Pensad, por ejemplo, en Jackson Weele. El tipo no tiene ni 10 apariciones canónicas en el Universo Marvel (quitando algún muy puntual cameo), pero su impronta en la vida del trepamuros y el lore marvelita es inmensa. A veces, unas pocas apariciones bien medidas y una puesta en escena lo suficientemente impactante sirve para impresionar a cualquiera. A veces no hace falta ni tener contactos en el jurado de un concurso.
Weele apareció por primera vez en Amazing Spider-Man 192. Creado por Marv Wolfman y Ross Andru, se enfrentaría a un pequeño secundario del trepamuros, el Corredor Cohete. Debido a su nombre y al sentido del humor algo peculiar del Chapucero, nuestro amigo Jackson se convirtió en el conductor de la Gran Rueda, un vehículo gigantesco equipado con armamento pesado que se hundiría en el río Hudson con su piloto dentro en el número 193.
Por suerte, como mucha gente sabe, si alguien se cae al río Hudson en un tebeo de Marvel es que no está muerto. Durante casi dos décadas Jackson Weele había sido un personaje que solo había aparecido en dos números de Spiderman, pero su impacto fue tal que llegó a tener un capítulo (junto con su némesis, el Corredor Cohete) en la serie de dibujos animados de los 90.
Tampoco es que esto le diera un gran empujón a la carrera villanística de Weele. De hecho, estuvo otra década más sin aparecer (y ya iban casi 30 años) hasta que volvió en Spider-man Unlimited 12. Ahí nos explicaban que Jackson había sobrevivido al ahogamiento, había aceptado sus crímenes, ido a la cárcel y ahora formaba parte de un grupo de apoyo para villanos rehabilitados. Tras quedar a bien con Spider-man, la Gran Rueda encontró un espacio en la sociedad.
Pero ya hemos hablado de esto otras veces, la continuidad es opcional y los guionistas de Marvel están muy ocupados para consultar wikis. Por eso Matt Fraction tardó un par de años en recuperar de nuevo al personaje e incriminarlo en una trama de tráfico de armamento superpoderoso que le llevaría a enfrentarse a Iron Man.
No es que desde entonces a Jackson le fuese mucho mejor, incluyendo el tiempo en el que Turbo, otro villano de Spider-man con inclinaciones a rehabilitarse en la sociedad algún día, le robase la Rueda en cuestión y fuera conduciendo con ella. A Jackson le quedaron pocas cosas que hacer. Ese mismo año lanzaba al Motorista Fantasma por un barranco, para al final acabar muriendo a manos del Espíritu de la Venganza.
Y cinco años después volvería a morir, aparentemente, a manos del Exterminador de Tontos en la miniserie Deadpool & the Mercs for Money. Una vez en el Universo Marvel te ha matado Deadpool, parece que lo mejor ya ha pasado, pero ya hemos acordado que los guionistas de cómics no tienen tiempo de leer Wikis, de modo que recientemente el personaje ha vuelto a aparecer, de nuevo en una cabecera de Iron Man.
Sin embargo, fijaos que en menos una decena de apariciones, sin embargo, el personaje ha dejado una impronta tal que ha aparecido en series de animación y videojuegos, inspirado al menos otros dos villanos que usaban su rueda motorizada y creado una leyenda alrededor de la “Gran Rueda” que otros muchos villanos con muchas más oportunidades ya quisieran. Ese es Jackson Weele, un hombre contradictorio, complejo, que puede caer una vez tras otra a ríos y precipicios pero que al final siempre vuelve porque supo causar un primer e inolvidable impacto.
Hoy no hay chiste. Solo una historia de superación. Salid a comeros el mundo. Sed Jackson Weele.