Matrix Amantisima

No se me ocurre otra reacción que la de completo alborozo ante la noticia de que Lana Wachowski por fin va a rodar una cuarta entrega de The Matrix. Estamos hablando de la Visionaria Creadora™ (al 50%) de joyas GENIALES! como las dos secuelas de la Matrix original, V de Vendetta, Speed Racer, El Ascenso de Júpiter o El Atlas de las Nubes. No sé vosotros pero yo no estaba tan ilusionado desde que Ridley Scott anunció que estaba trabajando en una secuela de Prometheus. Si el inminente estreno del #Cortesnyder nos daba un motivo para sobrevivir hasta finales de este nefasto 2020 el de Matrix ¿Resetted? nos proporciona otro para adentrarnos en el incierto 2021.

Y una de las primeras noticias es que ya antes de empezar se han deshecho del negro. Sin duda por un justificado motivo argumental como el de ahorrarse la inevitable escena de Matrix ¿Rebooted? en la que sea el primero del grupo en morir. Que estamos en la década de los 20, anda que no hay otras minorias étnicas que usar como secundarios sacrificables. Mira a los samoanos ahí, tan panchos, pensando que nadie se va a atrever con ellos. O los hindues, creyéndose realmente que a ellos nunca les va a tocar ser heridos y quedarse atrás con munición para retrasar a los perseguidores y que el resto del grupo pueda escapar. ¿Y cuándo fué la última vez que un innuit amigo del protagonista descubria que alguien de la comisaria estaba conchabado con la mafia y corria a contárselo al viejo Comisario comentándole que no se lo había dicho a nadie más? Exacto, NUNCA.

Sin duda en esto también abrirá nuevos horizontes Matrix ¿Restarted? Y es que la saga cyberpunkera de las Wachowski siempre ha estado adelantada a su tiempo. Tanto que, como ha declarado recientemente Lilly Wachowski, es una metáfora trans.

Que es algo tan obvio y evidente que ni nos vamos a rebajar a tener que explicarlo. ¡Si está todo ahí, en tu cara, haría falta ser un ignorante espectador de 1999 para no darse cuenta! Y, ay, amigos, ahora más que nunca necesitamos películas como The Matrix. Porque vivimos tiempos dificiles. Tiempos en que los fascistas salen literalmente de las piedras. Incels inadaptados sociales que viven encerrados en sus casas comunicándose por internet.

Intercambiando loquísimas teorias conspiranoicas en foros de la Oscura Red.

Absurdas historias sobre poderes en la sombra que nos mantienen esclavizados mediante mentiras y manipulaciones masivas que el resto de la ciudadanía se cree como dóciles borregos. Pero no ellos, claro, los pocos valientes capaces de mirar a los ojos a La Verdad. De destapar todo lo que unos no quieren que se sepa y otros no quieren saber sobre el no cambio climático, el 5G, el pizzagate, la verdadera forma de la Tierra…

De eso también estamos teniendo aquí, claro. No hay más que recordar la manifestación del pasado domingo en Madrid de gente gritando que oscuros y escondidos poderes en la sombra pretenden imponernos el uso de la mascarilla.

Y que las supuestas vacunas cuya presunta intención es curar el inexistente COVID-19 no son más que un camuflado intento de inyectar en nuestros cuerpos chips que mantengan controlada a la población.

En fin, qué os voy a contar de esta piradísima gente de la ultraderecha norteamericana que no sepais ya. Que hasta han llegado a intentar manchar el bueno nombre de Tom King acusándole de haber trabajado para la CIA en Irak durante la invasión.

¿Tom King?

¿NUESTRO Tom King?

¿Colaborando en una invasión ilegal que en nombre de los intereses del complejo militar industrial causo cientos de miles de muertos y millones de damnificados? ¿Que redujo a un pais a escombros y añadió décadas extra de inestabilidad geopolítica a Oriente Medio (como si hiciera falta) creando un vacío de poder en la zona que fué el caldo de cultivo en el que germinó el DAESH? ¡INCONCEBIBLE!

Y en todo caso de ser cierto seguro que trabajaba en el Metro de Bagdad y si le preguntan por Abu Grahib, Black Water o las prisiones negras de la CIA no sabe de lo que le están hablando porque allá abajo no se enteraban de nada.