














– Buenos días.
– La doctora Verzam ha venido a presentar su nuevo libro-ensayo, «La difamación de la inocente». ¿De qué trata su nueva obra, doctora?
– Básicamente, Francisca, es un estudio de cómo el stablishment masculino utiliza los cómics de superhéroes para adoctrinar a los adolescentes para que acaten, asuman y acepten el patrón de comportamiento machista con el que llevan treinta siglos intentando dominarnos.
– Así pues, ¿usted afrima que el sistema utiliza el cómic de superhéroes, tradicionalmente dirigido a adolescentes del género masculino, para afianzar los modelos machistas segregacionistas que actualmente nos ahogan a todas nosotras?
– En efecto, así es. Utilizan para ello numerosos recursos, pero desde luego resulta destacabilísimo el impresionante uso que los hacen de la desproporción física para sugerir ideas antifeministas.
– Debo entender que resulta interesante ver como el dibujo de los cómics de superhéroes induce a crear pensamientos antifeministas en sus jóvenes lectores.
– A eso mismo me refiero. Y no hablo por hablar. Resulta indignante como en estos tebeos se pervierte sutilmente, por ejemplo, la imagen de las mujeres con poder para transmitir ideas claramente vejatorias para el conjunto de la sociedad feminista. Fíjense en Amanda Waller, una de las pocas mujeres que tienen un cargo de poder militar en los tebos, y en como interpreta a este personaje el dibujante Ed Benes en el JLA #18 USA.
– Dios mío, ¡qué vacaburra!
– Efectivamente, el dibujante nos presenta a Amanda Waller como un personaje dominado por la gula, reflejando en su rotunda figura un ansia desmedida e incontrolada. La idea del dibujante es transmitir que las mujeres que obtienen un poder fáctico lo hacen en virtud de un hambre de poder enfermiza, que las afea. La idea básica que subyace bajo esta ilustración es que la ambición no es natural en una mujer, sino algo que las hace desagrables e indignas de ser miradas con buenos ojos, mucho menos de ser amadas.
– Y estoy segura de que no es la única muestra de este tipo de pensamiento.
– Y con razón. Fíjese en esta otra imagen extraída del Nuevos Vengadores #27.
– Hay algo raro en esta imagen, aunque no alcanzo a distinguir qué es.
– Eso es porque el dibujante Leinil Francis Yu es todavía más sutil que Ed Benes. Pero si se fija bien, Francisca, la rareza que usted ha detectado visualmente, aunque sin poder ubicar del todo, es causada por la increíble longitud de la pierna de Elektra. Elektra, por cierto, quien en este cómic es la líder de una banda criminal internacional. Mala, pero líder. ¿Cuál se cree que es la razón por la cual el dibujante ha dotado a Elektra de semejante anca? ¿Qué efecto es el que ha pretendido conseguir?
– No lo acabo de discernir, pero esa pierna parece una viga a punto de desplomarse sobre tres de sus lacayos.
– ¡Exacto! Había oído hablar de su innata sagacidad, pero no esperaba tener una muestra de ella tan evidente. Realmente, ese es el mensaje oculto del dibujo: transmite la idea de que las mujeres con poder sólo pretenden aplastar al hombre. Es una muestra de algo que el sistema machista llava años haciendo: fomentar en los hombres el miedo primario a las mujeres líderes, hacer que el niño frágil que todo hombre lleva dentro perciba a la mujer que manda como una amenaza a su propia existencia.
– Estos ejemplos me parecen tremendamente reveladores. El nivel de cuidado con el que están hechos estos elementos manipuladores es tal que resulta muy difícil detectarlos, pero muy evidentes una vez te los han hecho notar.
– ¡Oh!, no se crea, Francisca, que todas estas perversiones que son tan sutiles a pesar de que, insisto, van dirigidas a nuestros hijos prepúberes y no a treintañeros curtidos por su madurez. Hay otras manipulaciones tremendamente evidentes, como esta extraída del New X-Men #31.
– Vaya. Cuernos, rabo, patas de cabra y una sexualidad abierta y sin complejos. Esta imagen no necesita explicación.
– Es evidente que no, no la necesita. Y es que los cómics de superhéroes, en numerosas ocasiones, incitan en numerosas ocasiones a no tener sexo con mujeres.
– Creo colegir de sus palabras que los cómics de superhéroes incitan a la homosexualidad de nuestros jóvenes.
– Sí, aunque con ciertos matices. Mire, Francisca, en el Poderosos Vengadores #2, sin ir más lejos, hay numerosos ejemplos de esta línea de pensamiento que me servirán para perfilar mi teoría. Observe este dibujo de Frank Cho.
– Una figura femenina ciertamente rotunda.
– Sí, pero preste atención a los detalles. Frank Cho dibuja a esta mujer con unas caderas amplias, una muestra de fertilidad clara, y, sin embargo, oculta deliberadamente la vagina. Lo que pretende el dibujante es transmitir el mensaje de que el principal uso de la relación de los hombres con las mujeres es la reproducción y no el goce sexual. Frank Cho viene a decir «las mujeres son necesarias para parir, pero mejor busca el sexo en otros lugares».
– Resulta usted tremendamente convincete, doctora Verzam.
– Pero es que aún no acaba ahí: este dibujante también pretende transmitir a sus lectores que las mujeres no buscamos el sexo con los hombres, precisamente. Y si no me cree, observe este retrato de la Viuda Negra.
– La típica representación del mito de la mujer guerrera que aparece recurremente en las ficciones masculinas.
– Sí, pero en esta imagen se ve frente a la figura central a un hombre inconsciente, que acaba de ser derrotado por la guerrera. Es más, fijémonos en la figura femenina que aparece al fondo. A pesar de que en el tebeo ha sido derrotada por la protagonista de la viñeta, la posición y el lenguaje corporal de ésta hace creer que en realidad la Viuda estaba protegiendo a la desamparada mujer del fondo del hombre derrotado. Si a eso le sumamos el aspecto general de la figura central, con esos brazos tan musculosos, esas caderas tan rectas y ese corte de pelo tan masculino, todo nos lleva a pensar que estamos delante del estereotipo masculino de lo que es una mujer homosexual. En otras palabras, Frank Cho insinúa con esta imagen que todas las mujeres son, esencialmente, lesbianas, y que las féminas tenemos un mundo propio y cerrado que estamos dispuestas a defender con extrema virulencia si vemos que un hombre intenta acercarse demasiado a él.
– Todo ello con el fin de provocar una reacción negativa del adolescente hacia el mundo femenino.
– Ese es mi parecer, sí.
– Nuestro tiempo está agotándose, doctora, pero esto último que acaba usted de exponer me ha llamado la atención. Yo tenía la idea de que las mujeres que salían retratadas en los cómics de superhéroes reflejaban las fantasías sexuales de los jóvenes. ¿Eso no chocaría frontalmente con su idea de que la representación de las mujeres en los cómics fomentan el desprecio sexual hacia ellas?
– Querida Francisca, ésa es la principal tesis de mi ensayo. Desde mi libro quiero negar la mayor: las mujeres de los cómics de superhéroes no responden a las fantasías de los jóvenes, sino que son una proyección de los mensajes machistas que la sociedad patriarcal lleva siglos emitiendo. Dígame qué ve en esta ilustración de la heroína Miss Marvel:
– Bueno, decididamente parece mucho más insignificante que la figura masculina robotizada que la acompaña.
– Y no sólo eso. Si observa con cuidado, verá que la figura de la supermujer está ligeramente desproporcionada. Observe, tiene la cabeza muy pequeña. Ése es el ideal de mujer que el machismo propugna: una mujer de buen culo, grandes pechos y cabeza sospechosamente pequeña.
– Con esta acertada aunque espeluznante declaración de la doctora acabamos el programa de hoy. Les emplazamos al programa de mañana donde intentaremos aclarar si el hecho de que todas las llamadas al programa Saber Vivir sean de mujeres, teniendo en cuenta como trata Manuel Torreiglesias a los que intervienen en su programa, es tan sólo mera casualidad. Gracias por su presencia hoy con nosotras, doctora Verzam, y buenos días.
– Gracias a tí, Francisca. Buenas noches.
Sí. Hablamos de ROB!. Hablamos de Godyssey.
Sólo un genio como ROB! podría haberse acercado a un tema tan sensible, tan omnipresente (y más en estos días), como la religión cristiana… y darle un nuevo toque. Una nueva perspectiva. Un cambio en el rumbo del tratamiento de un personaje como Jesucristo, Dios hecho Hombre, ahora Dios hecho Hombre hecho Héroe.
Analicemos la primera página.





Lo de ofrecer la otra mejilla se aplica sólo a los humanos. El único dios olímpico que conserva uno de sus atributos (Neptuno y su tridente), y que se tenía por uno de los más poderosos, es derribado de una finta y un simple puñetazo. Como un dios de amor, Jesucristo no les da luego patadas en las costillas cuando han caído. Lucha noblemente. Ante las bravuconadas de Zeus, que podemos traducir como «Te ví a partir la cara que tú no sabes con quién estás hablando», Jesucristo guarda un noble y adusto silencio. No es hora de predicar ni de parábolas. Es hora de luchar.

canonizADLO!