Corrían los locos años 60 y los cómics estaban cambiando.
Los tebeos ya no eran sólo para niños, introducían la psicología, los derechos sociales y otros temas comprometidos recreando con ello las actitudes de sus personajes ante la vida, incluyendo sus secundarios.
Que dejaban atrás su rol de simples extras cuya única función era ponerse en riesgo para dar un objetivo al héroe, y reclamaban escritores que les convirtieran en personajes tridimensionales con su propia personalidad, motivación y objetivos en la historia.
Esa liberación de los personajes femeninos no podía dejar de lado a la colección de Wonder Woman donde llevaban ya centenares de números rompiendo convencionalismos, como pionera que era la colección en esto de convertir a una mujer en protagonista de un cómic de superhéroes.
Por este motivo, en Wonder Woman 175, se nos mostró una de las historias con mayor psicología del cómic, una auténtica obra maestra que, como todo gran trabajo, se presentó enmascarado con una historia que iba a empezar como siempre, con Wonder Woman atacada por un villano tipo de los de la época dorada de los cómics.
Pero el villano que les ataca es un villano clásico sólo en apariencia, porque en realidad es un villano con PSICOLOGÍA! y, por ende, con una motivación:
Quiere un beso, de los de verdad y con pasión, de Wonder Woman, o matará a Steve Trevor. Puede parecer algo muy tonto, pero como hemos dicho este número pertenece a la era de la PSICOLOGÍA! de los cómics y por lo tanto es una decisión muy justificada, porque con esa cara el villano sabe que sólo puede conseguir mambo pagando algo que le impide su porte noble (lleva un bastón de esos con bola encima, no os digo más).
Wonder Woman se sacrifica, y besa, bien pero sin lengua porque la PSICOLOGÍA! en los cómics no había llegado aún a esos extremos, al villano, salvando así la vida de Steve, pero, debido a la profundidad de la historia este reacciona como su propia PSICOLOGÍA! le permite
Echándole la culpa a Wonder Woman de ser una fresca. Una polémica reflexión que se mueve entre la necesidad del personaje de Steve de hacer ver su enfado por llevar desde 1941 queriendo morderle la boca a la amazona y ahora ve como el primer tío que le ata a un peñasco la cata antes que él, y la presión social que se ejercía sobre la mujer de los 60 a la que se le pedía que estuviera en forma y enseñara cacha, pero a la que se lapidaba públicamente si besaba a un tipo más viejo que ella con un ejército de sirvientes a su disposición (como hemos cambiado, afortunadamente).
Para Steve el shock es tan fuerte que el enfado no se le pasa, haciendo que Wonder Woman salga fuera para expresar sus sentimientos (otra muestra de la irrupción de la PSICOLOGÍA! en los cómics)
Pero al regresar se encuentra con que:
Una Wonder Woman de una tierra alternativa (canten comingo: "yo soy de deceeeee, de deceeeeee, de deceeeeee"), ha viajado en cuanto ha visto que dejaban al rubio solo y se lo ha llevado al huerto. Justo aquí es donde la PSICOLOGÍA! se encuentra con el COMPROMISO SOCIAL! y con este cómic DC enseñaba a las niñas que si van dejando pasar trenes, su chico ideal se acabaría marchando con la primera pelandrusca que pase por ahí (otro rasgo de la sociedad de los años 60—el de que el fin de las muchachas no era otro más que el encontrar barón que las desposara—que afortunadamente hemos superado sustituyéndolos por figuras que defienden el poder de las mujeres mientras cantan "si te gustaba tenías que haberme comprado un anillo").
Wonder Woman reacciona como la PSICOLOGÍA! manda, primero fingiendo indiferencia, luego molestándose, y después intentando interferir en el nuevo ligue de Steve, que no deja de ser ella misma. Ella confía en que Steve volverá a ella, pero como llevamos un buen rato explicando, Steve ya no es el secundario de antaño que cuya única función era meterse en líos para que Wonder Woman le rescate, ahora, es un secundario cuya única función es meterse en líos para que Wonder Woman le rescate pero con PSICOLOGÍA!, lo que le lleva a ponerse del lado de la villana de esta historia, lo cual es lógico antendiendo al hecho de que es exactamente la misma chica a la que lleva décadas persiguiendo pero que se deja meter mano.
Steve pues actúa en la historia según su propia PSICOLOGÍA! y por ello Wonder Woman, también renovada, hará lo mismo haciendo lo que cualquier mujer moderna e independiente haría si el novio al que tiene a dos velas le dejara.
Llamar a su madre….
Al final deciden que los temas del amor son demasiados complejos para tratarlos a la lígera, así de profundo fue el autor en el uso de la PSICOLOGÍA! en esta historia, por lo que deciden que sólo puede dirimirse con una serie de pruebas atléticas que decidan quien se queda con el rubio.
Al rubio por supuesto le parece todo estupendo, pero porque la PSICOLOGÍA! no le deja más acción lógica que tomar, un tío que lleva 20 años detrás de la misma tía y que ahora descubre que puede por fin mojar con su gemel
a obviamente no tiene el riego sanguíneo en ese momento en condiciones para pensamientos profundos.
Las dos Wonder Woman inician una competición donde se desubre un terrible acontecimiento inesperado:
En el mundo paralelo Wonder Woman rejuvenece, lo cual parece una solución totalmente arbitraria, casi tanto como que de repente sin mayor explicación aparezca una gemela malvada desde una tierra paralela, pero que no es más que una metáfora de la PSICOLOGÍA! para explicarnos que Wondy, nuestra Wondy se está comportando como una cría con una competición por un tío que se pone de los nervios porque le has dado a pico a un villano para salvarle la vida. Y cuando te comportas como una cría es imposible que puedas vencer.
Así pues la Wonder Woman ligera de cascos supera a la Wonder Woman casta, pero en un inesperado giro de los acontecimientos.
Steve, que también pertenece al mundo de Wonder Womany—y vive en una época más sana en la que aún no se ha propagado el concepto MILF, salvo tal vez en el cine italiano, pero esos no cuentan porque no saben poner siglas— pasa de la Wonder Woman madura porque sólo tiene ojos para la versión pre-puber de la misma.
Y así Steve acepta que lo suyo con la fresca es imposible, y que mejor se queda con la Wonder Woman de siempre.
Al final, en una nueva innovación que demuestra por qué Grant Morrison adora tanto esta serie, se rompe la cuarta pared con la aparición del guionista que nos explica la idea que en todo momento nos ha estado planeando la cabeza mientras leíamos este tebeo.
¡¡Wonder Woman ha perdido por primera vez un torneo!! ¡¡Algo inconcebible en la serie!! Pero tal y como explica Robert Kanigher—quien tenía que hacer estas cosas porque los editores no estaban por la labor siempre de poner quien hacía los tebeos— ahí está la grandeza de la PSICOLOGÍA!, en que a veces perder significa ganar, si al final eres tú quien se lleva a casa el premio.
¡Los cómics de antes sí que eran buenos!