
"Pues CLARO que los cómics son ARTE. Los de la planta baja no, los de la de arriba, que es donde tenemos el cómic europeo. Bueno, alguno de aquí abajo sí, los de Vertigo y eso"
Si alguna vez en mi vida he oido palabras más sabias y preclaras no soy capaz de recordarlo. Es posible que si los americanos que premiaron a su tienda como la más mejor del mundo mundial le hubieran oido decir esto al buen hombre a quien se lo escuché le hubieran retirado el galardón pero ¿qué saben ellos de arte? ¿Eh?
Nada.
Su única aportación al Noveno Ídem es un panteón de caducas y envejecidas fantasías de poder adolescente predestinadas a fracasar. Que lo ha dicho Millar, que nadie como él sabe de conceptos innovadores y revolucionarios.
No es de extrañar que el único islote de creatividad y aspiraciones artísticas en tan yermo panorama fuera fundado por autores europeos.
Un sueño que duró décadas pero del que finalmente hemos sido rudamente despertados por los materialistas intereses de la actual dirección editorial de la DC que ha decidido fagocitarlo igual que ya hiciera anteriormente con los universos Wildstorm o Milestone.
Cualquier lector con un mínimo de sensibilidad cultural ha tenido que sufrir el espectáculo de ver a sus queridos personajes del Vertigoverso prostituidos y puestos al servicio de los rancios protagonistas del Universo DC tradicional.
Y si alguno tenía la esperanza de que el Todo-Nuevo y Todo-Diferente Universo DC fuera TNyTD también en eso…
…estaba equivocado.
Ay, John, quién te ha visto y quien te ve. Reducido a comparsa de pintorescos bufones en ropa interior de colorines. ¡Con lo que tú has sido!
Pero igual que a Rick y a Ilsa siempre les quedará Paris a nosotros siempre nos quedará el ingente caudal de ideas e historias nacidas bajo tan ya añorado sello editorial. Sus páginas siempre estarán ahí, en nuestras estanterías, cómodamente cobijadas tras las portadas de sus respectivas Ediciones Absolute, esperando que acudamos a ellas para releerlas una y otra vez. Refugiadas por siempre jamás de las bastardizaciones que intenten perpetrar con ellos guionistas de escaso talento y menos ideas.
Porque si creiais que iban a conformarse con abusar de Constantine, la Cosa del Pantano o Muerte estabais equivocados.
MUY equivocados.
Ningún personaje, ninguna idea, ninguna historia de las publicadas por Vertigo está a salvo de las garras de los mediocres. Su lustroso catálogo es un menú de barra libre patrocinado por DiDio para los glotones apetitos de esas medianías.
Tampoco nuestro querido Yorick.
Y es nada menos que Fabian Nicieza, otro hijo de aquellos nefastos años noventa que tristemente vuelven quien se ha apropiado del original conepto de Vaughan para sus propios y espúreos intereses. Y no contento con ello lo ha hecho exiliando a Yorick de su propia historia y otorgándole el protagonismo a uno de esos viejunos personajes que Millar señala con su acusador dedo.
Yo sólo os pido una cosa, amigos adláteres.
Actuad.
Teneis el poder de hacerlo.
No compreis ese tebeo. Cerrad vuestras carteras y con ello mandadle un mensaje a DiDio que diga "hasta aquí hemos llegado". Que exclame "no vale todo" Que grite "esto es intolerable".
Negaos a recompensar el latrocinio y la osadía de la DC cuando nuestros kioskos sean mancillados…
…por JLA: Creados Iguales a medidados de este año 2000 que acabamos de empezar.
La teoría de la evolución es curiosa. Las especies sobreviven a través de un proceso de selección natural gracias a su capacidad de adaptación al medio que las rodea. Por lo tanto, se supone que la evolución es buena. Excepciones como el ornitorrinco o Ámbar (a.k.a. Tamara) no hacen más que confirmar la regla.
Chris Bachalo no es una excepción. La evolución artística de este dibujante demuestra que la adaptación al medio es imprescindible para sobrevivir en la jungla editorial.
En sus inicios no se preocupaba nada más que de contar las historias. Su simpleza narrativa no obligaba al lector a releer cada página para entender que pasaba. Sus composiciones de página no te volvían loco. Sus viñetas no eran recargadas… En conclusión, era un principiante que no entendía que la espectacularidad se tiene que anteponer a todo lo demás. Que un tebeo está para mirarlo y no para leerlo, que mucho es sinónimo de mejor y que si te pierdes pues te jodes y te buscas mejor.
Hoy en día un dibujante tiene que ser la estrella. Los juntaletras, los calcadores, los del fotochop e incluso los lectores no dejan de ser un mal necesario.
Entre muchas otras cosas, las expresiones faciales de sus personajes son un ejemplo muy claro de su crecimiento como artista.
De dónde viene y hacia dónde va Bachalo se plasma en las caras de sus protagonistas. La sutileza, la elegancia y el sentimiento (noñerías al fin y al cabo) han evolucionado en algo que sólo se puede definir como indefinible. Lo sucio es bello, la rayitas molan y en cada viñeta nos aguarda una sorpresa
Ojalá en el futuro, este adalid de la teoría de la evolución, siga por este camino. Si es así, nos esperan grandes obras y cantidades industriales de muecas imposibles, cuerpos retorcidos y páginas ilegibles.
Adlo! ama a Bachalo. Pero cuidado, al de ahora.