener en la pila de pendientes el 24, pero es bastante frecuente que se me despisten algunos con la periodicidad tan espaciada, de forma que antes de emprender la relectura tiré de buscadores para saber qué había, qué tengo y qué me falta.
Lo primero que me dice Google es que para tener completa la etapa Van Hamme-Vance me faltaría la historia corta ilustrada titulada Traquenards & Sentiments, realizada en 2003 en una tirada limitada y que se situa entre los tomos 16 y 17. Vistazo a los sitios de vicio de segunda mano a ver, y compruebo que mi espíritu completista tendrá que aguantarse. Por cierto, que también he terminado picando con aquel tomo 13 que repudié en su día. Horror vacui aplicado a las estanterías.
Pero lo realmente curioso llega cuando me pongo al día con la edición castellana de Norma. Por el 25 van, ya hace tiempo que noto que les da pereza seguir adelante con estos álbumes finitos habiendo tanta novela gráfica gordota por publicar, pero no me esperaba un retraso tan clamoroso con algo que se supone que debe vender. Han sacado el 25 este mismo Junio 2021, cuando el original es de 2019. Encontrar un 26 para completar la serie y tener lectura del tirón no es problema en estos tiempos, otra tuerca para el próximo cohete de Bezos.
No me invento la popularidad de XIII, que para demostrarlo hay datos cuantitativos de esos que os gusta a la chavalada, como son videojuegos y los audiovisuales.
Pero es que la consulta del estado de la serie en la web de Norma me ha hecho darme cuenta de la de cosas que me he perdido desde que dejé la serie en standby.
Lectores completistas al bourne de un ataque de nervios, que cada cual saque sus conclusiones. Hay que vender.
La lectura bien, por cierto. De los spinoffs de XIII Mystery con otros autores pasé, aunque en la guía francesa me enteré de que su decimotercer tomo es el último y está escrito por Van Hamme.
Entretanto en casa Norma la última entrega fue en 2020 con una entrega doble (el miedo a los tomos finitos) con Calvin Wax y Jonathan Fly. 10-11. Paciencia. A ver si para la próxima película sacan más material.
Ah, y hablando de esa guía, resulta que la última parte de la misma contiene la historia aquella inencontrable de Traquenards & Sentiments, esa con la que casi me dejo el presupuesto. Y es que buscar tebeos está bien, pero también es muy bonito cuando son los tebeos los que le encuentran a uno.
Y así ha sido mi verano.
Le Gácy
Aunque la bande dessinée francobelga se considere típicamente como obra autoral, lo cierto es que sus grandes superventas son aventuras de personajes cuyos creadores hace tiempo que los dejaron en otras manos.
El mótivo más típico para esta sucesión es el fallecimiento del autor y la continuación por parte de autores (reconocidos o directamente un estudio) que traten en principio de remedar el estilo ambiental y gráfico de la obra original. Ejemplos de esta situación podrían ser, entre otros, Blake y Mortimer…
…los Pitufos…
…o más recientemenet y por eso de colocar españoles, Corto Maltés.
Este cambio por cuestión vital se hace menos abrupto cuando el equipo creativo está compuesto por un guionista y un dibujante y no se da la maldita coincidencia de que la parca visite a ambos al mismo tiempo (situación que en la práctica no me consta que se haya dado). El casa más típico fue el de René Goscinny, cuando los dibujantes a cargo de sus series más representativas tomaron también las labores argumentales, como en el caso de Lucky Luke (Morris con otros guionistas, y al fallecer continuaron otros)…
…o Iznogud (Tabary, la serie terminó cuando él), entre otros.
Cierto es que tampoco hay que ser tajante, y la retirada puede ser en vida, bien en plena cumbre o siendo amables unos cuantos álbumes demasiado tarde. En el caso de equipos creativos el caso más sonado es el del Jean (not Claude) Van Hamme, el superventas responsable de la génesis de Thorgal, que dejó tras 29 álbumes…
…, XIII, tras 19 entregas (también se marchó su dibujante original, Vance, pero no se le echa tanto de menos)…
…o más recientemente su Largo Winch, tras conseguir en su última saga que toda la cúpula directiva del Grupo Winch se zumbase a alguien (secretarias, antiguos compañeros de estudios, chóferes, hermosas ninfómanas que pasaban por ahí…) en un meeting de la empresa.
Y como ejemplo de un autor único a cargo de guión y dibujo que haya cedido los bártulos en vida a otros tenemos el caso de Albert Uderzo, claro…
…PERO tenemos que tener en cuenta en el caso de Uderzo este relevo se produjo a la provecta edad de 86 años.
…de manera que si queremos hacerlo servir como precedente, mucho me temo, Don Francisco…
…que le quedan todavía unos años de seguir dando el callo. Además ¿de dónde íbamos a encontrar de un día para otro a alguien que dibujase clavado a usted?
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