…cuando muere uno de los autores menos reconocidos y recompensados y al mismo tiempo más influyentes del cómic norteamericano de finales del siglo XX y principios del XXI, que la devoción que se le tiene por aquí deja a la del pueblo de Amanece Que No Es Poco por Faulkner en casual afición pasajera, se tiene que dejar constancia.
Y uno ni siquiera va a entrar…
…en su mutante evolución gráfica…
…a lo largo de los años…
…porque eso daría para una saga de posts aparte (y además habría que preguntarle a Muñoz).
Porque hoy se va a recordar a Giffen por la JLA/JLE/JLI, por Lobo o incluso por el Mapache Cohete. Aunque mi opinión personal es que su mayor logro (junto a DeMateis y Maguire) es convertir el BWAHAHAHAHAH en un meme (en el sentido original del término) con entidad propia.
Su segundo mayor logro es que a dia de hoy algún guionista moderno todavia se despierta sudoroso en mitad de la noche negando desesperadamente que el puñetazo a Guy Gardner haya sucedido nunca.
Su Justice League con DeMatteis y Maguire es tan trascendental que se convirtió en un sub-subgénero propio.
Pero su obra va mucho más allá. En ese momento de dibujante y guionista estrella que disfrutó Giffen entre los 80 y los 90 tuvo músculo creativo para poner su granito de arena en la redefinición del universo DC post Crisis.
Y para sacar adelante sus creaciones más radicalmente giffenianas como el Ambush Bug.
O el ya para muy cafeteros Heckler.
Hacer una invasión extraterrestre completamente en serio y con todas sus consecuencias.
Y culminar años de trabajos como dibujante y luego coguionista en la Legión de Super-Heroes con la mejor etapa que jamás ha tenido y jamás va a tener: la Legión Cinco Años Después.
Esta es su otra Justice League y el matrimonio de los Bierbaum sus otros DeMatteis. Giffen en estado puro narrativa y visualmente.
Sería demasiado largo pararse a detallar todos los hitos de 5AD.
De la invasión de los Dominadores, que deja la Saga de Surtur de Simonson en breve complemento de relleno, al episodio entero que dura la destrucción de la Tierra pasando por el juicio de Polar Boy.
Me quedo con el de presentar al que muy probablemente es el primer personaje no accidentalmente trans de un tebeo de superheroes (aunque hoy Shvaughn Erin sería definida más exactamente como de género fluido).
Y ya entonces hacer saltar de rabia a los antepasados de los incelos de hoy en día.
Tampoco hay que olvidar que tiene la que es una de las dos mejores series protagonizadas por villanos que son REALMENTE villanos junto a la del Teknophage de Tekno Comics.
O el adelantado a su tiempo Video Jack que hizo en 1987 para el sello Epic de la Marvel.
Con sus personajes entrando físicamente en series de TV y películas (cinco años antes de que se estrenara Permanezaca en Sintonia).
Recurriendo a dibujantes diferentes para representar en cada segmento la variable textura de la realidad.
Un truco que repetiría años más tarde con los flashbacks de la miniserie de Superpatriot reflejando el estilo de los tebeos de la época en que transcurren.
Pero el sic transit gloria mundi se cumple para todos. Y tras esa época de fama viene una de corredor de fondo. De trabajos de encargo…
…y de creación propia.
Unos más conocidos…
…y otros mucho menos.
Con esa capacidad de traerse a su terreno y dejar su sello personal en cualquier cosa.
Pero es que literalmente CUALQUIER cosa ¿eh?
Y casi todos con un nivel que haría palidecer de envidia a los guionistas que habían heredado el manto de estrellas del medio. Los mismos que se dedicaron durante esos años a intentar destrozar su obra con la rabia de un Juan Sin Tierra que siempre se sabrá indigno del trono que ocupa.
Una obra a la que en ocasiones se le permitia volver de puntillas.
Sin que se notase mucho ni tuviera repercusiones «de verdad».
Pero nada de eso importa realmente. El tiempo lo acaba poniendo todo en su sitio y la obra de los mediocres acaba siendo olvidada.
Y al final sólo pervive la de la gente que realmente tenía talento.