Detrás de la cortina no sopla el aire

Una cosa que nos han enseñado los tebeos de superhéroes es que siempre hay que fijarse no solo en los nombres de la portada, sino en lo que hay detrás. Muchas veces la persona más importante de tu tebeo preferido no es el guionista, el dibujante, ni el personaje cuyo nombre aparece en grande. A veces son señores que mueven el dinero, que dan las órdenes, que están en despachos en los que rara vez entra un cómic. Hoy vamos a hablar de esas personas. Por ejemplo, vamos a hablar de los productores de la muy reciente El Batman. Las películas de ahora tienen tantos productores que uno puede llegar a perderse, de modo que vamos a abreviar.

Aquí Chantal Nong Vo en una de las dos fotos que existen de ella en Google.

Hay tres nombres interesantes. El primero es Chantal Nong Vo, que desde 2018 tiene la Vicepresidencia de producción de la división cinematográfica de DC. Bajo su mano han salido Wonder Woman 1984, El Escuadrón Suicida y El Batman, aparte de Megalodón (2018), protagonizada por Jason Statham. También va a ser productora, parece ser, de El Flash, si es que la película llega a salir en algún momento. El segundo es Walter Hamada, el actual hombre fuerte de Warner para DC, productor de ¡Shazam!, Joker, Aves de Presa, El escuadrón suicida y El Batman. Vamos, todo lo que no huela a Zack Snyder del DCEU. Ninguna sorpresa.

La principal diferencia entre Marvel y DC: sus asiáticos son asiáticos de verdad.

El más interesante es el tercero, Michael E. Uslan, cuya primera película acreditada como productor es La Cosa del Pantano (1982) y que cuenta a sus espaldas con Batman (1989), Batman Vuelve (1992), Batman Forever (1995), Batman y Robin (1997), Catwoman (2004), Constantine (2005), Batman Begins (2005), El caballero oscuro (2008), The Spirit (2008), El caballero oscuro: La leyenda renace (2012), Batman v Superman (2016), Batman: La Legopelícula (2017) y Joker (2019). Aparte de una enorme lista de proyectos de animación protagonizados por Batman que se remontan a Batman: La máscara del fantasma (1993).

Un hombre que lleva más de 30 años produciendo prácticamente todos los largometrajes relacionados con Batman (la única excepción es La Liga de la Justicia) y que ha dedicado su carrera profesional al hombre murciélago. ¿Cómo es posible que a pesar de tantos baches, Uslan haya seguido ligado al personaje? La respuesta es sencilla: Uslan, junto con su colega Benjamin Melkiner, compraron en 1979 los derechos cinematográficos del personaje, que llevaba sin una aparición audiovisual desde hacía una década. Melniker (que falleció en 2018) y Uslan tardaron una década más en lograr convencer a alguien para que diera luz verde al proyecto. Todo esto lo cuenta Michael en su biografía The Boy Who Loved Batman, que también da clases sobre Historia del cómic.

«Y entonces le dije que clar0 que Batman podía tener una Bat-tarjeta de crédito».

A estas alturas el papel real de Uslan en la producción de las cosas de Batman es algo difícil de definir. Desde luego, no parece que haya una línea definida que obligue a seguir a todos los proyectos. Pero no deja de ser interesante comprobar que hay gente que en algún momento, armados con ilusión, pasión y dinero de sus padres, pudieron invertir en un intangible tan poderoso como esto. Como los NFTs, pero sirviendo para algo.

Si la primera Batman de Tim Burton es el pistoletazo de salida a las películas modernas de DC, Blade (1998) lo es de la Marvel actual. Entre sus productores también encontramos nombres muy vinculados a la evolución de las películas basadas en tebeos. El primero es, por supuesto, Avi Arad. Responsable de mucha de la Marvel animada de los 90, en el 98 produjo no solo la película del cazador de vampiros sino también el telefilm sobre Nick Furia. Su papel es bien conocido en la franquicia Spider-man, pero también está acreditado en Daredevil (2003), Hulk (2003), Elektra (2005), Los 4 Fantásticos (2005), Ghost Rider (2007), varias películas de los X-Men, Iron Man y El Increíble Hulk, ambas en 2008, así como todas las películas de Spidey, tanto las de Web como las de Watts, Morbius, las dos de Veneno y Spider-verso. Esto tampoco es casual, Arad y su colega Ike Perlmutter se hicieron con el control de Marvel en los noventa, cuando la editorial se estaba yendo al garete. Lo hicieron desde su puesto como jefes de Toy Biz.

Avi Arad haciendo cosplay del Sr. Burns disfrazado de Jimbo.

Por contra, Bob Engelman había apostado ya antes por los superhéroes en imagen real, produciendo La Máscara (1994) y Kazaam (1996) antes de producir la cinta de Wesley Snipes. Sin embargo, la cosa no le debió de convencer, porque Blade es su último proyecto relacionado con los cómics… salvo que contemos la película de Scooby-Doo (2002). Cosa que no vamos a hacer.

El tercer nombre interesante en la primera película de Blade es el guionista de la misma, David S. Goyer. Otro viejo conocido que ya había trabajado en la película de Nick Furia con Avi Arad, y que tras acabar su trabajo en la trilogía de Blade se pasó a la Distinguida Competencia, donde escribió y produjo la trilogía del Batman de Nolan. Además es productor de las dos películas de El Motorista Fantasma. Tras escribir el guión de El hombre de acero (2013) fue al mismo tiempo guionista y productor de su secuela, y ha escrito y producido para DC la serie Krypton y la aún por estrenar adaptación de The Sandman. Un hombre del renacimiento que ha podido dar lo mejor de sí mismo tanto para los personajes de una editorial como para los de la otra.

Goyer explicando otra vez que lo de Bane y Talia Al Ghul era una idea buenísima.

Al final va a ser verdad que nunca fue fructífera la relación de los superhéroes y el cine. Con tantas películas que son la revolución para el cine de superhéroes, es sorprendente que, por lo que sea, parece que nadie nuevo quiere entrar al meollo y hay unos pocos señores que llevan 30 años ahí, teniendo que producir ellos todas las pelis. Kevin Feige no lleva tanto tiempo como Avi Arad en esto: él entró en el año 2000 con la primera de X-Men. Esa en la que fue productor Richard Donner (sí, el de la de Superman, aunque ahí solo era director y no productor). Casualidades de la vida.

The opposite of speedy

No os voy a mentir, a veces esto de seguir la prensa de los superhéroes que importan (ya sabéis, los de las pelis) me da grandes momentos. Como este titular de Digital Spy.

Sobre todo cuando la última vez que escribían de la peli en lugar del “It’s coming, honest” el encabezado era “It was time!”. Era 2019 y la fecha era Julio de 2022. Dado que la fecha que manejamos ahora es noviembre, uno podría pensar que 4 o 5 meses no son nada teniendo en cuenta que en medio hemos tenido un año de pandemia y la Zack Snyder’s Justice League.

De todos modos si queréis mi opinión, el mejor que han escrito en Digital Spy sobre el tema es este otro.

Que por cierto, no es una mala cronología de un proyecto tremendamente problemático para el estudio, que anda como pollo sin cabeza por los despachos de Warner desde hace ya 7 largos años. En 2014 ya prometían esto:

Que evidentemente se cumplió, con sus más y sus menos, hasta que en 2017 la Justice League Part One de Zack Snyder se quedó a medias, cambiando el panorama de estrenos del DCEU, afectando principalmente a Flash, a la película de Cyborg que parece que nunca tendremos, y trastocando los planes de Aquaman.

En 2016 se daba por hecho que la película se empezaba a rodar a principios de 2017. 4 años después de aquella fecha, se supone que el rodaje debería haber comenzado este pasado mes de marzo. Como decían los de Digital Spy, “the opposite of speedy”. Y es que no estamos ante un Nuevos Mutantes, con la película rodada y sin acabar de salir, como pasa con Black Widow o también pasó, a su modo, con Fenix Oscura. Aquí hablamos de que por lo que se sabe, la película no ha comenzado a rodarse, el casting y el guion se cerraron hace menos de dos años y todavía no están claros muchos de los detalles de la producción. De momento tenemos filtrado… ¿del logo?

Pero hablando de titulares ridículos, proyectos cinematográficos de DC pospuestos hasta el infinito y risas garantizadas, nadie puede con Cinema Blend.

Adam Holmes, supéralo, tío.

1, 2, 3, polémica otra vez

Todos sabemos que los taquiones son una cosa importante en esto de los cómics. Que el tiempos es cíclico, caprichoso y que nada volverá a ser como antes hasta que vuelva a ser como antes y podamos volver a prometer que nada volverá a ser… Hay cosas que siempre vuelven, como la Tía May, la muerte del Capitán América, los trajes con bolsillos o las noticias sobre rumores sobre películas de superhéroes.

Por eso, cuando tiras de un rumor para ganar un poco de feedback en Twitter, pueden acusarte de estar copiando una polémica de Enero.

Pero lo que no saben es a qué Enero se refieren realmente.

Más cosas que siempre vuelven, por ejemplo, la prensa criticando a la malvada Disney por corromper las artes, la integridad moral de los autores y los valores mismos de aquello que llamamos Civilización.

Por supuesto, en esta cruzada hay que mantener prietas las filas, no cabe tiempo a criticar si igual solo estamos traduciendo una polémica americana.

Y que no se os ocurra decir que este debate… ya lo tuvimos hace menos de un mes.

En la lucha por la integridad moral de la película 1, 2, 3… Splash no caben disidencias ni matices. O estás con ellos o estás con nosotros. Por supuesto, el tiempo es cíclico y susceptible a reboots y remakes de todo tipo. Quizá recuerden a esta polémica de otras polémicas como: los capítulos de los Simpsons están cortados en Disney +

Cosas que sí que nunca han pasado: Cinemanía comentando que ese mismo estiramiento lleva años produciéndose en las cadenas televisivas españolas, desde FOX a Antena 3, sin que, por lo visto, ni un solo fan se enfurezca. Pero supongo que es lo que tiene traducir artículos de otros sitios, que comentan casos de los países donde se ha escrito la noticia original.

Pero al final, toda esta polémica con el culo de una sirena también sirve para diferenciar a los que tienen poca memoria de los auténticos fans. Porque muchos habremos recordado con esta polémica un asunto anterior pero igualmente controvertido. Una censura imperdonable. Hablamos, obviamente, de cuando DC nos mostró la Batpolla.

Para luego escamotearla vilmente.

Y es que al final, si hay algo que une a Marvel y a DC, si algo puede conciliar a las dos grandes editoriales y a sus respectivos y voraces propietarios, es pensar en los niños. ¿Cuántos años faltan para que alguien en Disney proponga volver al Comics Code?