Viñetas variadas del mes y de hace décadas

Tuiteos de noviembre

Así estaba el patio hace dos meses

Con la Jota, apellido del dibujante y guionista que mató a Superman

Con la llegada del buen tiempo y el asueto vacacional, se reduce el consumo de televisión lineal, es un hecho. Y suele haber aunque no sea de manera intencionada algún acontecimiento que sea el que marque la frontera entre estar abonado a la programación televisiva y el dejarlo estar hasta la vuelta en Septiembre. Final de temporada de alguna telenovela, la final de algún acontecimiento deportivo, o como ha sido mi caso este año, el bote de Pasapalabra.

No es que fuera seguidor berserker del formato, pero aquellas semanas metido en casa el programa tuvo un buen timing, era terminar de aplaudir en los balcones y empezar la emisión, se convirtio en una costumbre que acompañaba durante la elaboración de la cena. Y las pugnas de Pablo con contrincantes como Nacho, Luis, Marta o Javier por llevarse el mayor número de palabras del rosco tenían su emoción, aunque la consecución del premio gordo fuera una gesta bastante improbable.

Una de las consecuencias de que la historieta se haya introducido en nuestra realidad cotidiana es que en estos programas de cultura general ya no es extraño encontrarse preguntas y pruebas relacionados con el Noveno Arte. Yo era en su momento más seguidor de Boom! cuando los Lobos arrasaban día sí, día también (mismo canal y franja horaria que el actual Pasapalabra, igual lo del confinamiento fue más bien un reenganche). En ese grupo estaba Manu, que era el que podía considerarse más conocedor del mundillo de las viñetas, si bien su ratio de aciertos en el tema era más o menos del 60%, y en el polo opuesto Erundino, ser de luz materialista anclado en la realidad palpable, que renegaba y echaba pestes de esos divertimentos infantiloides. El que parecía que controlaba un poco es el presentador, Juanra Bonet, pero como le chivan las respuestas por el pinganillo vaya usted a saber cuanto hay de cierto. Tras Los Lobos estuvieron una buena temporada Los Dispersos, cuyo Grandote (en casa nos cuesta retener los nombres y les buscamos motes que a veces se les quedan para siempre, los Dispersos eran el grandote, la chica, el joven y el andaluz) admitió en algún programa tener algunos originales, y que tenía mucha ilusión por ver algún día como eran los collages que hacía Dave McKean para las portadas de Sandman. Debe tener más conexiones Grandote con la cultura popular, pues creo que es el miembro del grupo que ha sido invitado en alguna de las tertulias de Campamento Krypton.

Ahora me acuerdo, se llama Óscar

Volviendo a Pasapalabra, su presentador demuestra cierta maña cuando hace dibujos rápidos relacionados con la solución de la prueba musical, y un vistazo a sus redes demuestra que sí, que el dibujo es una de sus pasiones.

Pero si algo me ha dejado mal sabor de boca en este season finale televisivo ha sido que el bote de Pablo han comportado también la salida del programa de su entonces contrincante, Javier Dávila (alias Montorito).

Y es que si Pablo representaba ese yerno perfecto que toda madre querría para su hija o hijo, la pátina de salmantina seriedad de Javier se desmoronaba en cuanto abría la boca. Es un cachondo mental, un animal televisivo capaz de cantar, bailar, hacer chistes, juegos de palabras, ironías, y acertarte casi todo lo que le pusieran por delante. Se notaba en el ambiente de plató que el admirado era Pablo, pero con quien se lo pasaban verdaderamente bien público, invitados y presentador era con Javier, un buen tipo.

Un buen tipo que en dos ocasiones se quedó a una sola palabra de acertar el rosco completo y llevase el millonario Bote. Y la segunda vez la palabra definitiva fue una relacionada con el cómic.

Se llevaba algo más de un millón y medio de euros si acertaba el nombre del acompañante de Booster Gold.

Comenzando por la letra Ese. Un robot.

Y por eso te odio un poco, Dan Jurgens.

Se acabó pues la tele hasta Otoño. No, lo de First Dates durante la cena no cuenta, es acompañamiento.

Domingo en la Heroes Con Botín Madrid

sandmanuela

El Dinero Gráfico

 
Cuando te llega como noticia que hay un cómic superventas destrozando las listas de Lo más vendido uno se pregunta, lógicamente, ¿Película o Enfermedad? ¿Será el cómic ese cuya adaptación ha ganado un festival de cine? ¿O será un nuevo superartefacto? ¿Será por alguna rara enfermedad asociada a la vejes, a los neonatos, una enfermedad mental o la guerracivilfilia? 

Pero no, resulta que es de género. 

Y entonces llegan los listados de novedades y empiezas a notar algo. Algo… recurrente…

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Algo decididamente reiterado

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Algo está pasando con nuestros cómics.

Que debe de venir de algún sitio..

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Y que acaba produciendo incluso sus propias obras maestras

-incluso aunque Fred Van Lente y Ryan Dunlavey no estén tras de él como estuvieron tras el de las Filosofía o los Cómics

Así que… ¿De dónde viene todo esto? 

Pues en realidad parece parte fundamental de la misma historia del cómic.

Al fin y al cabo tenemos personajes que no saben manejarse con el dinero

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y así salen de perroflautas algunos…

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muestra de una sociedad sin piedad con los más desfavorecidos

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Hasta el punto de que uno llega a preguntarse hasta dónde estaría dispuesto a llegar alguno de estos personajes por dinero, por conservar su trabajo…


Muy realista, sí.

Mientras que otros tienen cantidades más que de sobra…


gracias al principal medio que proponen los cómics para hacerse rico:

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¡Heredarlo!

Y es que, al final, no es extraño que surjan todos esos cómics temáticos para enseñarnos cómo funcionan las cosas, porque los cómics, como los noticieros, nos han enseñado que sólo hay dos formas de tener dinero. O naciendo en la familia adecuada o mediante una extrema…

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austeridad. -Asociada al uso y abuso del resto de la gente, pero eso de manera sutil, claro.-

Así que ya véis, al final esto iba de las dos cosas: Película Y Enfermedad.

Y eso explica que estemos como estemos, incluso en los cómics, encontrarnos en una economía de viñetas dominada por 

SCROOGENOMICS

¿Rencor? No, gracias!

¿No sería divertido que DC fichara a J.M. DeMatteis y Keith Giffen para que se hicieran cargo de la colección de uno de los personajes de la antigua JLI como, por ejemplo, Booster Gold? Sería bonito, ¿verdad? Porque el mundo del cómic es un paraíso de convivencia y armonía entre pares, y por supuesto que estos autores no aprovecharían para reivindicar la vigencia de sus antiguas obras y criticar la imagen que la editorial da de ellas…

 

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…ni tampoco para expresar su desagrado con lo que la editorial hizo posteriormente con los personajes con los que tanto cariño trabajaron.

 

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Menos mal que el mundillo del cómic no es un nido de harpías rencorosas, que si no…
 

Traducciones que mejoran el original

Aquí tenemos el Booster Gold 17 en su versión original, obra de uno de nuestros favoritos: ese autor completo-completísimo que responde a la gracia de DAN! Jurgens

Pero como el mejor escribano echa un borrón, el plan de Chronos de este número para colarse en el museo donde va a robar no es nada del otro mundo:

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Ocho vigilantes entran al museo, siete salen, nadie se da cuenta y el octavo se queda dentro para robar. ¿Qué mierda de plan de chiste es ese? ¿Es un tebeos de la DC75 de "Arrancabrazos" Johns y "Matamatamata" DiDio, o una reposición de Scooby Doo?

Por suerte Planeta vela por nosotros y le basta dar un pequeño matiz a la traducción para hacer un tebeo más adulto y complicado

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Así, sí. Entraron ocho y ahora quedan siete… porque seguramente Chronos ha matado a uno. Y lo tiene todo calculado al nanosegundo para no encontrarse con ninguno de los supervivientes, que uno puede ser un asesino despiadado, pero no un carnicero sicópata. Un señor elegante que mata la mínima cantidad de gente necesaria para sus planes

En definitiva, hemos pasado de un panoli chungo que  que se disfraza y se esconde a un villano inteligente y terrorífico. ¡Gracias, Planeta!