



Mucho es lo que puede escribirse sobre el Ultraverso. Me refiero, por supuesto, al apartado dentro de Malibú Cómics y no a los medios de comunicación en España.
Ya sabéis cómo funciona esto. Olbrich y Mason montan una editorial, el malvado Rosenberg llega detrás con la taladradora de pasta, y el boom de principios de los noventa lleva a decisiones como montar este Ultraverso en el que estaban Gerber, Robinson o, como en el caso que hoy nos ocupa, Englehart.
Englehart, que también estuvo detrás del intento de recuperación a principios de los ’00 que se fue al traste por motivos que parece no pueden contarse pero si que se especulan tienen que ver con R, fue uno de los principales creadores implicados, responsable de Night Man (al que recordaréis por su serie de TV) pero también por The Strangers.
Un grupo de personas viajan juntas, llega un estallido de energía o algo y todos desarrollan poderes. Con esto lo mismo te arreglas una temporada de alguna serie de tv que lanzas un cómic. En este caso con Rick Hoberg dibujando. Seguro que le recordáis de Green Arrow, o por ser uno de los desarrolladores del Handbook de Marvel.
Y entre las decisiones creativas de este dúo estuvo uno que tuvo lugar cuando a la colección le quedaba ya poco.
Sí, en su penúltimo número dos de sus personajes viajan hasta esas montañas de la locura, esa ubicación que parece de ensueño pero esconde monstruos, ese paraje del que desconfiar…
¡ANDORRA!
Sí, efectivamente. En los ’90s ya existía Andorra y en ella se ambientaban cómics. Como este.
Pero, ¿cómo no iban a hacerlo? Al fin y al cabo todos sabemos lo que hay en Andorra:
Efectivamente.
¡¡¡EL MUSEO DEL CÓMIC!!!
El Museo La Massana Còmic – Joan Pieras, que quizá sólo hayáis visitado un 3% de vosotros, pero que indudablemente existe gracias a una iniciativa privada -no esperaríais que esto lo pagaran los impuestos- apoyada desde las instituciones -no esperaríais que no pidieran ayudas- que no solo es un ejemplo de lo que la colaboración público-privada significa en el sector cultural, también un ejemplo de lo que para muchos significa un museo del cómic de verdad. Quiero decir, lo que significa de verdad para muchos un museo del cómic.
Y no solo eso, por supuesto, porque como no podría ser menos también va de la mano con un
¡El Saló! (El último cartel que he encontrado es de 2019, yo tampoco sé por qué)
Si es que lo tiene todo. Hasta hay exposiciones temporales como
Que es lógico teniendo en cuenta lo que le gustan los viajes a JAN, ojalá en breve un álbum centrado en Andorra. Al fin y al cabo no le pilla muy lejos.
Así que ya veis, es mucha la relación de Andorra con el mundo del cómic. No es de extrañar que hubiera gente pensando incluso en irse para allá. Que es un poco, yo lo entiendo, como haberse mudado pero no muy lejos. Que así es más fácil ir a lavar lo que necesites.
Al fin y al cabo, ¿no es eso algo muy español?
Pero no solo de cómic europeo y americano viven, no os vayáis a creer, que si uno se pone a buscar (en Comic Vine, por ejemplo) descubre que son más las obras que tienen lugar. Como:
ストライクウィッチーズ アンドラの魔女 o Sutoraiku Witchīzu Andora no Majo o Strike Witches: Andorra no Majo
Por si alguien no se ha enterado lo repetiré para los del fondo:
ANDORRA NO, MAJO
Os preguntaréis cómo hemos llegado hasta aquí…
La misma idea de Solitaire parece propia de los noventas, que para eso estaban. Pero, sobre todo, por la creación de Malibú.
Explicar todo el follón que fue aquello y que es aún hoy -recordemos que tanto Quesada como Brevoort intentaron explicar por qué no usan los personajes o el universo y todo lo que saben decir es Buah, mazo de movidas.- además nos llevaría a uno de los villanos de esta casa. Así que mejor lo dejamos para más adelante y nos centramos en lo importante.
Lo importante es que el personaje se llamaba Solitaire más que el uso de cartas, cunado se acordaban, y que tenía unos problemas paternales que ríete de Harry Osborn. De hecho, se parece más a La Rosa. Pero ese es otro tema también.
Lo importante es que abrieron con rapidez la serie…
Como es lo habitual en estos casos hubo a la vez una edición «con brillitos».
Ultra Limitada a 5000 ejemplares. Je. Limitada.
Pero bueno, las publicaciones y sus cosas. Total, que rápidamente pasaron a meter el consabido crossover.
A buscarse una manera de poner un número 1 en grande para vender más.
Con tanto éxito que para el siguiente número…
No es que dejaran de buscar un público. Su público. Algún público…
Muy particular.
Tanto da.
Hasta llegar al villano final que, inexplicablemente, no se llamaba IronFisting. Pero también da igual. Solitaire vivió una parte importante del universo Malibú.
Incluyendo megaeventos.
Y apariciones en otros títulos.
Ya, ya supongo que no hace falta que os cuente mucho del UltraVerso, Génesis y todo lo demás. Todos estos personajes sobradamente conocidos. Todas esas tendencias tan interesantes. Todos esos personajes como
HardCase que tanto ha hecho por los culos del mundo. Por todos los culos.
Con enorme rotundidad.
Hard Case duró más, y eso le permitió vivir a tope la llegada de Marvel comprando a lo loco -Esto es, tanto por lo que decidieron comprar como por los documentos que firmaron- y el subsecuente éxito editorial.
Por supuesto no fue el único personaje en vivir esta Gloriosa Época
Lo que nos lleva, de nuevo a Solitaire.
Puede que ni Gerard Jones ni Jeff Parker llegaran a los niveles de calidad de ROB!, pese a lo cual se han ido defendiendo más o menos en el mundillo.
Pero lo importante ahora es que esto resume un cierto problema. Puede que el Solitaire tuviera potencial, pero ante la apertura de las playas de Malibú al capitalismo y su venta a Marvel el resultado fue la erradicación total de su universo.
Siempre ha habido teorías de qué lo causó, los autores suelen culpar a que Marvel tendría que pagar derechos de autor por usar los personajes, Marvel tiende a echar balones fuera, y al final un nombre sale a relucir.
Porque detrás de todas estas cosas siempre hay un archivillano.
¡¡¡Scott Mitchell Rosenberg!!!
Y es que al final siempre acaba apareciendo alguien dispuesto a poner el cazo.
A Len Wein siempre lo recordaremos abrazado a su osito, gracias a Marv Wolfman y George Pérez. Un sentido AVIV NIËW! para él pic.twitter.com/C5ijRNhHBV
— picadlos (@picadlos) 10 de septiembre de 2017
El lector más reciente posiblemente asociará el nombre de Jim Starlin a un señor mayor que hace cosas con Thanos y con Warlock. Esto es debido a que la historia la escriben los ganadores, que en este momento en nuestro mercado es Panini, que nos inunda por una parte con los clásicos de Warlock y el Capitán Marvel y por otra con tapas duras conteniendo novelas gráficas (y lo que no son novelas gráficas) con Thanos y cosas del Infinito. Pero para lectores más veteranos la primera vez que leímos el nombre de Starlin como reclamo para la compra de un título fue en una de las portadas más molonas que recuerdo de tiempos anteriores a ROB!. Es de esas pocas que al verla se siente la necesidad de comprar el tebeo, traiga lo que traiga, sin saber de qué va, sin importar si es serie regular o limitada. La portada forum del primer número de Dreadstar es de lo más épico que hubo en nuestro mercado en los años ochenta.
(nunca un fondo naranja moló tanto)
De hecho, sigo considerando que los cuatro primeros números de aquella serie fueron una caña total, tanto a nivel de la saga espacioperística que se montaba como a nivel de dibujo, que supongo que sería por el hecho de que Starlin dibujó aquellos primeros episodios a un tamaño mayor de lo habitual y con la reducción los detallitos que se marcó en cada viñeta cundían más. Para los episodios siguientes volvió al tamaño más estándar y comenzaron a entrar entintadores, con lo que el cambio en lo gráfico fue bastante marcado.
El caso es que cuando llegaron los Fabulosos Años Noventa, Starlin ya era un autor consagrado. Y como se sabe esos años supusieron un gran espaldarazo para los NUEVOS autores hot que se marcharon a Image a trincar pastos más verde dólar. Pero los autores que ya llevaban un tiempo triunfando se les consideraba parte de la casta y sí querían aprovechar el filón de las obras de autor tuvieron que buscarse la vida con otros sellos. Así, gente como Miller, Mignola, Byrne o Arthur Adams se reunieron con el sello Legend bajo el paraguas de Dark Horse. Pero hubo otros intentos, como el de Bravura en Malibu con gente como Chaykin o Walter Simonson, que fue bajo el que Starlin publicó sus dos miniseries de ‘Breed.
Esta obra fue publicada en doce grapas por Norma Editorial y aunque nunca se ha reeditado en nuestro país todavía es conseguible por medios legales. Cuenta la historia de Raymond Stoner, un joven que descubre su herencia demoníaca al convertirse en un implacable y musculado ser que descubre por casualidad Elsewhere, una inacabable y casi desierta ciudadela que es un nexo dimensional entre realidades. Allí es instruido por Rachel, una medio demonia de inspiración claramente Starlin (lo extraño es que no aparezca un Alto Señor Papal en toda la saga) que le explica que ellos son híbridos de demonio y humana, pero que los demonios de verdad son muy malos y que ¡ATENCIÓN! cuanta la leyenda que un medio demonio se convertirá en EL ELEGIDO y se alzará contra los demonios y…¿vais suponiendo quién considera Rachel que es EL ELEGIDO?
Total, que, años noventa, la saga es un perfecto vehículo para que Starlin plasme un derroche de planos, contraplanos y recontraplanos intercambiables en los que es maestro, y violencia, y persecuciones tanto por nuestro plano como por Elsewhere, contra toda serie de hombres-leon, hombres-pantera, hombres-hipopótamo, y toda serie de trasuntos demonio-alienos de esos que le salen tan bien. Y para probar excesos con el color por ordenador, por supuesto, años noventa. Adversarios salidos del averno cada vez más poderosos que combatía con las manos desnudas o con algún arma de fuego, pero principalmente a machetazos. Y entre una pelea y otra a reponerse con las oportunas botellitas que se trae de una fuente mágica de Elsewhere que cura cualquier mal. La primera miniserie de las cuatro que Starlin anunciaba tener planeadas fueron seis números que aparecieron entre Enero y Junio de 1994. Seis números, seis meses, definitivamente Starlin no sabía ser un autor hot. La segunda miniserie, también con aburrida periodicidad mensual, comenzó en Noviembre de 1994 y a punto estuvo de no poder ser concluida. Esto se debió a la compra de la editorial Malibu por parte de Marvel. La versión oficial fue que les interesaba adquirir el interesante Ultraverso que publicaba la editorial, pero lo que terminó desvelándose es que en realidad lo hicieron para meter en nómina a su equipo de coloristas noventeros. A diferencia de lo que le pasó más tarde a la línea ABC (Tom Strong, Promethea…) de Alan Moore en Wildstorm cuando fue adquirida por DC, Starlin pudo desvincularse de Malibu manteniendo el sello Bravura merced a las buenas gestiones de su abogado, Harris M Miller II, todo un frikazo que hoy en día asesora entre otros, además de a Starlin, a las cosas de Mark Millar en Image. Poca broma con el abogado, que rascando un poco hasta le he encontrado una carta en un correo de Pantera Negra de Jack Kirby reprochando que en ese volumen no concluyeran las tramas pendientes que dejó McGregor en Jungle Action. Todo un continuity cop. Esa miniserie se concluyó, igual que alguna otra como Star Slammers, pero las previstas otras dos miniseries cayeron en el olvido.
Hasta 2011.
En ese tiempo el mercado había ido cambiando. La burbuja de los tebeos había reventado y quedaba patente el riesgo al que se exponían los autores que intentaban embarcarse en la autoedición o la formación de un sello grupal para distribuirse (¿recordáis lo que duró Gorilla Comics?), e Image bajo la excusa de «celebrar la diversidad» paso de ser un reducto exclusivo de estrellas emergentes a un cajón de sastre que se encargaba de distribuir el material de todo aquel que quisiera pagar el peaje de entrada. Por Image habían pasado etapas de Groo, Bone o Strangers in Paradise, de forma que ahí fue donde terminó apareciendo ‘Breed III, serie de siete capítulos (mensuales, claro como le gusta a la Image de ahora) con la que Starlin concluiría la saga. Sí, diecipico años antes hablaba de dos minis, pero a cambio ahora serían siete números.
Seguir pillando aquello pasado tanto tiempo y con nulas garantías de que se viera en castellano me daba muuuucha pereza, pero fue ver en los avances la portada del sexto número y esperar como agua de mayo las solicits del recopilatorio en el Bookdepository ¿os he dicho ya que Elsewhere es un nexo dimensional entre realidades? ¡y con el fondo naranja!
(de hecho, los demás personajes son también otras creaciones de Starlin para otras editoriales, como Wyrd the Reluctant Warrior o Kid Kosmos)
Se nota mucho en el dibujo que Starlin le puso ganas a esta conclusión. Es de esos autores a los que en los encuadres y el detalle se le notan las ganas. Un poco como cuando Byrne pasa de hacer algo alimenticio para alguna editorial a trabajarse una bien remunerada commission. Todo el cuidado que puso en las miniseries anteriores para trabajarse el paisaje urbanístico de Elsewhere lo traslada ahora también a los interiores de los edificios. Hasta entonces toda la instrucción con Rachel la hacía en una plaza del lugar. Ahora se trae al sitio alguna gente a la que rescata de las garras demoniacas y a Elsewhere se traslada la mayor parte de la acción, en la que con la ayuda de otros paladines traídos de otras realidades del Starlinverso ‘Breed se va enfrentando armado a adversarios cada vez más poderosos hasta la confrontación final con el Gran Enemigo.
Y es en medio de estas escenas de la última serie en la que comprendí la inspiración de la obra de Starlin.
Un autor obsesionado desde muchas obras atrás con la Muerte, con el Poder, con Objetos de Poder capaces de causar Gran Destrucción, y los machetes, y las armas, y hasta las cantimploras curativas. Todo estaba ahí, hasta las cronologías. Una primera parte en 1994, la siguiente en 1995, y después un parón hasta bien entrado el siglo XXI…
Porque como ya he dicho por aquí alguna vez no estoy muy metido en videojuegos y no controlo demasiado lo del Doom…
…pero cuando ‘Breed esconde a los humanos indefensos en un pasadizo oculto en un pasillo…
…jugué en mis días suficiente al Wolfenstein 3D para pillar el homenaje.
Tremendo frikazo, Jim. El día menos pensado te encargan los guiones de Contest of Champions o la app que toque. Que no te dejen las Gemas del Infinito cerca.
Vaya, vaya, vaya… Así que habéis decidido acercaros por la cripta de los cómics en otro de estos días de Halloween. Qué valientes. Uno nunca sabe lo que puede encontarse por aquí… ni siquiera el resto del año. Así que imaginad mi sorpresa cuando os veo acercaros entre los libros polvorientos, los sospechosos restos pegajosos y las extrañas reliquias que componen el paisaje y paisanaje del mundillo para escuchar una historia en la que, ¿quién sabe?, quizá acabéis siendo los protagonistas.
NYA-HA-HA-HA-HA-HA!!!
¿Qué clase de historia de terror preferís escuchar hoy? ¿La del editor acusado de acoso al que mantenían en su puesto? ¿La de la creadora de una serie que tuvo una bronca por una portada? ¿O preferís que os enseñe cifras de ventas? JAJAJA. No, ni siquiera yo sería tan cruel como para mostraros cómo han caído los compradores de cómics en la última década. Tranquilos, aunque sea La Noche antes del Día de los Muertos hoy no vamos a hablar de El Jueves.
En su lugar parece que este año se nos ha quedado bueno para hablar un poco de personajes. Personajes para los disfraces de esas fiestas a los que la juventud de ahora acude, no como éramos jóvenes los demás y acudíamos a… no sé… ¿Ver Bahía de Sangre? ¿Llevar buñuelos a los cementerios? Al final es difícil decidir quién debe aprovechar mejor nuestro medio capitalista. Pero pensemos en esos pobres que estarán sufriendo con sus vestidos. Seguro que están pensando en usar alguna película de inspiración. En algo que infunda terror pero sea divertido en… Creo que ya sé qué libro puedo abrir para contaros una historia. Permitidme un momento… Sí… Aquí está…
El universo terrorífico de Marvel está ahí. No hay más que recordar el éxito de Blade como película y obviar el de Blade como serie de televisión. Si Ryan Reynolds puede elegir qué películas de superhéroes en las que aparece se le recuerdan nosotros no vamos a ser menos. Así que la tercera de Blade tampoco vamos a mencionarla. Pero sí que el Blade de los cómics salió de unos tebeos de Drácula que quizá no conozcáis porque en España no se han publicado suficientes veces en distintos formatos. O que ese mismo personaje formaría parte de los Nightstalkers, no confundir con los Darkstalkers ni con los Stalkers en general. El caso es que tuvieron incluso serie propia en los locos años noventa.
Ya, nunca hubierais adivinado que la serie era noventera. Lo sé. Es como intentar descubrir en qué década se rodó la película de Doctor Extraño. (De la que, por cierto, ya hemos hablado). Más difícil de lo que parece.
Por supuesto esto obedecía a que en los noventa los vampiros habían regresado por la puerta grande. Una frase que suele poder decirse al menos una vez cada dos décadas. Así que igual que la última vez el éxito de los vampiros se notó en Lobo en esta ocasión Marvel había hecho su enésimo intento de reconstruir un teórico universo sobrenatural terrorífico. Seguro que habéis notado el papiro con los números arriba. Es porque ese primer número era parte de un megacrossover de lanzamiento de varias colecciones. Sí, en serio.
La historia comenzaba en el Motorista Fantasma #28 y terminaba en el #31. No, ni el 29 ni el 30 formaban parte del crossover, ¿por qué lo preguntáis? Pero, vaya, a partir de ahí iban lanzando número uno como el que habéis visto antes o la nueva serie que le habían abierto a Motorista Fantasma, Ghost Rider & Blaze: Spirits of Vengance.
Sí, suena un poco al Mortadelo y Filemón, Agencia de Información de la Marvel, pero es que estaban improvisando un poco. Por supuesto también había un vampiro.
Sí, el otro de siempre. Pero seguro que notáis que falta una parte. Ya habéis visto que eran seis y sabéis dónde empieza y termina así que está claro que tenían intención de sacar cuatro números uno y sólo tenemos tres. ¿Quién nos falta? Pues ese es el asunto. Que no es un quién. Es un qué. La cuarta serie estaba dedicada a un libro. Sí. En serio. Un libro.
¿Os suena el Darkhold?
Darkhold, Darhold, Darkhold, Darkhold, He rides across the nation The thoroughbred of sin He got the application That you just sent in It needs evaluation So let the games begin A heinous crime, a show of force A murder would be nice of course, Darkhold, Darhold, Darkhold, Darkhold…
Me desvío. El caso es que este libro, Chthon y el resto de la panda irían apareciendo y desapareciendo por las páginas a principios de los noventa. Incluso cuando empezaran a cancelar títulos y se intentara sacar una suerte de antología llamada Midnight Sons.
Sí, en los noventa aún. Por supuesto luego llegaría Marvel Edge como sello escoba, pero mientras tanto tuvimos a estos dando vueltas. Pero si os estáis pensando si hay alguna cosa que sellos que no lleguen a los dos años de existencia creo que es el momento de que pasemos a nuestros invitados especiales. Porque hubo gente que no llegó ni a eso, quizá porque fueron creados a finales de los ochenta en lugar de a principios de los noventa. Ya ha llegado el momento de hablaros de la Night Shift.
Creados por Mark Gruenwald (Bueno, y Tom Morgan y Sal DeLaRosa) en su etapa de Capitán América, estamos ante un grupo realmente… peculiar.
Variopinto, incluso. Por supuesto lo más sencillo sería poneros por aquí sus fichas para que le echéis un ojo a los componentes. Que son unos cuantos.
Pero tampoco creo que necesitéis saber más que algunas cosas de ellos. Por ejemplo: Shroud no es The Hood y nadie podrá demostrar que Bendis se inspiró siquiera ligeramente, Dansen Macabre es otro ejemplo de striper barra supervillano, Gypsy Moth no tienen nada que ver con el Doctor Doom, Tick Tock no era ningún político, de hecho varios son repescas de cuando Spider-Woman, y luego Werewolf by Night estaba por allí por el pedigrí. Un grupo peculiar que lo mismo salía por esos títulos como se enfrentaba a Los Vengadores (Costa Este)
O al Caballero Luna.
En realidad no eran villanos sino un grupo de villanos a los que Shroud manipulaba para que hicieran buenas acciones. Un truco estupendo, ojalá lo hubieran repetido alguna vez. Por supuesto, con tantos personajes parecía obvio que la pregunta sería, ¿cuándo les darían serie nueva?
La respuesta es más esperable de lo que uno creería: Nunca. En serio, si buscas una serie con Night en su título podemos ofrecerte otras con mayor suerte incluso en su paso a lo audiovisual…
Pero a estos pobres no les tocaría un buen momento y aunque aparecieron en alguna historia más, incluso cambiando sus integrantes y apareciendo en mitad de un lío con el Darkhold y Sattanish en una historia que aprovechaba a otro personaje de esos que habían dado tantos tumbos que incluso había salido en los magazines de Curtis.
Ah, cierto. Curtis era un subsello de Marvel para sacar magazines en blanco y negro sin poner Marvel. Cosas suyas. El caso es que los sacaron de nuevo contra Los Vengadores (Costa Este)
En una historia con demonios, guiños en el título y el libro de marras. Pero ni por esas. Los pobres se quedaron sin serie, con muchos líos de quién estaba dentro y quién fuera -porque, claro, necesitaban a su Hombre Lobo en otro lado que en Marvel parece que no tuvieran suficientes nunca- y aunque este macro-arco se publicara en 1991 al año siguiente no les tocó reintegro. En serio, prefirieron darle un título al libro antes que a ellos. ¿Se puede ser más triste que eso? Quiero decir, teniendo en cuenta que luego se olvidarían y sólo volverían a sacarlos para matarlos como si fueran secundarios del pasado que usar para un truco fácil.
Más triste aún resulta cuando pensamos en la evolución de otos personajes que andaban por allí esos años. En Malibú Night Man -mira, otro Night con serie propia- no solo sería capaz de tener su propia cabecera
como parte fundamental del Ultraverso… y más allá…
también tendría los crossovers más esperables
y más noventeros
e incluso acabaría logrando una serie de televisión.
Mientras que en Epic estaría la Shadowline Saga, que tiene también mucho mérito no ya por los números que salieran…
como por lograr tirar de historias de Chichester para acabar dándoles su propia serie. Sí, porque por loco que os parezca ese personaje de ahí, que en aquel momento se llamaba Shreck y era un tipo de aspecto villanesco y verdoso que luchaba contra St. George. En realidad cuando menos os recuerde de Epic sospecho que más felices seréis. La cosa es que Marvel pensó que le podían cambiar el nombre y darle serie propia porque eso es lo que hacían con todos los personajes que no fueran Night Shift. Así que en 1992 -ya, seguro que notáis un patrón- se estrenó Terror Inc.
Una serie tan de su época que tuvo incluso la inevitable aparición invitada del de siempre.
No duraría mucho pero, por supuesto, llevaría a que lo recuperaran en 2007 para la línea MAX
y luego en 2009 para un especial
Hasta llegar a la actualidad, como uno de los mercenarios reunidos por MuertoPiscinas
A los que hacía vestirse como él.
Así que al final acabamos encontrándonos con que incluso los personajes, por terroríficos que sean, y por series que hayan protagonizado -o vayan a protagonizar, que al ritmo que va Marvel seguro que en unos meses está anunciándole también serie a este- puedes acabar en mitad de un marasmo de cosplay…
No ya porque parezca una época en la que es más fácil ser youtuber o cosplayer que autor (dibujante, guionista) en un evento comiquero, sino porque uno al final nunca sabe cuándo le va a tocar ir disfrazado de Lo Mismo que el Resto. Y, quien sabe, quizá si decides hacer un pequeño examen para ver si la persona está poniéndoselo con carnet o lo hace solo por diversión puedes encontrarte tras la máscara a un monstruo verde gigantesco. Así que mejor guárdate las ganas. O puede que acabes tan olvidado como Night Shift.
Y es que al final todo el mundo parece tener un lado oscuro. Todo. El. Mundo.
Así que ya sabéis, para esta noche diversión, respeto y cómics. Si no queréis acabar olvidados o… peor aún… ¡Parte de un Universo Televisivo! NYA-HA-HA-HA!!!
AVIV NEEWÖLLAH!!!
Estamos hoy aquí reunidos para hablar de exMUTANTES. Seguro que os suenan a todos un monton, ¿verdad?, ya sabéis, los exMUTANTES de toda la vida. Que sí, hombre, estos mismos…
Ahí esta la X bien grande, al lado de los Mutantes de toda la vida… y la E de Eternity, la editorial que publicó esta colección en 1986, una época donde ninguna otra colección de mutantes estaba triunfado. A los lapices, el Grandioso Rom Lim. A sus pies señor Lim.
Como no, a este serie le siguieron una serie de spinoffs tambien muy originales como
Y eso que no sacaron todos los spinoffs que podrían haber sacado como…
Efectivamente y sí. AVIV MOR MIL!!!
Llegados a este punto del estudio del legado de ROB! conviene afianzar ciertos conceptos básicos para comprender su totus opus. Y uno de los más dificiles de comprender por mentes irremediablemente dañadas por el consumo intensivo de videojuegos es el de los taquiones y sus profundas implicaciones cosmogónicas.
Grant Morrison escribió: «No creo que Dios juegue a los dados».
Bueno, en realidad escribió: «No creo que Dios juegue a los dados, seguro que le va más el poker… Jo, este peyote está todo cortado y no me hace efecto, no vuelvo a pillarle nada al DiDio» pero con la primera parte nos basta.
El paradigma físico existente antes de la Venida de ROB! era la física einsteiniana, o relativista, una evolución de la newtoniana que, por muchas innovaciones que implicara, seguía sosteniendo la idea de un Universo Determinista en el que a toda acción le sigue una reacción, a cada causa un efecto. Tras la mañana llega el mediodía. Despues de las cinco vienen las seis. Pero lo contrario es imposible.
Ejemplo 1: un guionista se acerca a Jim Shooter en 1985 proponiendo un nuevo personaje, un científico millonario que en lugar de superpoderes lucha contra el crimen usando una armadura supertecnológica. Shooter le echa a patadas de su despacho porque ya están publicando historias de ese personaje: se llama Iron Man.
En ésto se mantiene el modelo de tiempo newtoniano. Pero según la física relativista el tiempo es relativo. Varía según la posición y velocidad del observador.
Ejemplo 2: el mismo guionista, en cuanto puede volver a andar (Shooter tiene las piernas muy largas) se dirige cpn la misma propuesta al editor de Malibu Comics, quien se la acepta encantado.
Otros posibles ejemplos del mundillo editorial bajo la física relativista incluyen «John Byrne, el genio que está llevando los Cuatro Fantásticos a la grandeza», «John Byrne, ese facha que está hundiendo a Superman convirtiendolo en Rambo» y «John Byrne, ese genio que está elevando a Starbrand a la grandeza».
Pausa para meditar sobre los conceptos aprendidos. Practica y saca tus propias conclusiones.
¿Ya?
Pero a mediados de los 80, la Venida de ROB! demuestra que Diso SÍ juega a los dados.
Y usa esos tan raros de 20 caras que cuando los tiras se pegan media hora rodando hasta caerse de la mesa y acaban debajo del mueble de la televisión y cuando estás intentando alcanzarlo te encuentras con el token de objeto pesado que te faltaba el otro día que al final resulta que no se lo había comido el gato, menos mal.
En resumen: el caos.
Si la velocidad de la luz es la máxima que puede alcanzar nada en nuestro universo, ¿por qué unas estrellas reaccionan al campo gravitacional de otras antes de que les haya podido llegar su luz? ¿Por qué Wizard Universe pide más números de lo normal del Captain América 25 antes de saberse oficialmente lo que iba a pasar en él?
Bienvenidos a la física cuántica. Un mundo donde gatos zombies saben dónde están pero no hacia dónde se dirgen.
Les presento a los taquiones, mensajeros encargados de transmitir todos esos efectos a una velocidad mayor que la de la luz. Tanta que a veces el efecto se produce antes que la causa.
(aviso: lo que viene a continuación podría ser considerado SPOILER bajo la óptica de la física relativista, por lo que los nombres y los datos relevantes han sido ocultados)
Ejemplo 3: M. F. es el encargado de escribir los guiones de uno de los lanzamientos surgidos tras la SPOILER SPOILER, el SPOILER War Journal v2, con dibujos del afamado A.O.
Pausa para ponderar las implicaciones cósmicas de tal hecho.
Practica y saca tus propias conclusiones.
Continuamos.
SPOILER SPOILER número 319 USA, julio de 1986.
En ocasiones anteriores ya hemos comprobado como los taquiones causaban que obras revolucionarias e innovadoras como SPOILER War Journal fueran vilmente plagiadas por mediocres dibujantes y guionistas de épocas anteriores. La inversión de la relación causa-efecto.
Pero lo que hace que este caso concreto bata todos los records establecidos es el hecho de que su guionista, Mark Gruenwald, a fecha de publicación de SPOILER War Journal v2 episodio 4…
…¡¡¡lleva diez años muerto!!!
Lo que demuestra que los taquiones atraviesan todas las barreras. Incluida la del más allá (tito ta ti-to ti-to ti-to… )
¡Chúpate esa, M. Night Sarmanyanzank!