Tu character me suena

Creo que fue Carlos Pacheco el que dijo que el verdadero reto para un dibujante de comicbooks sería una escena con el Capitán América, Ojo de Halcón y Chaqueta Amarilla, de paisano los tres, sentados hablando. Tres tipos rubios con peinados y características fisionómicas parecidas, el lenguaje corporal como una única herremienta para diferenciarlos. Ahí es donde un verdadero dibujante se la juega. Uno que mantenga el interés por narrar y no haya adquirido los vicios de madurez que haga que todos los personajes se vean iguales. El llamado Efecto Chaykin termina afectando a casi todos los artistas a poco que se acomoden, y ha llegado a ser un fenómeno tan asociado a los tebeos de superhéroes que es una característica que están empezando a adoptar también las películas.

En serio ¿no habéis notado lo mucho que se parecen en la pantalla el Capitán América y la Antorcha Humana de la continuidad anterior? es como si a ambos los hubiera dibujado John Byrne.
 

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O Daredevil y Batman, como si ambos estuvieran imbuidos por un espíritu común, tal vez el de Frank Miller.
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Estas semejanzas no entienden de coloristas o de etnias. FIjaos por ejemplo en el asombroso parecido entre Tormenta y Catwoman, como si ambos fuesen portadas de Adam Hughes.

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Hay muchos otros ejemplos,por supuesto, como el Superman de Bryan Singer con el Atom de la serie de Flash; Pájaro Burlón de SHIELD con la Wonder Woman que no pasó del episodio piloto; el Motorista Fantasma y el Superman Bizarro del Elseworlds que no llegaron a sacar; o Linterna Verde con Muertopiscinas. Es como si hubiera tipologías de actores y actrices adecuados para el género de superhéroes, y al multiplicarse estas peliculas también lo hacen sus roles.

(Inciso: Michael Bay dirigiendo Youngblood con el mismo reparto que las Tortugas Ninja. Soñar todavía es gratis).

Incluso aunque pase el tiempo, que ahí tenemos el ejemplo del superventas Batman que años después se recicla en el independiente Birdman tan alabado por la crítica. O Annette O’Toole, que hizo de Lana Lang en Superman III, y años después fue la Martha Kent de Smallville. De novia a madre, lo que cambia el cuento con las continuidades.

Así pues, nos estamos acostumbrando a ver las mismas caras, las caras típicas del superhéroe típico, en las distintas películas. Los actores repiten películas al saltar de universo, y las productoras buscan en sus actores ese personaje tipo, hasta el punto en que es difícil distinguirlos. Muchos son los que señalan los parecidos entre Capitán América y Star-Lord, y un googleo rápido también señala el gran parecido entre Star-Lord y Ant-Man.
 

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Hay más personajes que actores, por lo que estos se ven obligados a tomar más de un personaje, pero cambiando universo y continuidad para que no cante demasiado.

Pero era cuestión de que se les colara algún desliz.

Un fallo de la continuidad, un pequeño No-Premio.

El caso de un actor que interpretó un papel importante en la primera parte de un franquicia peliculera basada en una historieta, y a otro personaje importante diferente en la segunda.

Os estoy hablando de Simon Pegg.
 

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Que actuó (o dobló, o se puso sensores de movimiento en un mono, o yoquesé, esto de los efectos avatáricos cada día es más complicado) para Steven Spielberg en la inolvidable Las Aventuras de Tintin: el Secreto del Unicornio. En ella interpretó al agente Hernández.

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La segunda entrega de Tintin lleva cierto retraso, es seguro que no se cumplió con la fecha de estreno esperada en 2014 y está por ver si llegará a 2015. La dirige Peter Jackson en una única entrega, o eso se espera. Lo que sí se sabe es que Simon Pegg no repetirá el papel de Hernández, que tomará otro actor.
Sin embargo Simon Pegg sí actuará (o doblará, o…) en la segunda parte de las Aventuras de Tintin. Y lo hará en un papel diferente, sentando un precedente peligroso de personajes que cambian de aspecto de una entrega a la siguiente y otros que se parecerán a otros anteriores. La sensación de "a este lo tengo visto" revisitando las entregas de una misma saga. Un riesgo a evitar.

Por eso, señor Jackson, le pido que reconsidere. Una de dos, si es posible todavía devuelva a Pegg el papel de Hernández, bastante trauma tengo ya cuando pasan películas de Los Picapiedra sin Goodman ni Moranis. Pero lo que no debe permitir bajo ningún concpeto es que Pegg tenga un papel diferente en la segunda entrega, lo que llevaría a confusión. Imaginen que van a ver la tercera de los Vengadores y ponen a Robert Downey Jr en el papel y las mallas de la Viuda Negra. Chirriaría ¿verdad? no digo que no mereciera la pena verlo, pero a efectos de continuidad desentonaría.

Así que por favor se lo pido, señor Jackson, no permita que para la segunda de Tintin Simon Pegg tenga, como está anunciado,  el papel de…
 

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Y que conste que cada vez está más difícil esto de hacer de continuity cop.

Alguien. Besos. Pedrito.

Esta semana he tenido ocasión de ver «Alien vs. Predator«. Y tengo que decir que me ha gustado. Así de claro, sin coñas ni segundas lecturas.

(OJO! SPOILERS ACECHANDO POR TODOS LADOS)

No es que el film sea perfecto, claro:

– el argumento tiene la misma complejidad que el manual de instrucciones de una servilleta;

– la caracterización de los personajes… bueno, tan sólo diré que tiene su máximo exponente en las frases «¡A mí nadie me da la espalda!» (que suena como que alguien está a punto de hacer algo estúpido y peligroso -¡referencia, referencia!-, y efectivamente lo hace), y «Una pistola es como una caja de condones: prefiero llevarla y no necesitarla, a necesitarla y no llevarla» (la cita no es literal), que aún no estoy seguro de si es propaganda de la Asociación Nacional del Rifle o forma parte de una campaña de control de la natalidad. Y hasta ahí llega la caracterización de personajes;

– la ecología de los Aliens, con ese ciclo reproductivo tan acelerado, sigue siendo un completo despropósito: con esta, ya llevamos cinco entregas de la saga «Alien» (tebeos aparte), y aún no se ha mostrado una sola especie a la que los Aliens depreden y cuyo ciclo reproductivo sea capaz de mantener el ritmo del de éstos;

– y los Depredadores son un pelín «nenazas» en comparación con los de las dos primeras entregas: baste decir que, de los tres que aparecen, dos mueren a la primera de cambio y el tercero es violado en cuanto se descuida un momento. Y eso que se supone que son más fuertes, más resistentes, tienen el nivel tecnólogico más avanzado, bla, bla, bla, y, a diferencia de todos los demás, ellos sí saben desde el primer momento para qué están allí. Unos nenazas, insisto.

Vale, esta es la carátula del videojuego. ¿Y qué? Pero lo cierto es que nada de todo lo anterior importa: si lo que quieres ver cuando vas al cine son argumentos complejos, un acercamiento científicamente riguroso a la biología de un ente orgánico, personajes bien caracterizados y tipos feos muy machotes, te vas a ver un rollo de Erice, Haneke o uno de esos en el que se muestre con todo lujo de detalles y en tiempo real cómo el proceso de podredumbre de un melocotón afecta a las relaciones de poder en el seno de un sindicato de estibadores del puerto. Pero cuando lo que vas a ver se titula «Aliens vs. Predator«, tienes que tener claro que vas a lo que vas.

Y en conjunto, hay que decir que la «pinícula» es MUY entretenida. Ofrece exactamente lo que uno se espera cuando entra a verla, es decir:

a) que es predecible. Y en su mayor parte lo es: sólo hay dos cosas que, relativamente, me sorprendieron: los Predators flojuchos, como ya he dicho, y que el arqueólogo acabe muriendo: sólo puedo suponer que los productores temieron que a un público esencialmente masculino y adolescente le costaría aceptar la «humillación» de que un tío pueda ser salvado por una chica (sí, lo sé: en «Aliens«, Ripley acababa salvando a todos los que llegaban a la Sulaco, Hicks incluido; pero ya sabemos cómo quedó «arreglado» eso al principio de «Alien al cubo«, ¿no? (sí, esa del Alien-perro. Después de eso, podemos esperar que cualquier día nos sorprendan con un Alien-koala, un Alien-marmota, un Alien-gerbo…))

b) pero también que no defrauda tus expectativas si tienes claro qué es lo que esperas encontrar: yo fui con esa mentalidad, y en efecto vi lo que esperaba ver.


Y entre lo que esperaba ver: esta guapísima mujer de la izquierda, poco conocida aún pero perfectamente capacitada para tomar el relevo de Halle Berry en cuanto ésta comience a dar muestras de que se está quedando fondona (lo cual, desgraciadamente, ya no puede tardar mucho).

(Por cierto, que ya van dos veces consecutivas que los Predators acaban aceptando a un negro como un igual; en contraste con el de la primera entrega, que, aun moribundo, no ceja en su empeño de matar como sea al muy ario Chuache: ¿tal vez alguien está intentando decirnos algo?)

En fin, que está lejos de ser un películón pero se deja ver. Recomendada para pasar un buen rato sin necesidad de pensar mucho.

Ahora, a esperar la segunda parte. Estaría bien «Alien vs. Predator vs. Ewoks«. O, mejor aún: «Alien vs. Predator vs. Freddy vs. Jason vs. Terminator vs. Goa’ulds vs. Species vs. Inteligencia Borg vs. La Invasión de los Ultracuerpos vs. Independence Day vs. Godzilla vs. Mars Attacks vs. Ewoks (sobre todo muchos, muchos, muchos Ewoks)«. Lo único malo que podría tener una secuela así, es que esos tipos enfermos y sin escrúpulos que infestan Hollywood son capaces de hacer que ganen otra vez esos pequeños bastardos.

(Sí, soy consciente de lo muy poco que he aprovechado este post para reseñar los elementos más ADLianos de una película que tanto se presta a un análisis de este tipo. Es deliberado: prefiero dejar ese placer para los comments.)