Expofriki 2015: crónica visual del viernes

Pa qué vamos a contar lo mismo dos veces, inserto tuits a piñón y ya está

The New40 (7)

 
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(por DNM)
Cuanto más leo las defensas de Progressive Boink más recuerdo esta escena de The Impressionists.

    Pongámonos en situación. Charles-Philippe de Chennevières-Pointel, más conocido por todos como el Marqués de Chennevières fue el encargado de regular lo que se exponía en el famoso Salon de Paris, referente de la pintura a mediados del siglo XIX a nivel mundial. Como podréis suponer, el criterio de un solo hombre no debería imponerse sobre la sociedad. Esto, que hoy día conocemos como dictadura, o incluso gafapastismo, en aquella época era habitual en la crítica artística. Y, como quiero demostrar con esta tesis, Progressive Boink preferiría que fuese así. Preferirían un mundo en el que los TERRORISTAS y los DICTADORES campasen a sus anchas bebiendo moscatel utilizando como recipientes los cráneos de bebés inocentes.

Perdón, que me salgo del tema.

 

    Mientras los impresionistas se dejaban la piel buscando nuevas formas de representar el color y la luz sobre el lienzo virgen, dando importancia por primera vez a la representación sobre el objeto. ¿Qué es más importante, el superhombre o la sensación del superhombre que subyace? ¿Qué es más importante, representar fielmente el superpoder desde los academicismos impuestos de "perspectiva" "composición" o "iluminación" o representar toda el efecto del poder, el sentimiento, el efecto, la impresión…?

    Ya comparaba Isaac Hernández hace tiempo a nuestro gran ROB! con los IMPRESIONISTAS!, y no es para menos. Tanto uno como otros decidieron terminar con las convencionalidades en su época, revolucionar los academicismos y establecer una nueva forma de hacer arte, al margen de lo establecido, que respondía tan solo a sus propios criterios y necesidades estéticas y de desarrollo personal.

    Un movimiento que no supo ser apreciado hasta años después, con la aparición de grandísimos artistas que inspirados en ellos continuaron con su labor expandiéndola, ampliándola y llevándola a nuevos campos aún inexplorados. ¿De verdad, chicos de Progressive Boink, es necesario criticar la perspectiva de la espada? ¿De verdad es necesario fijarse en el exceso muscular? ¿Nadie es capaz de ver más allá de eso, el verdadero mensaje y la verdadera experimentación que lleva a cabo ROB! con esta pequeña muestra de GENIALIDAD?

    Por todo esto, yo quiero señalar y acusar a Progressive Boink de ser los Marqués de Chennevières del siglo XXI. O como poco, los Louis Leroy del siglo XXI. Miedosos, acomodados en un sistema de vida promovido por un establishment al que no temen defender. Recelosos de cualquier innovación o revolución artística. Si por ellos fuera, el cómic jamás evolucionaría, se quedaría enquistado en representaciones fieles, realistas, estáticas y acartonadas de la realidad. Si por ellos fuera, jamás se permitiría a los Cezanne, a los Gauguin, a los Van Gogh y a los Lautrec del siglo XXI aprender de las revolucionarias ideas del gran impresionista del cómic siglo XXI que es ROB!.

    Pongamos fin a esta persecución. Hablemos sin tapujos del futuro del cómic inspirado por ROB! y ya en manos de una nueva generación de artistas. Señalemos por fin a los post-ROBinieristas. Perdamos la vergüenza. Admitamos que hay cantera.

 

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    Que si un fanzine patrio (uno que por cierto puede leerse gratis aquí puede permitirse poner en portada a una jamona con un arma más grande que ella misma, es que algo hemos hecho bien. Es que hemos sabido pasar el testigo. Enorgullezcámonos e hinchemos pecho. Los que vienen saben lo que se hacen.

    ¿Cómo que spam?

    ¿Qué dices de que estoy haciendo publicidad de mi fanzine?

    No me consta.


    Solo diré dos palabras. Es falso.