El año 1999 fue uno estupendo para fundar cosas, dado que en un plazo breve de tiempo se podía decir que aquello tenía su origen «en el siglo pasado«, o mejor aún «en el milenio pasado«. Ya, muy pronto nos dimos cuenta de que en el 2000 también valía para eso, pero el cambio de cifras en el 99 era más llamativo. De manera que fue en 1999 cuando se fundó esta vuestra Asociación para la Defensa de Liefeld y Otros. Una época en la que Google era una incipiente opción más entre otros buscadores mucho mejores como Yahoo! o Altavista, cuando no había todavía Youtubes y las redes sociales iban por el correo electrónico de los ordenadores fijos. Cuando por la Red de redes sólo existían dos fotografías de Alan Moore, escaneadas de secciones de Zinco.
Prueba de la veteranía de esta Asociación es la sección de enlaces de la web. De la web, no del blog, de la parte alojada en Dreamers (hipervínculo haciendo clic con el puntero del mouse aquí). Gran parte de los mismos lleva a sitios ya inexistentes, muchos de ellos ubicados en GeoCities. Pura arqueología digital, sitios que ni siquiera archive.org recuerda. El resultado de todo esto es que aunque en 2004 comenzamos a indexar conocimiento en este blog de forma abierta y accesible a buscadores, gran parte del saber de aquellos primeros años sólo existe en algunas frágiles memorias (orgánicas, de gente) y si acaso pervive gracias a la tradición oral.
Recuerdo por ello para los más recientes que el Fundador, Putoamo y otros muchos títulos de todo esto es Javi Riva, que además de predicar la Loa a ROB! tenía otros fetiches, algunos de los cuales parecían ser incompatibles con la Molonidad del eterno enfant terrible del comic-book. Una de esas cosas raras que consiguió inculcar a los tebeonautas de entonces fue la admiración al Señor Jean, la serie de álbumes de Dupuy y Berberian.
¿Compatibilizar costumbrismo gafapasta con americano cool? ¿era acaso esto posible? pues posible pero extraño, se ve que hay gente para todo, hasta para esa pareja de creadores que por no definirse ni se sabía cual escribía ni cual dibujaba.
Y como para todo debe haber una razón, en alguno de los múltiples modos de comunicación que tenía la desorganización en sus inicios, uno que ahora no recuerdo, alguien a quién tampoco ubico trató de buscar Molonidad en el personaje francés, observando los títulos de los álbumes en su versión original.
Y sobre este escribió algo como «¡mirad, aquí dice que el Señor Jean es capaz de vivir sin aire! ¿Será acaso…UN MUTANTE?«. Por aquel entonces los mutantes molaban.
La realidad de la traducción era bien diferente, pero nunca había que dejar que esto estropease una buena publicación.
De la misma manera, también pudo sacarse Molonidad a la obra fuera de colección.
«¡Genes en Seul, tíos! ¿qué aberraciones genéticas MUTANTES estarán haciendo estos coreanos locos?«.
Así pasábamos el día entonces. Cuando se agote el nicho de «Yo Fui a EGB» comenzad a rascar en GeoCities, una época en que hasta los trolls cuidaban la métrica y la ortografía.
Ha llovido desde entonces, algunos han madurado y otros hemos crecido, y ha habido tiempo de que hasta alguna generación amamantada con ese conocimiento no rastreable estudie, se forme y ocupe puestos de responsabilidad, tanto responsabilidad real como responsabilidad editorial. Al igual que con Roy Thomas comenzó una época en la que los tebeos de Marvel comenzaron a hacerse por gente que había crecido leyendo esos mismos títulos y personajes, habrá ahora gente por la calle que tenga impregnado en su acervo intelectual consignas adlianas, ese conocimiento en segundo plano que no se manifiesta hasta que llega el momento.
Concretamente hasta que años después te toca traducir el integral del Señor Jean para ECC.
Y esto, cerrando el ciclo, llega a nuestro conocimiento gracias a no otro que el Putoamo de todo esto, que además nos ofrece una peregrina explicación alternativa…
…como que a alguien le guste Maná.