Los propósitos de enmienda y mejora asociados a los cambios de año en el calendario tienen bastantes similitudes con los reinicios en los títulos de comic-book. Todo son buenos propósitos que arrancan muy bien al principio, pero llegado cierto momento las cosas se van dejando, se van dejando y llega un punto que llevados por la inercia, total, para lo poco que falta para el próximo reinicio, pues ya dejamos los deseos para ese siguiente. En este sentido, el reinicio más significativo en la industria tuvo lugar con los Heroes Reborn (sí, en DC hubo cositas en los años ochenta, pero no llegaron a los picos de venta conseguidos en los Noventa con la iniciativa marveliana). Y dentro de los mismos, el mayor impacto vino dado en Los Cuatro Fantásticos. No por términos de calidad, por supuesto, ya que no tiene sentido compararse con el Capitán América de ROB!, sino por lo que tuvo de reinterpretación de las aventuras primigenias del cuarteto fundador de la historia del Universo Marvel. Por todo esto es el título que he usado como metáfora de los buenos propósitos de Año Nuevo.
Los primeros números arrancan de cine, con un dibujo espectacular y un argumento agil y atráctivo que recorre a toda velocidad los mitos fundacionales de la Primera Familia. Por sus primeras páginas pasan de forma frenética Namor, el Doctor Muerte, Estela Plateada, la Pantera Negra… Un destilado de todo lo que fue un éxito en su etapa anterior pasado por el filtro de lo que funcionaba en los Noventa. Todo iba bien en los primeros números, con un Jim Lee en la cresta de la ola, al que nunca se le loaba lo suficiente en los correos de la época. En aquellos tiempos no teníamos fake news, pero con los correos de los lectores nos bastaba.
Aunque también hay que decir que entonces la información ya circulaba a toda velocidad, de manera que podías encontrar una noticia y su desmentido…en la misma sección.
Al menos Raimon cumplió y como dice se le dice arriba habló largamente del bueno de Stan. Tan largamente que a día de hoy todavía le dura y no tiene visos de terminar. Pero esto era solo la guinda de aquellos buenos propósitos de Reinicio Nuevo que tuvimos con Jim Lee…hasta que le sustituyó Brett Booth.
Que sí, que la intención seguía siendo buena, pero… no puedo despegar de las retinas la hipermolona interpretación noventera de aquel Karnak urbano. Inhumano, literalmente. Este es el momento en el que la Realidad choca con el deseo y nos desapuntamos del gimnasio.
Pero, al igual que pasa con los propósitos de cada Enero, algo bueno se queda. Una mirada nueva sobre un concepto establecido puede aportar nuevas facetas.
Tomemos por ejemplo su visión de aquel ser por encima del Bien y del Mal que dio pie a la mítica trilogía. Creíamos saber todo de él, pero en realidad apenas le conocemos. Y con unos mínimos trazos Booth nos desvela rasgos de su carácter, como cuánto le importa consumir todos los recursos disponibles a su alcance para satisfacer sus apetitos, o la consideración del impacto de estas actuaciones sobre la población y el medio ambiente del planeta que está arrasando. Y no se limita a eso, sino que podemos hacernos una idea de su postura en temas tan variados como la economía, la igualdad de género o la plasticidad de una cabalgata de Reyes. Así pues ¡TEMED LA FURIA DE GÁL…
…VAREZ DE TOLEDO!
Felices propósitos para el año entrante y que sean buenos mientras duren.