Y el mayor bien es pequeño…

El recuerdo del pasado es algo muy peculiar. Te puedes pasar años viendo una serie determinada y comentándola con los amigos y años después no la recordarán, igual que no recuerdan una película que fuisteis a ver o un determinado cómic.

Toda esa palabrería anterior viene porque últimamente he notado que la gente había olvidado esa etapa de Glenat en la que intentó publicar series en grapa. Trató de publicar a autores españoles así. Y no, no me refiero al torpedo. Me refiero a ese gusto suyo por el Manga… el Iberimanga en este caso.

En estos tiempos tormentosos para los aficionados al manga en españa está bien que aún queddemos unos pocos que recordemos este tipo de series. [Editado: Alguien se ha chivado y los de ADAM han pasado a un hilo privado (con más de diez páginas y no se habían dado cuenta antes) así que paso a enlazar lo que dice el nuevo blog «La Ley de Godwin«] Me refiero, claro, a la antaño célebre «Sueños«.

Cómo estará el patio que sólo hemos encontrado algunos recopilatorios peinando el Internet…

Y es que parece que nadie se lo hubiera pillado en su día, ni que hubieran circulado por colegios e institutos de mano en mano (o de segunda mano) ni que… bueno, ya sabéis como van las cadenas alimentarias. Y las de circulación de cómics. Y todo eso…

Pues bien, detrás de esto estaban un par de autores españoles. Rafael Sousa a los guiones y Javier Sánchez a los lápices. En general el esquema era: Chico conoce/acecha chica, copulan por números, él cree que fue un sueño/muere terriblemente/espera que haya más/chiste aleatorio.

En cuanto a los dibujos… tenemos tres tipos de tío distintos, el jovencito, el salido y el cachas. A esos podemos meterle algunas pequeñas variaciones… pero pequeñas eh. A las chicas… bueno, les cambia el corte de pelo y el color. Pero quizá lo que más sorprenda sea que la «manganización» del dibujo era tal que se tomaban usos de allí como el dejar los genitales «siluetados» no más.

Y, por supuesto, colegialas japonesas, posiblemente el mayor invento para las ventas que nos hayan dado los japos.

Así que ya sabéis. Hay pruebas. Existió. Duró un porrón de números. Y lo editaba Glenat, que editaba en grapa. Y editaba este tipo de cosas. Porque todo el mundo tiene un pasado que debe asumir. No siempre va a colar que todo fue… Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.