De Iron Man hasta aquí han pasado 10 años. Lo que pasa es que parecen más porque con los grandes éxitos siempre suceden estas cosas. En cualquier caso también son 10 los años desde Hancock, así que cuando se ha estrenado Pantera Negra podía parecer que llevábamos una década sin películas de supes protagonizadas por personajes de color. Y, efectivamente, así era. Aparecía alguno u otro de secundario, o en películas de reparto que ahí sí que hay sitio para todos. Bueno, menos los asiáticos. Y los nativos americanos. No, homosexuales tampoco. No, tampoco diversidad funcional…
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Aparecían en películas de reparto que ahí sí que hay sitio para un tipo concreto de gente de color y sin pasarnos. Pero aparecían.
En cualquier caso, estamos hablando de papeles protagonistas. Y es que aunque ya sepáis que nunca fue fructífera la relación de los superhéroes y el cine, si hablamos de protagonistas de color menos todavía.
Espera, ¿de color? ¿De color negro? Sí, pero no solo. Lo que pasa es que si prefieren otras denominaciones, ¿qué nos cuesta? Otra cosa sería no entender esto, o no entender por qué se usa el término afroamericano y cómo significa americano de origen africano frente a africano que es, bueno, africano de origen africano. Por ejemplo, El Halcón o Killmonger son afroamericanos. Pantera Negra o las Dora Milaje son africanas. Creo que eso está claro para todos.
Bueno, siempre y cuando no seas Mónica Zas o trabajes en El Diario, que para eso les da exactamente lo mismo que esto lleve subido desde el 1 de agosto de 2016.
No lo han cambiado pese a que se les haya explicado que está mal. -El porqué debería ser obvio leyendo el mismo artículo, pero ya sabemos que en la Prensa Bienqueda es más importante otras cosas.- Igual que sabemos que lo que sí define el carácter de un medio es el modo como se enfrenta a los errores.
Pero volvamos a las películas, que una cosa es que esté todo relacionado y otra muy distinta que no se cuente. Porque todo esto nos puede servir para hacer un poco de memoria. Al fin y al cabo la primera película con un Black en el superhéroe es Abar, the First Black Superman (1977). Estrenada un año antes que el Superman sin adjetivos, en realidad esta es una más de las películas dentro de la blaxploitation, ese movimiento de los setenta que tantas tardes de gloria nos dio, de Sweet Sweetback’s Baadasssss Song (1971) a Disco Godfather (1979) pasando por Super Fly (1972) y sus secuelas (esta sí, muy lejos de los superhéroes, qué le vamos a hacer) o Cleopatra Jones (1973) y que aún soltaría en los ochenta perlas como The Last Dragon (1985).
En el caso de Abar nos trajo a un guardaespaldas al que el padre de una familia con problemas -que resulta que es algo así como un científico loco- le da una poción que le otorga superfuerza y otras habilidades con las que puede combatir el crimen. Bueno, a algunos criminales. Y depende de la definición. Ya. Años complicados. Como siempre.
Como la historia detrás de la creación y produción de la película es complicada -en un resumen muy rápido diremos que acabaron teniendo que vender sus derechos, que uno de los creadores era un chulo y que parte de la película se rodó en localizaciones… ahm… funcionales…- fue cambiando de nombre con los años.
Originalmente -en 1975, el año en que se tenía que haber estrenado. Una producción difícil ya os digo- era SuperBlack. En los noventa le cambiaron el nombre a In your face.
Ya, como para ir a verla.
Y, a ratos, parecía que querían que solo se la llamara Abar.
Pero el caso es que esta fue la primera película de señor de color con superpoderes. Aunque en aquel entonces lo vendieran como de Ciencia Ficción. El poder de la música, supongo. Por supuesto con el tiempo el hecho de que los superhéroes hayan tenido cierta relevancia o que se llegue a enfrentar a nazis de los que llevan esvásticas -espera, ¿a estos sí les podemos llamar nazis, no? Quiero decir, llevan esvásticas y luchan contra gente de color. Nadie sería tan idiota de hablar de espiritualidad tibetana y movimiento ciudadano. ¿Verdad?- ayudó a un mínimo interés en su recuperación
Así que el nombre regresó. Y la semilla ya estaba desparramada. O algo.
El interés en la comunidad afroamericana y el éxito de los primeros intentos de hacer filmes de supes mainstream desde que los seriales mezclaran televisión y cine llevó al movimiento habitual de sacar películas con otro tipo de protagonistas más cercanos al público general. Como un pato antropomórfico parlanchín de un universo paralelo. Personajes con los que sí se podían identificar, vaya.
De modo que entre el estreno del otro Superman (1978) y el éxito universal de Batman (1989) estaban muy ocupados con personajes de otros colores. Por ejemplo, el verde. Entre las tortugas por un lado y ese montón de musgo animado por el otro parecía que serían las únicas PdC que viéramos durante la década. Ni siquiera el estreno de algo llamado DarkMan (1990) resultó ser lo que su título prometía. Llegó un punto en el que parecía que Candyman (1992) sería lo más cercano que volverían a tener a un tipo de color con poderes ajusticiando a gente blanca. Pero en realidad la llegada de los noventa significó que ese péndulo de los veinte años volvía a permitir una rendija para que hicieran películas.
De esa manera para 1993 tendríamos The Meteor Man en la que el cómico y muchas más cosas Robert Townsend reunió un poco de dinero que realizando algunos ahorros como ser él mismo el guionista, director y protagonista además del productor, le permitieron poner en marcha esta comedia con capas. E incluir en ella a un reparto en el que estaban también Marla Gibbs, Eddie Griffin, Robert Guillaume, James Earl Jones, Bill Cos¡MUCHA MÁS GENTE!
un tipo vestido de verde en un contexto espacial.
Por supuesto el estreno de esta película no significa que no tomaran nota las editoriales de cómics. Sin ir más lejos Marvel hizo un presupuesto o algo y acabó siendo
protagonista de su propia miniserie. Bueno, ellos dicen que estaba claro desde el principio que serían solo seis números. Yo digo que la puerta estaba bastante abierta. Pero, en cualquier caso, supongo que esto le convierte retroactivamente no solo en una de las primeras películas de Marvel, también en el primer superhéroe del Universo Cinematográfico…
de Sony. Luego pasa lo que pasa y como los derechos eran de Townsend no se volvió a saber más de él. Quizá acabe saliendo en una película junto a Conan y ROM.
Por suerte en los noventa era ver que existía una tendencia y todos para allá. Así que si alguien estaba teniendo éxito en la televisión, habiendo sido miembro del reparto del Saturday Night Live para luego crear su propio programa de sketches, In Living Color, y tenía además un conocido que había escrito una película supertaquillera como era Pretty Woman y un clásico de culto como Cannibal Women in the Avocado Jungle of Death, pues era normal que te dieran tu propia película de superhéroes. Y de ahí BlankMan (1994)
Por supuesto para hacer una película un Wayans nunca es suficiente,¡hacen falta más Wayans! De modo que Damon interpreta al protagonista y David Alan Grier a su hermano pero ya puestos contrataron para hacer de sus versiones juveniles a Damon Jr. y Michael Wayans. También contarton con Jon Polito y Jason Alexander -eh, no todo el mundo puede conseguir salir en Troll– en personajes negativos. Y Christopher Lawford, un miembro de la Familia Kennedy haciendo de político bueno, que no se diga que todos los blancos son retratados iguales.
El éxito de esta película fue casi inexistente, pero eso no paró la máquina. Que, además, tenías un montón de figuras populares de color dispuestas a mover sus proyectos. Wesley Snipes estaba empeñado en tener su película de superhéroes y lo intentó con fuerza en varios proyectos, Michael Jordan se mezclaría con extraterrestres y dibujos animados en Space Jam (1996) y Shaquille O’Neal se mezclaría en el fantástico con Kazaam (1996) interpretando a un genio. De los de un espacio chiquitín para vivir. Pero se quedaría con ganas de hacer algo más superheróico, que él era un fan de Superman de toda la vida, y así movió todo lo movible hasta lograr que DC entrara en razón. Una frase que resulta tan complicado de explicar hoy como lo era hace veinte años.
Cinco películas de Batman después, cuatro de Superman y una de su prima Supergirl, más aquella del musgo, en DC por fin consideraban que lo mismo se podía hacer otro tipo de películas, aunque sea tirando por otro Superman. Y de esas sale Steel (1997).
16 millones de presupuesto – Batman & Robin, de ese mismo año, fueron 125. Supergirl, estrenada 13 años antes, tuvo 35.- para lo que fundamentalmente fue una pachanguita para que O’Neal dejara de darles la tabarra.
Pero, mira, al menos sirvió para que la segunda vez que se llamaba a una serie Steel en DC se llegara a 52 números. Mucho más que la primera, que solo había medido 5. Aquí estuvieron desde 1994 con Louise Simonson…
hasta 1998…
en la que su guionista de entonces, un tal Christopher Priest, tuvo que echar el cerrojazo.
Claro que ese mismo año se hizo la película del más noventero de los héroes, Spawn (1997), que costó unos 40 M$ y recaudó unos pocos más.
Y que tenía a un héroe principal de color Michael Jai White mediante. Al que si te descuidas no llegas a descubrir que es de color. De hecho, a sus lectores parecía que se les olvidaba de tanto en cuando. Pero mira, algo es algo.
Por supuesto, a base de ir haciendo películas tenían que acabar acertando. Y así, tras el parón que supuso en la industria de películas de superhéroes el fracaso en taquilla de Batman & Robin en 1997 la máquina se puso de nuevo en movimiento con Blade (1998). Fue un paréntesis de películas de superhéroes difícil de soportar, pero lo logramos con gran entereza.
Blade había tenido su propia cabecera unos años antes, en 1994, durante esa maravilla de los Midnight Sons.
Diez números estuvieron a ver si los vampiros le hincaban diente a ese culito. Que visto ahora podría parecer raro pero es que no sabéis lo que el Mundo de Tinieblas hizo en lo Narrativo. En cualquier caso, fue llegar la película y empezar a tener Blade por todas partes. Por detrás
y por delante.
Y otra más en 1999. No, no además. En lugar. Que una cosa es vender en el cine y otra no encontrar cancelando la serie al tercer número. Por suerte la serie de 1999 funcionó mucho mejor.
Y llegó hasta el sexto. Por supuesto en cine hubo más Blade. En 2002 llegó la 2 y en 2004 llegó Trinity. Blade: Trinity, me refiero.

que llegaría hasta el número seis. Y un último intento en 2006 que fue todo un éxito.
Llegó hasta el número doce. ¡La más extensa del personaje! ¡¡¡Eh, no os metáis con él!!! Sólo ha necesitado tres películas y 5 volúmenes para lograr 37 número en solitario. ¡Con otro volumen más seguro que Marvel le da hasta el 50 en la cosa esa de Legado!
Por supuesto uno pensaría que lo lógico sería que las editoriales pensaran que si de un personaje que ha tenido una *cof* desigual vida editorial han logrado hacer varias películas sacando pasta lo lógico sería seguir por ese camino.
Ya.
Pero volvamos a 2004 porque hay otro momento especial. Traed confeti, que tenemos la primer y única película de superhéroes protagonizada por una afroamericana. Me refiero, por supuesto, a Catwoman.
¿Qué? ¿No os gustan los matasuegras? Vale, en la película pasó casi de todo y entre esta y Elektra (2005) -que, por algún extraño motivo… pero dejémos eso para otro día- seles olvidó que las mujeres podían protagonizar series de supes en solitario. Qué cosas. En cualquier caso la verdad es que en la propia serie estaban muy ocupados a sus cosas
y en cuanto pasó el verano se metieron en el crossover de turno. Así que el impacto de la película en el cómic fue mucho menor que el número de posters alternativos. Menos mal, si en una de estas la editorial llega a descubrir cómo usar los millones de espectadores de las películas y series para vender cómics lo mismo el mundillo hubiera cambiado.
No digamos ya las posibilidades de que Frank Miller decidiera hacer portadas. Pero ese es otro tema y será tratado en otro lugar.
Total, que llega Hancock (2008) y con el Will Smith y todo eso de Película que es más interesante cuando te cuentan todos los líos hasta que se ha hecho que la película en sí.
De hecho, para anunciar el DVD -para los más jóvenes. El DVD era una cosa de cuando existían formatos físicos en lugar de buscar por internete las películas o contratar un videoclub digital. … … … Un videoclub es… Mira, otro día.- decidieron probar con un poster diferente.
Y de esto hace 10 años, los mismos que han pasado desde Iron Man, como decía al principio. Durante esos años unos y otros y los terceros no han encontrado un hueco que les viniera bien para estrenar una película con protagonista afroamericano.
De hecho Pantera Negra tiene un protagonista africano, bueno, más que el protagonista la casi práctica totalidad de personajes. Pero, vaya, nos entendemos. Klaw, Killmonger y Ross no lo son, son fuerzas externas a esta historia sobre aislacionismo, tribus con tiranteces y el papel de la corona. Una versión con los Borbones os ponía yo.
Así que, bueno, esta es un poco la historia. Es difícil explicar a qué han dedicado estos últimos 10 años en los que se han producido 21 películas de personajes Marvel, 12 de ellos por la propia compañía; 6 de DC y 10 de otras compañías. En total tan solo 37 películas durante la década, cantidad obviamente ínfima como para que hubiera una oportunidad de hacer una.
Que en décadas anteriores tuviéramos todas estas, o que en el año 2000 Disney decidiera realizar el telefilme Up, up and away centrado en una familia de superhéroes afroamericanos,
igual que la aparición de obras en series y otros formatos -un saludo a Black Lightning, también de 2018, que ha logrado un acercamiento diferente- es también pura casualidad.
A ver, si has estado ocupado haciendo películas de cosas verdes -y Marvel desde 2005 tiene también la suya- es normal que se te pasen estas cosas. Vamos, el día que tenga que hacer esto mismo con un superhéroe asiático va a ser una de las entradas más cortas de la vida de este blog.
Sobre todo ahora que están saliendo críticas y taquillas y parece que habrá continuidad. Aunque no sabemos cuándo, ¡lo mismo han pensado que el éxito de esto es aguantar una década para que salga a chorro!
Porque seguro que ahora hay un montón de películas más esperando al estreno. Cyborg y todo eso. ¿Verdad?
¿Verdad?