







Bryan Hitch. The Ultimates Vol. 2 (2005-2007)
David Rubín. El Heroe 2 Vol. 2 (2012)
Sin embargo pensemos por nuestra cuenta por un momento y planteémonos lo siguiente ¿debemos realmente considerar a Peter Parker un personaje con mala pata?
Es decir, no es sólo que sus padres fueran agentes secretos, que ya es molón de por si, sino que era el crío mimado de unos tíos que se desvivían por sus caprichos. Buen estudiante, de los que aprueban sin mirarse apenas el libro. De acuerdo con que era algo flojucho, pero la picadura de una araña radioactiva se encargó de arreglar eso. Compaginar los estudios con un trabajo a tiempo parcial, sacándose una pasta por hacerse fotos a si mismo ¡vestido! Más adelante llegarían Liz Brant, Gwen Stacy, su boda con una supermodelo que lo mantenía…en fin, alguno puede considerar que una vida así es un camino de espinas, pero es posible que podamos encontrar algún otro personaje marvel al que le tocasen peores cartas. En mi opinión, si a Parker el Destino le volvió la espalda, hay otro con el que además se levantó el faldón y le expelió una ventosidad, y no es otro que Matt Murdock, el alter ego de Daredevil.
No sé cómo será ahora con Mark Waid, ya que desde Panini todavía no han publicitado si esta nueva etapa irá en grapa, en tomo barato, en caro, ni mucho menos para cuando, pero la historia anterior del personaje es la de un héroe muy *uteado (ey, he resistido cuatro párrafos hasta soltar la palabra que comienza por *, ya tocaba).
Y es que lo tiene todo para ser un paria, un excluido. Socialmente no sólo por su minusvalía, sino también por haber escogido una profesión como la abogacía denostada por la ciudadanía, situada sólo un poco por encima de la clase política y los banqueros. Abogado y ciego, dan ganas de ponerle la zancadilla sin querar al cruzártelo. Pero ya desde el colegio estaba claro que sus compañeros le tratarían mal ¿porque su madre le dejó, por su padre alcohólico? no, por ser pelirrojo. Los niños son crueles.
Las pistas para una senda tormentosa estaban puestas pues desde un primer momento, a falta tan sólo de un autor capacitado para darle el primer empujoncito y echarlo todo a rodar. Y fue Frank Miller (el ahora conocido como FRANK!) el que inició la cuesta abajo en los cimientos del personaje sembrando dudas en sus convicciones sobre la justicia ayudando a culpables a librarse de la cárcel, presentando a una ex-novia convertida en asesina ninja, matándola más tarde cuando había vuelto a su vida…pero esto no fue nada con lo que le preparó en una segunda etapa, Kingpin mediante. Baste decir que aquello terminó con Murdock habiéndolo perdido todo y yéndose a vivir a donde pudiese con la exnovia yonki que vendió el secreto de su identidad cuando ya no pudo sacarse las dosis comerciando con su cuerpo. Y se supone que eso fue un final feliz.
Y es que, sin intención de ser exhaustivos, desde Bendis hasta Diggle le han seguido matando novias, han hecho pública su identidad, le han encarcelado, Brubaker metió a su mujer, también ciega, en un sanatorio, se divorció casi obligado por los suegros, su compañero de bufete le despidió…le llevaron hasta tal punto que convertirse en el lider de una organización milenaria de criminales orientales parecía una buena expectativa. Pero ni así se le arregló el panorama en la sociedad distópica que le tocó vivir, sacada de nuestras peores pesadillas, cortesía del típico demonio mágico que te posee, oscurece tu alma y te lleva irremediablemente al abismo.
En mi opinión, fue Ed Brubaker.
Y es que es relativamente sencillo lo de hacer la puñeta con ninjas, y matando exnovias, y retirándole el carnet de abogado, trucos del oficio de guionista. Pero se puede ser más sutil, más sibilino, y esos son los golpes que verdaderamente duelen. Porque desde luego, Bru, pusiste muy alto el listón mandando a casa del hombre con los sentidos hiperdesarrollados…
Batman vive un resurgimiento mediático, y no sólo por ese… ejem… reportaje que le ha hecho el País chachipiruli, y que podéis ver en el Blog de Jotace, sino porque lo creáis o no, se ha hecho una pinícula nueva.
La industria del cómic no se iba a quedar atrás, y los actuales detentores de los derechos pensaron en darle un nuevo aire a Batman, más fresco, más ágil. Para ello se reescribieron algunas partes, dándole un lenguaje que el lector pudiese asimilar fácilmente con la película. Luego se dieron cuenta que la película no la dirigía Joel Schumacher y tiraron todo ese trabajo a la basura.
Nuestro servicio de espionaje ha podido hacerse con uno de esos fotolitos que fueron desechados, amén de unos planos de una Estrella de la Muernosequé. Muchos han muerto para que podáis tener esta información.
Aquí tenéis el Batman que no fue… por poco.