Si estás leyendo esto es que, una vez más, los alegres muchachos de ADLO! no han podido entregar nada legible en fecha y os toca tragaros un posteo de relleno aleatorio. ¡Es imposible llegar a dieciocho años de actualización diaria sin usar uno o dos trucos sucios!

Etiqueta: Bum Bum
Todo lo que esta tierra puede aportar a tu continuidad
Aquí en ADLO! hemos hablado varias veces de la importancia de lo valenciano en el mundillo—sí, lo hecho principalmente yo porque Calduch es de Castellón y cualquier valenciano os explicará que los castellonenses son todos medio catalanes y los tenemos en el territorio sólo para compensar que en Gandía y Alicante haya tanta gente del Madrid dando por saco todos los veranos—desde las aportaciones de nuestro más insigne creador Paco Roc Carles Recio, hasta nuestras sanas costumbres que han inspirado series de éxito, y pasando incluso por la palabra que empieza con F y que tanto miedo da a algunas mentes bienpensantes.
Por ello hoy porque apenas me quedan temas para celebrar este 9 de Octubre profundizamos en el tema con nuestra mi lista de:
1 y 2.- Boom Boom y Júbilo (X-men)


El valenciano lo perdona todo, desde los problemillas de financiación autonómica, hasta el expolio de algún que otro patriomio artístico, pero como cometas el error de recibirlos en tu casa y agasajarles con arroz, conocerás lo que es el infierno.

El valenciano aún no se ha puesto del todo de acuerdo sobre temas como la inclusión de los caracoles o la alcachofa en la receta, pero solo con el olor de ingredientes como guisantes, pimiento o carne de cerdo en su paella, se iniciará una reacción genética en el valenciano que te permitirá apreciar cambios en el color de su piel, tono de voz e inclinación hacia la violencia, algo que, tal vez, te ayude a entender más por qué, a veces, el valenciano es capaz de votar las cosas que vota.


El valenciano Nino Bravo cantaba aquello de "Cuando Dios hizo el Edén, pensó en América", pues bien, cuando Kirby hizo Apokolips, pensó en Valencia. Todo en Apokolips recuerda a Valencia, desde el contraste de su austeridad presupuestaria en servicios básicos, hasta la magnificencia de sus edifcios-fortalezas (con fallos de diseño dignos de Calatrava por donde se cuelan los héroes cada dos por tres) . La naturalidad con la que los siervos aceptan el dominio del corrupto Darkseid, los pozos de fuego que arden como contenedores un viernes por la
noche… todo, en general, recuerda a Valencia en cada viñeta.
Pero pocas cosas entroncan tan bien en el hecho diferencial valenciano como la coentor de la Abuelita Bondad. "Coentor", que se podría traducir como escozor, es una variante del más conocido kistch propia del pueblo valenciano, que consiste en el caracter especialmente amable de la burguesía local a la hora de lucir lujos de un gusto parecido al que tendría cualquier ricachón del Capitolio de Los Juegos del Hambre. Al igual que pasa en Panem, o en el orfanato de la Abuelita Bondad, la afabilidad, en las formas, es axfisiante, pero no se sustenta en una generosidad del todo real o plena.
Como una imagen vale más que mil palabras, aquí dejo esta obra del compañero adláter Emilio Martín, que algo de valenciano ha de tener (a su pesar) para haber captado tan bien el concepto sin haber estado nunca en estas tierras.


A Emilio Martín sólo hay que decirle que algo es muy difícil y no podrá hacerlo
para que se curre obras maestras como estas en escasos minutos.

Incluso en sus versiones más actuales, Luthor demuestra que tiene más en común con cualquier tete de Gandía Shore, que con los granjeros bonachones de Kansas.

ACXIV AICNELAV!!!!