Egipto. El único país donde decir «¿Sabes que las pirámides están en Egipto sólo porque no cabían en un barco para poder llevárselas al Museo Británico?» no es un chiste sino un consuelo. Egipto es un país que ya era un destino turístico importante cuando Aristóteles trabajaba dando clases partículares, y gracias a eso hace más de un siglo que las calles de sus ciudades gozan del mismo nivel de pobreza y miseria que tendrá España dentro de 15 años gracias al impacto económico que provoca el combo Airbnb y Ryanair.
Egipto es un lugar fascinante, con unos monumentos que te hacen sentir pequeño y unas tradiciones tan arraigadas como la de reservar parte del presupuesto del viaje para las «propinas» que tu guía turístico «repartirá» entre unos simpáticos señores con uniforme que están ahí por temas que no tienes que preguntar. Estás en Egipto. Tú relájate y disfruta que mañana tienes que madrugar para ver las tumbas.
Pros: Es lugar fascinante donde descubrirás las maravillas del agua embotellada y la fruta pelada. Y si te empeñas en no descubrirlas podrás disfrutar de una bonita recreación del clásico de la literatura Muerte en el Nilo.
Contras: A pesar de que dé sombra una tumba egipcia no es el mejor lugar para estar cuando llega agosto.
Turista más famoso: Los Cuatro Fantásticos estuvieron allí en una de sus primeras vacaciones en grupo. Pero lo recomendaron tanto a sus amigos que hubo un momento que no podías ser alguien en Marvel si no visitabas Egipto en aquellas fechas y el destino acabó masificado. La cosa se fue tan de las manos que el host del alojamiento turístico (el faraón Rama-Tut) acabó teniendo una crisis de identidad y se cambio de nombre. Varias veces.
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