Party Man

Desde su primera aparición en abril de 1940 el Joker estaba llamado a ser uno de los más quintaesenciales villanos de la historia del cómic.

La creación de Bob Kane (por cierto ¿sabe alguien por qué se ha borrado de su web la reciente entrevista que Lupino le había hecho a Bill Finger?) comparte un rasgo esencial con su quiróptero adversario: una total carencia de poderes ampliamente compensada por un irresistible carisma personal.

Sin embargo sería erroneo asumir que el Joker es completamente humano. Como la carta de la que toma su nombre, el Príncipe Payaso del Crimen muestra una sonrisa desencajada y estirada mucho más allá de lo que un rostro normal podría soportar.

Unas facciones que permiten el lucimiento de dibujantes con talento. No en vano el de los pijameros es un género en el que el realismo y el absurdo se dan la mano y se lanzan a bailar un apasionado tango.

Y entoncas alguien tiene la genial idea de hacer una adaptación de imagen real.

Con erótico resultado.

Gracias al Joker de César Romero se aprendieron varias valiosas lecciones. Que una boca pintada siempre parecerá una boca pintada. Que una piel y un pelo de colores sin matices resultan falsos pero no fantásticamente falsos. Y que el talón de aquiles de los actores interpretando a personajes de DC siempre sería la cutre ocultación de un evidente bigote.

En 1989 habían pasado los suficientes años como para que las avanzadas técnicas de maquillaje protésico permitieran crear un Comodín creible.

Lamentablemente los maquilladores conocedores de tales técnicas estaban todos de vacaciones o trabajando en el rodaje de Indiana Jones y la Última Cruzada.

Pero el tiempo todo lo cura. En 2008 habían pasado 19 años. Tiempo más que suficiente como para que los maquillahes protésicos alcanzaran un nivel de realismo asombroso, ayudados por retoques CGI allá donde la materia real no podía llegar. Así que por fín pudimos ver…

…a otro señor con la boca pintada porque al director del asunto eso de los tebeos con gente de colorines le parecía una cosa ridícula para críos. Cosa que no evitó que le copiara el truco al No Me Llames Joker del No Me Llames Escuadrón Supremo.

¿Quizá la solución para lograr un Joker creible era un compromiso entre ambas tendencias?

¿Una cara ligeramente inhumana reforzada por una boca pintada? El problema es que los personajes digitales son aceptables en un videojuego pero en el cine son EL MAL. La causa de todo lo que va mal en el séptimo arte.

Lo que nos devuelve a la casilla inicial. Porque si algo ha quedado claro a estas alturas es que no se puede hacer una sonrisa protésica creible.

Ni mucho menos un tono de piel y pelo que resulte natural al mismo tiempo que extraño.

Y bueno, lo de encontrar un actor capaz de lograr la expresión jokeresca por pura pirotécnia facial mucho más imposible todavía, por supuesto.

Así que desde este blog en el que nos enorgullecemos de reconocer lo Genial y lo Visionario no podemos sino aplaudir hasta descoyuntarnos las muñecas el tan necesario como atrevido paso dado por el Universo Cinético DC en su próxima producción. Una que sin duda será tan magistral y exitosa como el resto de obras cumbres con que nos están malacostumbrado y que presenta a un Joker…

…que ni pelo verde, ni piel blanca, ni boca desencajada y que ni siquiera se ríe. ¿QUÉ DECIS AHORA, MALDITOS FRIKIS QUE VIVEN EN EL SÓTANO DE SUS PADRES? ¡ZASCA EN TODA LA BOCA! ¡JAJAJAJAJAJAJAJ!

(Marvel, yo que vosotros iría llamando a los agentes de Snyder y Goyer, porque sólo con haberle dado la patada a Gunn no vais a lograr igualar esto ¿eh?)