1983 fué un buen año. El Naranjito ya era agua pasada y faltaban más de dos décadas para que adultos que echan de menos su infancia lo volvieran a poner de moda con la excusa del kiscth retro. La gente se leía a toda velocidad la novela de Orwell para que las campanadas de año nuevo no les pillaran desprevenidos. Se estrenaban Amityville 3D, El Trueno Azul, Brainstorm, y (ays) El Retorno del Jedi.
Ese año vio la luz el segundo annual de los Nuevos Titanes, con un complemento escrito por el guionista y editor Marv Wolfman que narraba el origen del Hermano Sangre. Y en esa historia nos encontramos con esta viñeta:

Sorprendente, ¿verdad?
Pero antes de que empeceis a votar si son taquiones o un homenaje, recordemos que estamos en ADLO, y que nada es casualidad cuando implica la mano de ROB! Examinemos con detenimiento el contexto histórico-narrativo.


Tenemos al futuro Hermano Sangre intentando huir de su destino (convertirse en el siguiente Hermano Sangre) que, a bordo del barco en el que escapa, se enfrenta a un misterioso anciano que le reprocha su herencia sangrienta.
Y para demostrarle que se equivoca y que no está predestinado a liderar la malvada Iglesia del Hermano Sangre al chaval no se le ocurre otra cosa que fundar y liderar la malvada Secta Youngblood.
Ahhh, Marv Wolfman, genial artífice de sutiles y complejos personajes como El Protector.
Pero no haremos como otros, que se detendrían en el fácil chiste, el inconsecuente chascarrillo. Younngblood es el título de la colección estrella de ROB! ¿Coincidencia? Para un adláter tal palabra no existe. Repasemos los detalles de la secuencia.

Es el anciano, salido de no se sabe dónde y que jamás volverá a aparecer, quien llama «Youngblood» al protagonista. Afirma que su destino es vestir la capa del Hermano Sangre y destruir todo lo que ha existido antes. Y nuestro protagonista escapa de la grande y todopoderosa Iglesia para fundar su propio culto.
Y a través de él obtendrá el poder…

…la sabiduría…

…y mogollón de titis…

Pero acabará regresando al redil de la Iglesia del Hermano Sangre y llevándola a triunfos nunca antes soñados.
Los Auténticos Creyentes ya han descubierto la clave oculta. Para los (todavía) no iniciados explicaré lo evidente: el Hermano Sangre no es otro que ROB!, partiendo de la Marvel que lo acunó en busca de su propio destino en Image a través de la colección Youngblood para después regresar y llevarla a la gloria de Heroes Reborn. Un hecho de una trascendencia histórica tan grande que sus ecos han viajado a lomos de taquiones atrás en el tiempo hasta los oidos de un Wolfman que, cual Cronos mitológico, se niega a dejar paso a la siguiente y mejor generación de dioses.

El parecido es innegable. Escalofriante, ¿verdad?
Pues eso no es todo. Exactamente nueve años separan el Annual 2 de los New Teen Titans del Youngblood #1. Como nueve meses separan la concepción del nacimiento. Y el Hermano Sangre, hijo del anterior líder, está predestinado a matarlo y a reemplazarlo como cabeza de la Iglesia. Por mucho que Wolfman se niege a aceptarlo, por más que un joven pero ya sabio ROB! se apiade del viejo chocho, nada puede alterar el curso del destino.
Marv ha visto el futuro del cómic, y su nombre es ROB!
Y éste análisis bastaría para dejar boquiabiertos y satisfechos a los comunes mortales. Pero un adlater de pura sangre sabe que siempre hay algún otro significado oculto apenas más allá de la percepción ordinaria.
Y en efecto:

Ese retrato del Hermano Sangre en nada se parece a la luminosa faz de ROB! que amamos y que nos mece suavemente en nuestros sueños…

Uno más bien juraría que se parece a Richard Nixon.

El político norteamericano más odiado (por los propios norteamericanos) de la historia.
Más aún, en la imagen de la derecha a quien se parece es a Bin Laden.

Marv Wolfman, corroido por el veneno de la envidia, insulta al futuro ROB! de todas las maneras concebibles. Más aún, cuando ROB!, a pesar de todo, haga gala de su infinita generosidad y ofrezca a Wolfman nada menos que la co-autoría de Youngblood Wolfman, rebosante de ácida bilis, recurrirá a excusas económicas para no aceptar tal don.
Claro que uno no esperaría menos de alguien cuyo único mértio es haberse valido del Tiemporriva para plagiar Infinite Crisis evento por evento (hasta la Historia del Universo DC pirateó el muy chorizo).
¿Verdad que, de repente, esto parece cobrar otro sentido?