Están tocando nuestra canción

Esto es una historia imaginaria. (¿Acaso no lo son todas?)

Hungría, 1992
-Oiga, abogado, ¿tiene un minuto?
-Sí, dígame, señor compositor
-Es que el chaval estaba viendo los dibujos animados y escuché esta canción…

…y creo se parece bastante a esta otra que compuse hace unos años…

¿…usted recomienda que les demandemos?
-Mire, yo creo que no. Hay que presentar la demanda allí, y de una serie así de cutre no sacaríamos ni el dinero que nos vamos a gastar en sellos
-De acuerdo, lo dejaremos pasar

Hungría, 2019
-¡Señor compositor, vamos a demandar a esos ladrones de música!
-Llega usted tarde, mi padre murió hace la tira de años
-¡Pues les demandaré en nombre de los herederos! ¿Es que no ha leído la noticia?

-Yo creí que esa serie tan cutre estaría criando polvo en algún almacén
-¡Ahora es de Disney! ¡Ya tenemos a alguien a quien sacar dinero!
-Pero Disney solo la va a emitir en un futuro, y la serie lleva casi treinta años dando vueltas. ¿No puede encontrar a nadie más?
-Veamos…

¡Qué buena idea has tenido! ¡De esta nos forramos, chaval!

«Abogado, juez y doctor, cuanto más lejos, mejor»

Este de aquí es Peter, Peter Ivanick.

Peter es un abogado de Nueva York. Un abogado especializado en quiebras. Un abogado con varios premios a sus espaldas relacionados con su especialidad, entre ellos dos prestigiosos Premios Chambers.

Como decía, su especialidad son las quiebras. Si tu empresa está en bancarrota, Peter es tu abogado. Peter te defenderá e intentará conseguirte el mejor trato. Su minuta se corresponde lógicamente con su valía. Peter tiene un buen nivel de vida, y para mantenerlo necesita tener un buen flujo de clientes. A Peter le interesa que no le falten los clientes. A Peter le interesa que nunca falten empresas en quiebra.

Va con el oficio, pueden paliar los síntomas, pero terminar con la causa del mal les dejaría sin trabajo. Cuando en nuestro país se legalizó el matrimonio homosexual recuerdo a algunos amigos abogados celebrándolo, pues eso significaba que en un plazo temporal no muy lejano se les abriría todo un nuevo mercado en el area de separaciones y divorcios. Por supuesto, eso no quiere decir que fueran por ahí provocando cizaña entre las parejas para tener más negocio. No, no todos los abogados hacen una búsqueda tan activa de los casos. Esas ruindades sólo las hacen los abogados verdaderamente buenos. Y Peter es condenadamente bueno.

¿Cómo puede provocarse la ruina de una empresa? con malos consejos. Decirle que no invierta en lo que le puede dar juego, desviarle la atención con otras cosas que parezcan atractivas pero que no terminen generando apenas réditos. Peter sabe todo esto, y sabe que sus opiniones como consumidor pueden influir en las decisiones corporativas de muchos fabricantes.

Siendo así, se entiende perfectamente su intención con aquella carta en el correo de los lectores de Fantastic Four 238 en 1981, dos años antes de graduarse en Derecho en Yale.

El Trabajo de Byrne en este título es una basura, espero que no dure. Marvel me está decepcionando con Byrne aquí tanto como Miller en Daredevil. Por supuesto también mandó misiva al correo del cuernecitos por la misma época dejando bastante clara su opinión.

MÁRCHESE SEÑOR MILLER. Pero no todo podía ser negativo en sus misivas, por supuesto. Peter estaría por tercero de carrera y lo del poli bueno/poli malo se da en segundo. De manera que si les estaba diciendo a Marvel qué no funcionaba, debía decirles también qué era lo que al público le gustaba. Cosa que también hizo un un correo de Marvel Two-in-One:

Querida Gente Marvel ¿queréis saber qué nos gusta a la gente? pues nos gustan los tebeos con DeFalco, Michelinie y Jerry Bingham.

Nos gusta que la Cosa vaya a la feria con su novia y su amigo Bill Foster. Y también nos gusta mucho el Hombre de Hielo.

Y SOBRE TODO NOS GUSTA EL CIRCO DEL CRIMEN.

Confíen en mi, casi soy ya abogado. Echen a Miller de Daredevil y a Byrne de los Cuatro Fantásticos. Saquen más al Circo del Crimen. Atentamente, Peter Ivanick.

Visto lo visto, parece que las loas a Peter de los Premios Chambers de 2012 se quedaron cortos.

Buen intento, abogado.