Ya sabéis todos que en esta nuestra desorganización somos dados a hacer numerosos estudios y artículos analizando diferentes aspectos del inacabable mundillo del cómic. Hemos hecho seguimientos históricos de personajes, hemos analizado el dibujo de centenares de cómics, hemos desglosado las técnicas de escritura de muchos guionistas, hemos tratado sobre la trayectoria de numerosos editores. Pero, por una razón o por otra, siempre nos olvidamos de hablar de una pieza clave en la publicación de tebeos: el color.
Y es que, amiguitos, hoy quiero sacarlo a colación porque actualmente el mundo del coloreado tebeíl está sufriendo una revolución. Un cambio de estilo que modifica por completo el aspecto de nuestros tebeos y merece por tanto una mención en este, vuestro blog tebeístico de referencia.
¿En qué consiste dicho cambio? Pues para que lo entendáis, lo ejemplificaré con… esteee… con ejemplos. Para empezar, peazo paginita del nuevo Thor coloreada por Laura Martin.
¿Qué os parece? Fíjaos cómo el color, de tonos claros, no obstaculiza la apreciación del dibujo de líneas claras de Oliver Coipel y hasta permite distinguir hasta el más mínimo detalle el entintado de Mark Morales. Estaréis pensando «pues mú bonito», ¿no? ¡¡¡PUES NO!!! Porque así era como coloreaban los tebeos de vuestros padres, pero el mundo ha cambiado mucho desde aquellos tiempos. Ahora mismo, un coloreado como éste es vulgar, no anima a fijarse en el dibujo, hace que la vista pase demasiado rápido por el cómic, haciendo que el lector tarde muy muy poco en leerse el tebeo, y además va en clara contradicción con los tiempos que corren. ¿Quién quiere tebeos de colorines en tiempos de crisis? ¿Para qué intentar iluminar falsamente una realidad que es oscura y deprimente? No, amiguitos, el color de los tebeos del siglo XXI es el color de tebeos como los Thunderbolts de Mike Deodato…
…donde páginas y páginas de tonos grises, combinados con el dibujo-mancha de Deodato nos obliga a observar bien el tebeo en busca de detalles (como qué es cada cosa dibujada, o si eso que tiene el protagonista en la cara es un ojo o una empanadilla) forzándonos así a admirar más detenidamente, empleando más tiempo, la obra de uno de nuestros dibujantes preferidos. Además, el tebeo así se hace más largo y el lector tiene la sensación de haber gastado bien los dos rulos que cuesta el tebeo del copín. Otro de los artistas que más se aprovechan de las nuevas técnicas de coloreado es Michael Lark…
…cuyo arte detallado y realista se transforma en puro minimalismo tras la aplicación del color. Y es que, en estos tiempos de lectores casi analfabetos, cuantos menos detalles se aprecien en una viñeta, mejor. Así que nada más adecuado para un tebeo de Daredevil que pintarlo todo de negro. Creando contrastes. Modelando la iluminación. Y eso lo hacen muy bien Matt Hollingsworth y Paul Mounts, brillantes coloristas (según los créditos de Panini, que yo no me fío) de este tebeo de Daredevil. Páginas y páginas de gris y negro para una colección que de esta manera se convierte en el estandarte de las colecciones dark and gritty del mundo mundial.
No creáis que se necesita ser un dibujante tirado a la mancha para que te den el color que todo tebeo moderno, vanguardista y actual se merece. No. Al señor Larroca, dibujante de linea clara donde los hayan, le consiguen transformar cualquier página en… un borrón negro.
Lo más práctico es hacer como nuestro adorado David Finch y pensar «coño, si al final el colorista va a poner toa la página negra…»
«… pa eso lo hago de buenas a primeras y yastá».