Cuando te llega como noticia que hay un cómic superventas destrozando las listas de Lo más vendido uno se pregunta, lógicamente, ¿Película o Enfermedad? ¿Será el cómic ese cuya adaptación ha ganado un festival de cine? ¿O será un nuevo superartefacto? ¿Será por alguna rara enfermedad asociada a la vejes, a los neonatos, una enfermedad mental o la guerracivilfilia?
Pero no, resulta que es de género.
Y entonces llegan los listados de novedades y empiezas a notar algo. Algo… recurrente…
Algo decididamente reiterado
Algo está pasando con nuestros cómics.
Que debe de venir de algún sitio..
Y que acaba produciendo incluso sus propias obras maestras
-incluso aunque Fred Van Lente y Ryan Dunlavey no estén tras de él como estuvieron tras el de las Filosofía o los Cómics–
Así que… ¿De dónde viene todo esto?
Pues en realidad parece parte fundamental de la misma historia del cómic.
Al fin y al cabo tenemos personajes que no saben manejarse con el dinero
y así salen de perroflautas algunos…
muestra de una sociedad sin piedad con los más desfavorecidos
Hasta el punto de que uno llega a preguntarse hasta dónde estaría dispuesto a llegar alguno de estos personajes por dinero, por conservar su trabajo…
Mientras que otros tienen cantidades más que de sobra…
gracias al principal medio que proponen los cómics para hacerse rico:
¡Heredarlo!
Y es que, al final, no es extraño que surjan todos esos cómics temáticos para enseñarnos cómo funcionan las cosas, porque los cómics, como los noticieros, nos han enseñado que sólo hay dos formas de tener dinero. O naciendo en la familia adecuada o mediante una extrema…
austeridad. -Asociada al uso y abuso del resto de la gente, pero eso de manera sutil, claro.-
Así que ya véis, al final esto iba de las dos cosas: Película Y Enfermedad.
Y eso explica que estemos como estemos, incluso en los cómics, encontrarnos en una economía de viñetas dominada por