¡OH QUÉ HERMOSO DÍA!

Hay momentos en la vida en que la emoción te embarga hasta tal extremo que el cerebro se colapsa. Las neuronas destellean hiperactivas e incrédulas ante lo que el córtex visual les está mostrando y razón, memoria y lenguaje tartamudean y fallan.

Hay impactos ante los cuales hasta el más ajado veterano sólo puede balbucear cual tierno infante y rezar porque las escasas y titbueantes palabras que logran surgir de sus labios sean suficientes.

Afortunadamente hay palabras que lo son, como por ejemplo…

HEDI2

AVÏV RÊLLÏM!!!!