Tetarrorismo

Los caminos del Señor y la mente de los hombres blancos heterosexuales tienen algo en común: son inescrutables.

La Caccionda – Milo Manara

Eso es lo que se le vino a la cabeza a buena parte de la población mundial que tuvo el enorme privilegio de observar cómo el 11 de septiembre de 2020 Milo Manara, reputado dibujante erótico y cachondo profesional, se ganaba un puesto en la Historia publicando un hermoso dibujo de una tremenda hembra jamona para conmemorar el aniversario del atentado terrorista en occidente por antonomasia, haciendo gala de la sensibilidad e inteligencia emocional de un escarabajo pelotero.

Pero todos conocemos de sobra a Manara. Hoy vengo a hablar de otro hombre cis arrastrado a la inmundicia moral por una noble causa: no ser capaz de soltarse la chorra. Ese hombre no es otro que Gleb Melnikov.

“¿Y quién cojones es Gleb Melnikov?” tal vez se pregunte el lector. Pues se trata de un joven artista que comenzó haciendo fanarts y, a golpe de arte digital, en 2021 comenzó a currar de forma regular en DC.

Gleb es mejor conocido por su trabajo en “Robin” de Joshua Williamson, centrado en Damian Wayne. Como es de esperar, los al Ghul son una parte importante de su trama. Y aquí es donde encontramos el primer problema al que se enfrenta Gleb: la leyenda negra de Talia al Ghul.

Talia vendría siendo la Calimero de DC: todo le sale mal. La falta de historias propias interesantes, una tendencia a la villanía absoluta desde los dosmiles, el hecho de que los personajes árabes tampoco suelen ser los mejor tratados en el mundo del comic USA y lo de que como interés romántico de Batman es, lo que vendría siendo, una mierda como el cerrojo de un penal; han relegado al personaje a un lugar de modesta popularidad dentro del fandom de DC. Ha sufrido neglicencia por parte de la editorial, de artistas y de fans y, a pesar de aparecer de forma más o menos recurrente en historias de Batman, ser fan de Talia es más duro que un abdominal de Henry Cavill: ni un triste funko del personaje existe.

El bueno de Gleb, intentando argumentar la semana pasada que en realidad Talia era más tremenda hembra jamona que Catwoman, que ya huele un poco, publicó en Twitter la siguiente obra.

La algarabía estalló en un fandom que está acostumbrado a sobrevivir con los nutrientes que sorben del moho que se forma en las esquinas de su sótano. Por fin un artista le hacía caso a Talia al Ghul. Y no sólo eso, les estaba dando el mejor tipo de contenido: warro content. ¿Podría ser este el resurgir de la popularidad de Talia al Ghul? ¿Y qué tiene que ver esto con Milo Manara?

Tetalia al Ghul – Gleb Melnikov
La Caccionda Racista – Artista desconocido

Pues porque a Gleb se le subió la erección a la cabeza. Alguien decidió hacer un jocoso montaje. Decidió poner este hermoso dibujo… sobre el original de la cachonda de Manara. Sí, el primero ya era de mal gusto, pero todavía se podía subir el nivel aun más si la jamona del dibujo era árabe. A Gleb le hizo gracia… y tuvo la brillante idea de publicarlo en su perfil de Twitter. Qué incómoda estampa.

Como consecuencia, las fans de Talia al Ghul, que sólo podían haber disfrutado del warro content durante unas pocas horas, le notificaron a Gleb por los canales pertinentes (menciones de twitter) que el meme no era divertido, que tenía unas connotaciones racistas bastante desagradables y que, por favor, pensase dos segundos las cosas antes de hacerlas públicas en Twitter.

Pobre Gleb, borracho del poder de un artista que tiene la capacidad de ponerse palote con sus propios dibujos. Tanta sangre concentrada en tantos sitios que no son el cerebro. Finalmente, se disculpó y borró todos los contenidos relacionados con Tetalia de su cuenta de Twitter. A tomar por culo.

También es verdad que lo de la culpa judeocristiana se lleva mucho en los fandoms, y que como su disculpa no le valió a mucha gente, terminó anunciando que directamente iba a bloquear a todas las cuentas fan que interactúen con él. Y se acabó.

Así que esa es la lección de hoy, supongo. Mantener las tetas separadas del terrorismo. Suficientes hombres horny han tropezado en esta piedra.

El terrorista: aparca ahí, donde la cachondaFleibur

Por cierto, en la reseña sobre el pedazo de muermo infumable que me parece The Batman, alguien me llamó marvelita en los comentarios. Espero que en esta ocasión podamos mantener los modales y crear un debate sano sin necesidad de recurrir a insultos tan desgarradores como acusar a una humilde autora de gustarle Marvel.

The Batman: lo malo, lo regular y lo bueno

Esta reseña fue escrita el 6 de marzo de 2022, después de haber visto The Batman en un screener con anuncios de slots y los píxeles del tamaño de mandarinas. Denle la credibilidad que ustedes consideren.

Antes de empezar con la mandanguita, me gustaría hacer dos aclaraciones.

La primera es que la película no me ha gustado mucho. Le he dado un cinco raspadito. Si a ti sí que lo ha hecho y te crea sensación de malestar que la gente critique la peli, mejor no leas esto. Voy a intentar desarrollar mi opinión desde un punto de vista coherente y huyendo de la vehemencia. Puedo debatir cualquier cosa, pero no me gusta sobreexplicar mis opiniones o que se dude de mi criterio por expresarlas. Estoy segura de que todos podemos ser educados al hablar de una película. Ah, y también va a contener todos los spoilers del mundo. Así que cuidado.

Batman es un personaje con más de 80 años de historia, un mito construido entre infinidad de guionistas, artistas y editores. Diferentes visiones y opiniones sobre Batman son válidas. ¡Eso mola! No intento imponer la mía sobre las demás, sólo argumentarla.

Definitivamente, tengo opiniones sobre la peliculita conocida como “The Batman”. Vamos a empezar por las cosas que no me funcionan. Eso significa que el despelleje va a ser intenso al principio, pero después voy pasando a cosas que me gustan más. ¡Lo prometo!

Lo peor de la peli

Es muy larga, al mismo tiempo le falta tiempo y es un poquito tostón

La duración de la película es un lastre enorme que ha hecho que, en general, me resulte terriblemente aburrida. Le pasa una cosa rarísima y es que, para lo que quiere contar, le sobra, muy fácilmente, una hora completa. Y, al mismo tiempo y paradójicamente, le falta tiempo.

Los personajes se agolpan en pantalla y se suceden uno detrás de otro sin que ninguno tenga tiempo para establecerse bien. En ciertos casos, como el del Pingüino, la película parece tener más interés en venderte el personaje para futuros proyectos que desarrollarlos en la historia actual. Es una pena ver a tanta peñuqui y, al mismo tiempo, tan desaprovechada porque, simplemente, no da tiempo a que se desarrolle. Seguramente, reducir la cantidad de personajes involucrados en una trama que no creo que dé para tanto, hubiese sido una opción mejor.

Le pasa exactamente con los conceptos que la película busca explorar en torno a la figura de Batman. Aunque son interesantes, se agolpan todos al final y no remata ninguno de una manera que me resulte satisfactoria. Y es que la película es un pastiche de conceptos, intenta abarcar mucho y, al final, consigue apretar muy poco. La sensación que me transmite es que es es una historia que apunta muy alto, pero, al final, cae en soluciones simplonas y manidas, porque dedica mucho metraje a una trama de detectives que, por muchas vueltas que intenten darle, ni es tan interesante, ni es tan novedosa, ni da para dedicarle tanto tiempo sin que me resulte aburrida.

Los momentos más potentes están comprimidos en la última media hora y, por desgracia, la película no tiene tiempo para recrearse en ellos como es debido, dando lugar a una resolución que se me hace muy superficial y dejando como víctimas, por el camino, unas dos primeras horas que me resultan absurdamente tediosas.

Otra historia realista de orígenes

Si algo me lastra la visión de Reeves , es que, se ponga como se ponga, es imposible entender esta película como algo que no sea otra historia de orígenes, a no ser que apliquemos una visión muy, muy reduccionista del término “orígenes”.

Explicitar que Batman está en su segundo año no es suficiente para justificar una trama con un Batman más que inexperto, sin aliados prácticamente, que incluso tiene aún a la policía de Gotham en contra, con un Gordon que todavía no es comisario, una Selina que aún no es Catwoman o un Alfred que sigue sin aprobar ni, apenas, colaborar en la misión de su querido amo Bruce. Ni rastro, por supuesto, de una posible batfamilia. ¿Cómo no va a ser una película de orígenes aquella en el que el arco de Bruce consiste en encontrar su identidad como Batman?

La sensación que transmite esta película es, una vez más, un inicio de algo, fracasando en trasladar al espectador (o al menos, a mí) que entra a la historia in media res, elemento que siguen manejando con mucha más maestría los videojuegos del personaje que sus películas.

De nuevo, un universo Batman en pañales, que desaprovecha lo caminado por las sagas anteriores, para volver a colocarse en una casilla de inicio demasiado revisitada. Otra vez, cae en la maldición de “a la próxima película ya sí que sí”, que es un sambenito del que el personaje no consigue liberarse.

Y es que, personalmente, estoy cansada de ver al personaje establecerse en pantalla. Estoy un poco harta del, “bueno, pero en la siguiente el traje será mejor, está empezando”. “En la siguiente seguro que hay un Robin”. “Todavía está sin establecer, seguro que en la siguiente ya se llama Catwoman”. Lo peor que trae consigo esta película es que el desarrollo del universo de Batman sigue avanzando a paso de tortuga, sin ni siquiera adaptar ningún personaje que no hubiésemos visto con anterioridad en la gran pantalla.

Por otro lado, y también a nivel personal, estoy cansada del realismo al que parece que se ve condenado Batman. El tono de esta película pone en duda cómo podrían encajar personajes como Hiedra Venenosa, Mr. Freeze, Clayface o tantos otros malos malosos mucho más fantasiosos y arriesgados. Parece que una buena parte de la galería de villanos del personaje está condenada a ser excluida de las historias cinematográficas, o a ser retorcidos al extremo para encajar en un concepto de realismo que elimina la gracia que tienen los personajes para mí, como es el caso de este Acertijo.

Acertijo

Mi opinión sobre Acertijo es: no. No voy a elaborarla más, no creo que haga falta.

En cualquier caso, voy a tomarme eso como una referencia a Incrediboy, porque a quién no le va a gustar una referencia a Los Increíbles.

Alfred

El mayordomo ha sido, tradicionalmente, uno de los personajes más beneficiados en los live actions de Batman. No es el caso de esta película, en la que su aparición es, más bien, anecdótica que otra cosa y que se salva del desastre por ser el desencadenante de una de las mejores escenas, si no la mejor.

La trama nos propone una relación distante y fría entre Alfred y Bruce, que bebe indudablemente de Batman: Tierra Uno, pero que no me resulta gratificante de ningún modo. Hecho muchísimo de menos la figura del incansable mayordomo que es la mano derecha y la figura paterna de un Batman que, en esta versión, sale a la calle solo, sin ningún apoyo logístico.

Su presencia no es paternal, protectora, ni reconfortante, rozando la irrelevancia, en un plano demasiado tangencial en la vida de Bruce Wayne como para que resulte de mi agrado.

La promoción de la película

He leído gente diciendo que los trailers hacen muy bien en ocultar de qué va la película y la verdad es que me rasco la cabeza con incredulidad ante ello.

La promoción nos ha dejado trailers en los que se mostraba toda la película, imágenes en revistas de las escenas finales, otras completas publicadas como anuncios en YouTube y muy pocas sorpresas de las que disfrutar.

Porque, encima, la introducción del Joker y el hecho de que la familia materna de Bruce iba a tener un historial de enfermedades mentales genéticas, los dos elementos que más pueden sorprender, se les habían filtrado desde hacía meses y eran fáciles de encontrar en cualquier medio generalista.

Por su parte, la promoción también infló unas expectativas que la película no es capaz de cumplir: ni Selina Kyle tiene tanto tiempo en pantalla como podía hacer pensar, ni tampoco es una película en la que la relación entre Bruce y ella ofrezca tanto como mucha gente esperaba.

Lo que ni chicha ni limoná de la peli

Un Batman que me deja fría

Una de las mayores decepciones de la película ha sido el Batman de Pattinson, que, genuinamente, pensé que sería una de mis cosas favoritas. Nada más lejos de la realidad.

Y no es culpa de Pattinson, que ofrece una interpretación sólida, pero que termina siendo arrastrada por unas decisiones que me parecen muy cuestionables. Me gustaría analizar esto tanto en forma, como en fondo, teniendo en cuenta que, a mí me parece, en una adaptación ambos elementos deben estar equilibrados y que ninguno es más importante que el otro.

La batforma

Estamos ante el que me parece el Batman más aburrido de la historia cinematográfica del personaje, sin lugar a dudas y, además, muy lejos del resto. Sin apenas juguetes, tiene un chisme de dar calambres (como en el Arkham Origins) que sólo usa una vez, no lanza un triste batarang en toda la película (y eso que lleva uno en el pecho), viste un traje que me resulta atrozmente feo, que le obliga a hacer movimientos ortopédicos, además de haberle encasquetado unas escenas de acción que, si bien son correctas, me resultan aburridas visualmente y, en general, son mucho menos de lo que espero para el personaje. Y ni siquiera quiero hablar del traje de ardilla voladora, porque se me hincha la vena del cuello y esto es una crítica zen.

Y sí, lo sé, no es un fallo mortal y “está empezando, en la siguiente ya tendrá más batchismes”. Pero no quita que este aspecto me haya resultado desastroso en esta película y que, una vez más, caigamos en la trampa del “bueno, pero en la siguiente seguro que sí”.

Esta interpretación es, también, un Batman completamente visible, que llama a la puerta de las discotecas antes de entrar en ellas y que no conserva nada de criatura sobrenatural o leyenda urbana. Los habitantes de Gotham saben que Batman existe y, aunque el brillante inicio de la película nos promete que inspira miedo en el corazón de los cobardes y supersticiosos criminales de Gotham, lo cierto es que en la película nadie se asusta más de él que de un policía normal y corriente. Y es una pena, porque menudo pedazo de escenote es ese inicio, ese “yo soy las sombras”, pero es que una cosa es lo que la peli dice que es Batman y otra muy distinta lo que te muestra.

No creo que esto sea un error por sí mismo, pero sí que contraviene puntos establecidos por algunos de mis comics favoritos del personaje, como Batman: Presa o Batman: Forajidos, ambos trabajos de Dough Moench, que analizan la importancia de este estatus de leyenda urbana para que Bruce Wayne pueda llevar a cabo su cruzada contra el crimen, por no hablar de otros, como Tierra de Nadie, de los que la película se nutre, claramente, en su final.

El batfondo

Si algo intenta vender la película, es que es una historia de detectives. Me encantan las historias de detectives. Esta, sin embargo, me parece mediocre.

Creo que estudiar a Batman como detective más que como justiciero es algo muy legítimo e interesante, pero la película nos muestra un Bruce Wayne torpe y poco perspicaz, que es de todo menos un buen detective.

El caso es que la peli lo sabe perfectamente, y te lo dice a la cara. Entiendo que no busca dar a entender que Batman no sea inteligente, por supuesto, si no que Bruce Wayne es humano y que se encuentra tan sobrepasado física y mentalmente por Batman, que comete errores de principiante y es incapaz de llevar una investigación por sí mismo, porque le tiene que ayudar el primero que pasa por ahí con las cosas más básicas. Pero se lleva tan al extremo, que me ha resultado, más bien, frustrante, y me he encontrado pensando en cómo es posible que un señor que se viste de murciélago se tire tres cuartos de hora pensando que una “rata alada” es un pingüino.

Creo que, en general, la trama de realizar el acto de la deteactivación me parece tan mediocre y aburrida porque en ningún momento hay un misterio real. El espectador sabe desde el principio quién es el asesino y también el cuándo y el cómo. La historia podría jugar con el por qué, pero, de nuevo, ya nos lo han contado en unos tráilers que explicitan todo demasiado. Y, soy yo, ¿o el Acertijo está un poco coded como persona con autismo?

En cualquier caso, la sensación que me da a mí es que Batman se tira dos horas haciéndose la picha un lío para llegar, tarde y mal, a unas conclusiones que están desde el principio sobre la mesa. Porque, vale, me puedes decir, no, pero el misterio es desenmarañar el nudo de corrupción de Gotham, pero es que la solución a ese misterio es que el capo de la mafia que controla Gotham es… el capo de la mafia que controla Gotham. De nuevo, ya sabíamos que Thomas estaba metido en el ajo por los trailers. Hombre, a mí desde luego me parece que, si la referencia de la películña era El Largo Halloween, se queda a años luz de ser ni la mitad de competente en su trama.

Y el caso es que parece que Matt Reeves sabe perfectamente que el corazón de la peli son los últimos 45 minutos, cuando ya han atrapado al Acertijo (que, por cierto, resulta ser un señor que pasaba por ahí), pero por algún motivo prefiere gastar demasiado tiempo en Batman dando vueltas hasta llegar a un punto al que sabes que va a llegar desde que pulsas el play y ves el primer anuncio de slots en tu screener con los píxeles del tamaño de mandarinas.

Si algo salva a este Batman son, precisamente, esos 45 minutos finales en los que la historia deja de centrarse en una trama de detectives pocheras para entrar de pleno en Bruce Wayne como persona. De nuevo, el problema es que se ha perdido mucho tiempo en lo anterior, que me interesa más bien poco, y los mejores conceptos e ideas se precipitan demasiado rápido como para explorarse como merecen.

La película quiere hablar demasiadas cosas que tienen mucha chicha en muy poco tiempo y le sale regular. La crisis de fe de Bruce en sus padres y la crítica a las élites corruptas de Gotham me resultan muy potentes, pero la película se marca un Nightwing de Tom Taylor y se lo quita de en medio de forma superficial, sin que ni siquiera afecte de verdad el hecho de que Bruce forme parte de esa misma élite, más allá de ser el objetivo del Acertijo.

Lo que me resulta incomprensible es que la película se guarde su reflexión más potente para los últimos 20 minutos: ¿los monstruos han creado a Batman o es Batman el que ha creado a los monstruos?

No es un concepto nuevo, no en vano se ha manejado en muchas historias y plataformas, desde el Batman de Tom King hasta aquel mítico “El juicio” de la serie animada de Paul Dini y Bruce Timm. Sin embargo, probablemente es el más interesante que plantea la película, que se empeña en desperdiciarlo, una vez más. Batman se da cuenta de que sus acciones están inspirando, de alguna manera, a los criminales de Gotham, así que decide echar el freno y convertirse en otra cosa, apelando más a ser un símbolo de esperanza que de terror.

No es que sea muy fan de este concepto, porque, en general, Batman convive con Superman y con Nightwing en el mismo universo y tiene que ser algo diferente a ellos. Me gusta más explorar más a otros personajes como iconos de esperanza y dejar a Batman para cosas más intimistas. Pero no creo que hacer a Batman un icono de esperanza sea un error (es más, se ha hecho en los cómics infinidad de veces) y, aún más, en un universo en el que Batman está completamente aislado y nadie que no sea él va a convertirse en ese faro que ilumine a la gente en sus horas bajas.

Mi problema es que este momento, que es el verdadero corazón de la película, pasa tan rápido que no lo siento como algo “ganado”. No es que Batman sea un icono de esperanza, es que el cómo se convierte en uno me parece una auténtica chapuza. La presentación de este conflicto, el nudo y el desenlace se da en diez minutos, y ofrece una reflexión mucho más superficial de lo que se merece el concepto. Me hubiese encantado que esto hubiese sido el eje de la película, pero prefiere perderse en una trama de detectives que no es ni un cuarto de lo potente que esta bomba que suelta a diez minutos de que el árbitro pite el final del partido. Hacer paralelismos con los planos de los planos del Acertijo y Batman mirando por unos prismáticos no es el trabajo que espero para este concepto, merece más.

A pesar de todos los problemas, este Bruce Wayne salva los muebles, consiguiendo hacer transicionar al personaje del “soy Batman 😎” al “soy Batman 😔”, un paso enorme, con el que Zack Snyder ya había comenzado a jugar, pero que se explora de manera plena en esta película.

Pattinson es el Bruce Wayne más humano y vulnerable que hemos tenido en pantalla, trasladando el tormento personal que supone el manto y, al mismo tiempo, el refugio y la necesidad que le produce a un niño al que le arrancaron el alma en un callejón, el único objetivo de una persona rota al borde de enloquecer debido sus propias obsesiones. Y aún así, me parece que a veces se le va de atormentado y se pasa directamente al niñatismo (la escena esta con Alfred cuando le dice que no es su padre con los ojos churretosos, que le falta la camiseta de My Chemical Romance, lo siento, me produce vergüenza ajena).

Pero, bueno, en general son buenas noticias, porque de verdad aporta a cómo el público general entiende el personaje, que hasta ahora parecía condenado a tener, por lo menos, una capa de molonismo imprescindible en pantalla. Y aunque no creo que esta película lo haga especialmente, sí que abre las puertas a explorar muchos nuevos conceptos que nunca se han trasladado al cine en futuros proyectos.

La carpeta

Soy una shipper batcat primero y una persona después. Mucha gente me ha dicho que les ha decepcionado el batcat. A mí, sin embargo, me parece correcto. Y es que, me da la sensación de que, de nuevo, la promoción creó unas expectativas que la película no llega a cumplir. Está muy en línea de lo que han ofrecido otras películas, ni más ni menos.

Personalmente, me conozco ya esta moto que me han intentado vender demasiado bien y sé que tiene las ruedas pinchadas, así que no esperaba más de los dos besos que da la película. También leí que esta película era “ante todo una historia de amor entre Batman y Catwoman”. Otra vez me rasco la cabeza perpleja. Es muy fácil encontrar más y mejores momentos en casi la totalidad de los cómics, películas animadas y videojuegos en los que aparecen los dos personajes, eso lo puedo asegurar. Sobre todo, teniendo en cuenta la enorme influencia de Batman: The Telltale Series, pero de eso ya hablaremos más tarde.

De todas formas, esta película ofrece una oportunidad que nunca había existido antes: la posibilidad de que Selina vuelva a aparecer en la saga y esta relación se desarrolle en el futuro. De nuevo, la mítica maldición de “en la siguiente sí que sí”, pero, indudablemente, es la primera vez que su intervención no parece limitada a una sola película.

Independientemente de esto, si esta peli sirve para que más gente comience a forrar esta carpeta, por mí estupendo. Mal no está, desde luego. Robert Pattinson y Zoë Kravitz tienen muchísima química, pero es verdad que la cantidad de momentos que comparten, así como su poder calorífico, son un pequeño aperitivo de lo que podría ser. Desde luego, atesoraré en mi corazón la escena de comprobación de las lentillas.

Nota de la Capri del futuro, 21 de abril de 2022. He estado pensando en por qué el batcat funciona regulinchis después de hablar con unas cuantas personas a las que les resultó decepcionante y he sacado unas cuantas conclusiones. No he hecho la prueba, pero estoy segura de que todas las escenas en las que salen ambos, efectivamente salían en algún tráiler o imágen promocional. Parecía que eso era un tentempié. Incluida yo, mucha gente se hizo la idea de que Selina iba a tener un papel semejante al de Mera en Aquaman o Trevor en Wonder Woman. Pero no resulta ser así, las escenas que nos enseñaron eran las que habían, no más. No era un tentempié, era media comida. Selina es un personaje secundario con su importancia, sí, pero no con la misma relevancia que han tenido otros intereses románticos en pelis recientes de DC. Desde luego, no tanta como la promoción le dio. Por otro lado, hemos visto como Selina y Bruce se conocen en tres películas y una serie. Dicho de otra manera, no hay ningún live action en el que salgan Batman y Catwoman y su historia no va de que se conocen en ese momento. Yo ya estoy aburrida. Además, la relación en la película está desarrollada de aquella manera. Sabes que se gustan porque son Batman y Catwoman, no por lo que pase en la historia. Me parece bien usar a tu favor lo que el público ya sabe de los personajes, pero es que eso no se traduce en que la relación entre ambos avance. Selina no sabe que Bruce Wayne es Batman, pero es que Selina ni siquiera sabe quién es Bruce Wayne, porque ni se cruzan. Al final de la película, su relación es la que menos se ha desarrollado de todos las adaptaciones a imagen real. Y sobre Selina volviendo en el futuro, pues sí, pero esto es Warner. Who knows. Mejor carpeta en mano que ciento volando.

Falcone y Gordon

No tengo demasiadas opiniones sobre Falcone, pero me ha dejado un poco fría. No veo al capo que gobierna Gotham con mano de hierro, el hombre con más despiadado de la ciudad al que los poderosos temen más que al propio Batman. Pasa por la película sin pena ni gloria, siendo un mafioso, sí, pero sin el aura amenazante que envuelve al personaje en los comics y que Nolan supo capturar mejor, en mi opinión. Y mira que es relevante para la trama, pero es que no lo veo. Tampoco ayuda que no haya ni rastro de Sofía, Alberto y Mario, sus hijos reconocidos, aunque eso no les quita lo bastardo, en los cómics; ni tampoco del resto de su familia, que, al final, son elementos que sirven para apuntalar su poder y entender a los Falcone como una auténtica empresa del crimen. Pero, claro a la peli tampoco le caben más personajes.

Hay que tener en cuenta que todo apunta a que su trama ha sufrido importantes cambios en los reshoots o que, al menos, se rodó más de una. Las primeras fotos que vimos del rodaje de Selina son inequívocas: era ella la que estaba en el funeral, no esa mujer que le acompaña. ¿En una dimensión paralela Selina y Bruce se conocía?

Por su parte, Gordon cumple y poco mal. Es verdad que no es un personaje que suela tener una especial relevancia, tampoco le puedes pedir peras al olmo. Está correcto y ya está. También te digo que como detective es igual de torpón que Batman.

Decisiones, decisiones

Hay un cúmulo de decisiones que la historia que me tienen confusa. Reeves ha heredado la manía de Nolan de cambiarle el nombre a personajes claramente reconocibles por otro al azar, sin entender yo muy bien por qué ambos hacen eso.

Para empezar, Don Mitchell, el alcalde corrupto que asesina Acertijo al inicio de la película, en los cómics se llama Hamilton Hill. El nombre de Peter Savage, el comisario, es un guiño a la serie de Batman de Adam West, pero en ella era un millonario que no tenía nada que ver con la policía. En los cómics, es, por supuesto, el Comisario Loeb. Por último, tenemos a la compañera de piso de Selina, Annika Kosolov, que es, de nuevo, Holly Robinson con el nombre cambiado. Aunque, supongo, que tienen excusa para sacar a otra chica que sea igual y que sí que se llame Holly. El propio Bruce Wayne disfrazado está acreditado como “The Drifter”, en lugar de ser el mítico Cerillas Malone.

Luego está el tema. El Martha-tema. La decisión de hacer a Martha una Arkham, en lugar de una Kane, y, demás, crear una especie de enfermedad mental hereditaria que, de alguna manera afectaría también a Bruce. Bueno. Es una decisión, sin duda. Lo primero que pensé, en mi visión irremediablemente amplia del universo Batman, era en qué iba a significar eso para la introducir de Kate Kane, prima por parte de madre de Bruce en los comics y mujer que se encuentra tras la máscara de Batwoman. Pero, luego me di cuenta de que probablemente nunca vamos a ver a Kate en el cine, porque es batfamilia de esa que le da tanto miedo a Hollywood y, encima, irremediablemente lesbiana, así que qué más da.

Sé que la inspiración viene de Batman: Tierra Uno y yo creo, de nuevo, que también de la serie de Telltale, que cuenta con un giro muy similar, pero no me entusiasma especialmente.

También está el tema de Thomas Wayne siendo corrupto y sus lazos con Falcone. Una pequeña trama sobre si Batman paga impuestos, vamos. Ni me gusta especialmente, ni me disgusta. Otra vez, me parece fruto de la enorme influencia de Telltale en la trama, y, además, ya se había explorado este mismo año también en la película animada de El Largo Halloween.

Por último, la introducción del Joker. Pues bueno. No estoy en contra de otro Joker, siempre que se haga, bueno, un Joker normal, uno comiquero sin más. No quiero otro Joker Sociedades, pero me encantaría ver otro del corte de la serie Gotham en la gran pantalla. Bueno, siendo el Joker de verdad, no Jerome ni su gemelo malvado. El problema es que la visión realista y aburridona de Reeves, no me invita a ser optimista en este sentido, no confío en él para que lo haga como a mí me gusta.

Independientemente de eso, si continúa con la influencia de Telltale, hay una posibilidad de hacer algo muy curioso con el Joker. Quien lo haya jugado, lo sabrá. No es lo que más me gustaría, pero, por lo menos, sería algo distinto.

Nota de la Capri del futuro, 24 de marzo de 2022. Matt Reeves acaba de subir una escena eliminada del Joker en la que sale feísimo y en la que me ha dicho personalmente "te jodes, no voy a hacer nada divertido".

Lo mejor de la peli

Señores, Gotham no tiene elección, levanten sus manos y entro en acción. ¡Monorraíl! (¡Más alto!) ¡MONORRAÍL (¡OTRA VEZ!) ¡¡¡MONORRAÍIIIIIIIIIIIIIIIL!

La ambientación de Gotham en Glasgow es, sin duda, todo un acierto, que le ofrece de verdad a la Gotham de Reeves una personalidad visual que no habíamos visto desde Tim Burton. Realmente no hay mucho más que desarrollar, Gotham es una ciudad bonita y decadente, perfectamente trasladada desde las viñetas a la pantalla.

¡Ah! El monorraíl. La única constante inalterable de todas las adaptaciones cinematográficas de Batman. Todo el mundo pone siempre un monorráil en Gotham y es un pequeño detalle que me pone muy contenta.

La banda sonora

La peli tiene entre sus principales virtudes una banda sonora con un Michael Giacchino brutal, que ayuda a equilibrar el estilo visual ultrarrealista de Reeves. A veces, precisamente por eso, me parece que la banda sonora va por un lado y lo que está pasando en pantalla por otro. Pero, en general, funciona genial y, junto a la ambientación de Gotham, ayudan a suavizar los peores vicios de Reeves.

Simplemente, suena a Batman. Es como estar en casa, como si ya la hubieses escuchado antes. Probablemente eso venga, en parte, de que está muy influenciada por el mejor Dani Elfman (el de Batman, no el de Liga de la Justicia) y porque, no lo vamos a negar, recuerda mucho a la Marcha Imperial. Pero el caso es que es una de las cosas que le da más personalidad a la película y es, simplemente eso, escucharla y saber que la película va de Batman.

La primera escena

Bueno, en realidad es la segunda. Pero ya sabéis. La que, para mí es La Escena de la película, esa primera reflexión con dialogo interno, que es puro Miller, de Bruce que sirve como introducción a Gotham, en la que la banda sonora se luce siendo apabullante y que creo que tiene un encanto y una potencia que pierde en cuanto comienza la trama detectivesca.

Me encanta la idea, me encanta el diálogo, me encanta que los criminales tengan miedo de Batman incluso cuando no está. Y me da lástima que esa sensación se pierda tan rápido. Entiendo que pisar tanto el acelerador era problemático para la reflexión final de la necesidad de Batman de convertirse en algo más que “miedo”, pero creo que se podía haber trabajado mejor.

Punto extra, además, por contar con Jay Lycurgo, que interpreta a Tim Drake, el tercer Robin, en la serie Titans. Además de con la gran estrella de la película, claro: el monorraíl.

El batmovil

Me lo he estado pensando y el batmovil mola. Es un buen chico. Todos los batmóviles son buenos chicos.

Me gusta porque es el único juguetito chulo que me regala la peli y también porque esos segundos previos a la persecución con el Pingüino, dando la sensación de que el coche es algo incluso sobrenatural. Este batmovil no impone por su tamaño, su diseño o su armamento, sino porque parece un vampiro de ojos rojos al acecho de su presa. Es el único momento de la película, por encima de la primera escena, en el que siento ese miedo que infunde Batman, en teoría, en el corazón de los criminales.

Es un buena manera de darle personalidad a un elemento que siempre ha estado ahí, pero que nunca se ha diferenciado demasiado. Un buen chico, un buen chico.

¿Y lo de vacilar al Pingüino acelerando un poquito? Estamos ante un caso de chef kiss, me temo.

El Pingüino

La gran sorpresa de la película para mí. Sí, visualmente me parece terrible. No sé si me da más miedo su falta de expresión por las prótesis o que se parezca tan perturbablemente al mismísimo Jesús Gil. También da bajona que lo único que tiene de Iceberg su club sea el nombre. Pero es la sal de la película, el que me ha salvado de la cabezada en más de un momento.

Ofrece unas gotitas de humor que le vienen de perlas a la película, es divertido, inteligente y puedes sentir que se va a comer Gotham ahora que el Romano ha muerto. ¿Llaman “Romano” a Falcone en algún momento en la peli? Ahora no me acuerdo, pero el caso es que a Falcone le apodan el Romano en los comics.

Funciona y es una lástima que salga tan poco, porque se lleva todas las escenas en las que está. Me da rabia que su trama en la película esté más orientada a venderte su futura serie en HBO Max que ha explorarle a él, pero mira, la verdad es que no tenía ninguna intención en ver ese spin-off y ahora sí.

Si es igual de divertido en esa serie que en esta película, tiene muchísimas papeletas para gustarme. Definitivamente, está en mi radar.

Selina Kyle

Por fin. Por fin una Selina carismática, sin miedo de alejarse de Michelle Pfeiffer y con tramas reconocibles de los comics. Sólo han hecho falta 30 años.

Catwoman es un personaje que cuenta con muchas adaptaciones en live action y, sin embargo, ninguna de ellas ha estado interesada en trasladar tramas y conceptos propios del personaje en los cómics. Nolan hizo el intento de meter a Holly, a la que cambio el nombre por Jen, y le salió regular. Gotham llegó a introducir a María Kyle, pero fue un desastre.

La Selina de Zoë Kravitz tiene un trasunto de orígenes que funciona muy bien. Es un tema complicado, porque es un personaje al que, sin pensar mucho, le puedo contar siete orígenes diferentes dentro del canon. Reeves hace una mezcla de dos de ellos: su madre es María Kyle, como en su cabecera de 1993; mientras que su padre es Falcone, influencia directa de El Largo Halloween, Victoria Oscura y Catwoman: Si vas a Roma, de Loeb y Sale.

También tiene su propia Holly, aunque se llame Annika, y ese instinto protector de las personas débiles que saca a pasear tan a menudo. También su impulsividad, su egoísmo y su carácter vengativo. Kravitz, que, oh Dios mío, es absurdamente guapa, ofrece una Selina sensual, carismática, enigmática y compleja que, por primera vez, me hace reconocer al personaje en la gran pantalla.

Tiene cosas que pulir. Muchas cosas que pulir. La falta de látigo, que si parpadeas te lo pierdes, y la prominencia de pistolas es un poco alarmante. Entiendo que integrar el látigo es complicado y es verdad que Selina no tiene miedo de empuñar un arma (que se lo digan a Máscara Negra), pero sus escenas de acción me saben a muy poco y creo que son un punto a mejorar en el futuro. Lo mismo que su traje, que por intentar ser realista, me resulta ridículo. El gorro es, simplemente, atrozmente feo y está pidiendo a gritos una capucha y unas gafas como Dios manda. Y luego está la cosa de que, bueno, todavía no sea Catwoman, claro.

También es verdad que me ha decepcionado un pelín que no salga tanto como yo esperaba en pantalla. Una vez más, culpa de las expectativas que, con esto sí, consiguió crearme la promoción de la película.

Pero, pero pese a todo el trabajo por hacer, es un salto cualitativo tan enorme respecto a las anteriores interpretaciones, que sólo puedo decir que está estupenda. Y, aunque caiga en la maldición de “en la próxima peli sí que sí”, es cierto que, al menos lo parece, la intención es que no sea algo puntual y el personaje se siga desarrollando, así que definitivamente mucho interés por lo que le depara el futuro.

El universo Batman

Creo que Bruce Wayne es un personaje que se construye mucho a través de sus relaciones. El cine se ha empeñado en mostrar, mayoritariamente, versiones aisladas y solitarias, cuando lo cierto es que no hay que indagar mucho en los cómics para darse cuenta de que esa no es la representación imperante de Batman. Por eso no me gusta que esté fuera del DCEU. Sus relaciones con Superman, Wonder Woman, el resto de la Liga de la Justicia y de personajes que están más allá de Gotham, también son importantes para su desarrollo.

La saga de Juegos Arkham ya consiguió crear un universo Batman que funcionaba como una burbujita y era completamente funcional, así que, aunque me gustaría tener sólo un Batman normal y corriente y dentro del DCEU, sí que me parece interesante la idea de Reeves de crear su propio universo como una burbujita.

Porque la mitología de Batman es compleja y muy rica, y con una trilogía no te da tiempo ni de rascar la superficie. Me parece genial la idea de tener spin-offs que puedan servir para explorar personajes y tramas que se escapen a las películas. Me gusta mucho la idea de intentar crear una Gotham que respire y palpite. Y, parece, que eso es lo que quiere hacer Reeves.

Su visión no es mi favorita. Sé que muchos personajes no le encajan. Sé que va a deformar a otros para poder introducirlos y que tengan coherencia con él quiere. Sé que, probablemente, su ejecución de la idea no va a ser de mi agrado. Pero me gusta mucho la idea y tengo ganas de ver en qué se materializa en el futuro, porque es la primera vez que existe la posibilidad de crear un universo de productos audiovisuales de Batman que funcionen, de cierta manera, como las diferentes cabeceras de un sello editorial de comics. Y es que, al final, si algo bueno me llevo de esta película, puede que no sea la película en sí, pero sí que es el inicio de algo grande y ambicioso, que puede termine gustándome o puede que no, pero seguro que me alegraré de que, al menos, alguien lo haya intentado.

¿Es una buena adaptación?

Esto va a gustos, pero, personalmente, lo que más busco en una película de Batman es que sea una buena adaptación. Por suerte o por desgracia, tengo mucha relación con el material original y eso me condiciona a la hora de consumir cosas audiovisuales. Qué le voy a hacer, si me chirrían cosas, estoy más tiempo pensando en qué deberían ser que en lo que son. Y, sinceramente, no comparto para nada eso de “lo que es una buena adaptación es subjetivo”. No. Lo es o no lo es, ya está.

The Batman no es una brillante adaptación, pero no es el desastre absoluto que, sinceramente, esperaba. Le pasa como a la serie Gotham: tiene cosas que están muy bien trasladadas, cosas que están muy mal, pocas que están en el medio y no entiendo qué criterio sigue para cada una.

Aunque una adaptación es lo que es, sí que es verdad que el nivel de detalle que le vemos a las cosas depende de lo que conectemos con ella. Estoy segura de que hay mucha gente haciendo análisis sesudos de cómo se han trasladado cosas y paralelismos con muchos comics. Pero yo no soy esa persona, porque, sintiéndolo mucho, simplemente no conecto con esta propuesta a ese nivel.

Independientemente de ello, es obvio que toma elementos, tramas, ideas e incluso diálogos de cómics como Batman: Año Uno, El Largo Halloween, Victoria Oscura, Catwoman: Si vas a Roma o Batman: Ego; pero no creo que su principal influencia sea ningún cómic.

Esta película se parece tanto a Batman: The Telltale Series que si me dijesen que es una adaptación del videojuego, me lo creería perfectamente. Y es que estamos hablando de un juego situado en el segundo año tras la aparición de Batman, en unas elecciones a la alcaldía de Gotham, en el que un misterioso enmascarado, que tiene una voz exactamente igual que la de Acertijo, y sus acólitos, también convenientemente enmascarados, comienzan a exponer en los medios pruebas de la corrupción de personas poderosas de Gotham y, por supuesto, también a asesinarlos. Bruce Wayne se verá involucrado, al descubrirse una trama de corrupción que liga a su padre, Thomas Wayne, con el rey de la mafia de Gotham, Falcone, provocando una importante crisis de fe en el legado de su familia. Para parar a estos malos malosos, Bruce contará con la ayuda de Selina Kyle, una ladrona en la que no sabe si puede confiar, pero que se la pone como el cuello de un cantaor. También está por ahí el Pingüino haciendo movidas y poniendo voces raras.

Vamos, que la trama es, básicamente, la misma. Por no hablar de que hay escenas prácticamente calcadas. Desde jugar al billar con Falcone mientras te confiesa que tu padre un poco sinvergüenza sí que era, hasta una pelea sobre un escenario en el que se celebra un evento electoral, pasando por el malo diciendo que quiere “quitarle las máscaras a los poderosos” y escenas entre Batman y Catwoman que son, prácticamente, calcadas.

El tema es que, para mí, el juego, a pesar de tener sus cosas, triunfa donde esta película falla. Porque, visualmente, es mucho más comiquero, Bruce Wayne resulta ser un detective mucho más hábil y reduce la cantidad de temas que quiere explorar, además de poder tomarse tranquilamente mucho más tiempo para hacer con cada personaje lo que quiere hacer. Y muy mal te lo tienes que montar para no tener pimba pimba con Selina. Desde luego, yo me lo pasé mucho mejor jugándolo que viendo la película.

Así que, bueno, no creo que esta peli brille por ser una gran adaptación, precisamente, pero si comparte trama, personajes, temáticas, situaciones e incluso escenas con algo, no es con ningún cómic, es con este juego. Si te ha gustado la película, deberías echarle un ojo.

Pero Batman, ¿mata?

Este es un tema recurrente que le encanta a Twitter. Pelearse sobre si Batman mata en el cine o no, cosa que, por supuesto, acompaña a esta película también. Es un debate tan manido, que personalmente me da pereza hasta responder a la pregunta, pero me hace irremediablemente mucho gracia que se repita el debate cada tres meses.

Durante un tiempo**, la promoción de esta película esta película hizo bandera de que Batman no mataba** y la gente aplaudió con las orejas. Sin embargo, es complicado no interpretar que hay personas que, efectivamente, mueren como consecuencia de las acciones de Batman. Vamos, que Batman mata. Yo diría que unas cuantas personas, por lo menos, se mueren en la persecución con el Pingüino.

Pero a lo que voy es a que esa conversación me parece estéril, porque al final, en una peli de acción es muy complicado que no se pueda interpretar que alguien se muere en algún momento. Son pelis de acción, es cómo funcionan, hay cosas que explotan.

De todas formas, más allá de buscarle las cosquillas narrativas a la película, agradezco que Batman, al menos así lo manifiesta verbalmente, esté en contra de amochar gente, especialmente en un contexto en el que no tiene por qué hacerlo.

La cosa es que esto de que si Batman mata o no mata no lo he metido en ninguna categoría, ni en las cosas buenas, ni en las malas, precisamente por eso. Por ser una discusión un tanto estéril refiriéndonos a películas de acción. Sí, probablemente gente muera, ¿y qué?

En resumen: una película que se da muchas ínfulas, pero que no es para tanto

Personalmente, le doy a The Batman un cinco raspado. Creo que es una película aburrida y demasiado larga, que se empeña en regocijarse en una historia de detectives que no da para tres horas de metraje, condenándose a sí misma a dejarse los mejores conceptos para un final superficial y precipitado que maneja concepto brillantes, pero que me deja insatisfecha. Unos diseños de personajes que me resultan increíblemente feos en 2022, una visión tan hiperrealista que llega al ridículo y una acción muy normalita no ayudan al conjunto.

Con tantas virtudes en la caracterización de personajes como errores, salvan los muebles personajes secundarios que merecían más tiempo en pantalla, algunos destellos de Bruce Wayne, una ambientación brillante que consigue gracias a sus localizaciones y una banda sonora que me transmite mucho mejor el concepto “Batman” que el propio personaje, que es una de las grandes decepciones del filme. ¿Has visto? He escrito filme. Eso es porque soy muy inteligente.

Pese a todo, sigue siendo una de las películas más destacadas de un personaje que en el cine ha tenido una suerte muy regular con sus adaptaciones, que, si bien numerosas, son muy limitadas. Lo que mejor sabor de boca deja es que, con la idea de un universo Batman en mente, la posibilidad de pulir y mejorar cosas, me da esperanza para aspirar a algo mejor, aunque no soy optimista con la visión de Reeves.

Nota de la Capri del futuro, 21 de abril de 2022. Sé que al principio de la reseña he dicho que le daba un cinco a la película, pero un mes y medio después, tiene un tres, siendo amable. Las cosas positivas son las mismas, las negativas también, simplemente ahora, con perspectiva, pesan mucho más. Debería haber visto esta película en condiciones antes de hacer esta reseña, transgrediendo los límites del screener con los píxeles como mandarinas, pero no he encontrado otras tres horas de mi tiempo para tirar a la basura.

Harley y Hiedra: Cuatro bodas y un queerbait

DC me ha enfadado esta semana. Sí, lo sé, eso no es una novedad. Pero lo han hecho con un tema que me ha venido sobeteando los ovarios durante doce años. Y, como a estos de ADLO! les gusta más la bilis que a mí un abdominal de Henry Cavill, me han invitado a que suelte la mía aquí. 

Lo reconozco, cualquier producto cultural que tenga a Hiedra Venenosa y a Harley me escama. Me atemoriza. Me asusta. Me produce pavor. Pero no es por la culpa de sus personajes, es por puro condicionamiento que me ha hecho DC. “Pero si Hiedra y Harley son una de las parejas LGTB+ más conocidas del cómic de superhéroes, ¿cómo va a ser eso?”, puedes pensar. Pues porque esa es una verdad muy a medias de la que DC lleva sacando pasta muchos años y de la que yo estoy cansada. 

Esta es la historia de Harley, Hiedra, el queerbait, DC, yo enfadada y la madre que nos parió a todos. Ven, acércate a la hoguera y deja que te cuente… 

Érase una vez… 

Paul Dini y Bruce Timm crearon a Harley Quinn para la serie animada de Batman en 1992. Aunque, en principio, fue concebida como una compinche más del Joker, pronto su carisma y su llamativo diseño se ganaron un lugar propio en dicha serie. Si hay una cosa que le encanta a Paul Dini, es establecer relaciones entre la galería de villanos de Batman, así que era cuestión de tiempo que Harley conociese a Hiedra. Eso ocurrió un año después, en el episodio “Harley y Hiedra”, de 1993. 

¿Se estableció en aquel momento una relación romántica entre ambas? Hombre, pues el hecho de que fuese una serie aminada de principio de los 90’, nos podía dar una sutil pista de que no era esa la intención.

En 1991, Thelma y Louise había aterrizado en los cines, y, en ese momento, la propia relación entre Hiedra y Harley era una referencia a la película. Dos mujeres fugitivas unidas por sentirse infravaloradas por ser ellas mismas que se alían para cometer algún delito que otro.

¿Las lecturas e interpretaciones? Muchas, todas válidas. ¿La intención de que fuesen pareja? Realmente, ninguna. 

Pero, si algo voy a ser en este post es honesta. Si bien en la propia serie no hubo nada reseñable a nivel romántico entre ellas, sí es cierto que en Batgirl Adventures #18, comic derivado de la serie. Podemos encontrar este diálogo. 

El caso es que, con el tiempo, Harley dio el irremediable paso al universo principal de los comics de DC, lo que conocemos como canon. Aunque aún muy apegada al Joker, ya en los dosmiles, Harley comenzó a tener sus primeros arcos de emancipación en su serie propia a manos de Karl Kesel, que se extendió del 2000 hasta 2004. A pesar de que Hiedra era un personaje recurrente en la cabecera, Harley seguía profunda y peligrosamente enamorada del Joker, y tampoco existe ninguna intención de que dé a entender algún tipo de relación romática entre ambas. 

Entonces, ¿cuándo cambia el tercio? Para mí, el momento decisivo fue Gotham City Sirens. Ni siquiera es algo que se deje ver durante la serie. En el penúltimo número, el #24, escrito por Calloway, una Hiedra enloquecida por su amor por el Joker vuelve junto a él. Hiedra ataca al Joker para intentar liberarla, pero, para despistar a Hiedra y que suelte le suelte, Harley le pregunta que si hace todo eso porque son amigas o si en realidad está enamorada de ella.

Es decir, que la primera vez que se insinuó que ambas podrían llegar a tener algo más que una amistad dentro del canon fue en agosto 2011, casi 20 años después de la creación de Harley. Pero, sin duda, aquí es donde se prendió lo que vendría siendo la wea.

Dos amigas que se querían mucho … 

Si la relación de Hiedra y Harley se popularizó de verdad en alguna etapa editorial, esa fueran los New 52. ¿Y qué es esto? Pues mira, en septiembre de 2011, Barry Allen, también conocido como Flash, decidió volver atrás en el tiempo para salvar a su madre de ser asesinada. Salió mal y, además, supuso el cambio de muchas cosas en la línea temporal de DC. 

En la práctica, supuso un reboot de los personajes de DC, un reinicio de su continuidad, que funcionaba como punto de enganche para nuevos lectores. Los orígenes de la mayoría de personajes, como el de la propia Harley, se revisitaron y se actualizaron. Otras muchas cosas fueran retconeadas y dejadas fuera del canon, como fue el caso de la serie de Gotham City Sirens, o, al menos, parcialmente. Vamos, que tres meses después del primer tonteo entre Harley y Hiedra, lo retconearon. 

Los personajes no cruzaron sus caminos durante algún tiempo, ya que Hiedra se unió a las Aves de Presa, mientras que Harley, por su lado, se unió al Escuadrón Suicida. 

Paralelamente, en Marvel, Deadpool estaba ganando mucha popularidad. En un movimiento, por mi parte muy cuestionable, pero que resultó un indudable éxito, DC lanza una segunda etapa de Harley Quinn en 2014, con guiones de Amanda Conner y Jimmy Palmiotti, que se adentra mucho más en terreno gamberro. Eso, en la práctica, significa que tiene muchos más chistes de pedos y tetas que la etapa anterior. 

Pero aquí fue, en esta serie es donde el verdadero tonteo se hace palpable. Hiedra es un personaje recurrente de la cabecera. Tontea con Harley continuamente. Aparecen todo el rato en situaciones sexualizadas. Pero, más allá de ello, nunca pasa nada claro entre ellas. Todo es sí, pero no. Somos amigas, de las que se ven las tetas y duermen juntas. Pero amigas. 

La gente estaba, obviamente, desconcertada. Había algo entre las dos, obviamente, pero en realidad no se explicitaba nada. Lo cual era muy raro, porque en la misma serie, Harley sí que mantenía relaciones de forma explícita con hombres. Esto llevó a que, en 2015, DC confirmase, vía Twitter, que Hiedra y Harley mantenían una relación abierta

Pero todos sabemos lo que significa tener que confirmar algo por Twitter gracias a nuestra tránsfoba británica de cabecera, ¿verdad? DC confirmó su relación vía pajarito porque en el cómic no lo hizo. La excusa de la relación abierta, además, les vino genial para justificar por qué Harley mantenía relaciones con tíos mientras que su relación con Hiedra se limitaba a momentos ambiguos y sexualizados. 

No obstante, esto funcionó que te cagas. La gente, ávida de representación LGTB+ en los cómics, se comió la historia con patatas. Los medios “especializados” también. DC jugaba con la baza de que los seguidores puntuales no leen todos los cómics y de que los medios mainstream, tampoco. Además, mientras que aquellos que sí que se leían el comic seguían comprando la serie como forma de apoyo a una pareja sáfica abierta entre dos mujeres bisexuales, que es el culmen de lo que le gusta a woke stan twitter USA, los fans más rancios con pililas ambientadas a requesón también lo podían seguir haciendo, porque no había una representación LGTB+ real y, además, se podían llevar hasta alguna pajilla extra. Un clásico del porno. ¿A quién no le gusta una relación de amistad sexualizada entre mujeres? ¿A quién no le va a gustar? 

El caso es que DC decidió explotar esto de que los medios y la gente normal y corriente desconocen cómo funcionan los tebeos. Como lo de que Harley y Hiedra no eran novias en los comics no se podía sostener durante mucho tiempo sin viñetas que se pudiesen compartir en Tumblr, DC decidió utilizar sus Elsewordls. 

Si eres un civil de los cómics y no sabes lo que es un Elseworlds, te lo explico en un momento. ¿Te has visto “What if…” de Marvel? Pues lo mismo. Elseworlds fue un sello editorial dentro de DC destinado a contar historias fuera del canon oficial, cómo qué pasaría si Superman fuese comunista o qué pasaría si Superman fuese nazi. En cualquier caso, y aunque ese sello ya no existe, en DC le seguimos llamando Elseworlds a todas las historias que ocurren en universos paralelos y que, por tanto, no son canon. Pero, claro, esto lo sabe la gente que está metida en los comics. Y es complicado de explicar en un titular. 

Lo que hizo DC fue permitir que Harley y Hiedra fuesen pareja oficialmente en varias series fuera de la continuidad oficial, fuera del canon. De esta manera, sí que había viñetas que subir a Tumblr y titulares en medios diciendo lo inclusiva y LGTB+friendly que era la editorial sin dar una representación real en su universo principal. Movimiento sucio e inteligente. 

De esta manera, Harley y Hiedra sí que eran novias explícitamente en, por ejemplo, DC Comics: Bombshells, Elsewolrds que se sitúa en un mundo paralelo en el que las heroínas de DC peleaban contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial. ¿La trampa? En esta historia, todos los personajes son sáficos. Por ejemplo, Lois Lane se enrolla con Supergirl. En el canon, Lois es la esposa de Superman y Kara, su prima adolescente. Ninguna de las dos es sáfica. 

En los comics de Injustice, también tienen una relación. Llegaron incluso a casarse en Las Vegas. Pero tampoco ocurren en el canon principal. Es más, en los juegos, que son el producto principal, a pesar de que Harley es una de los protagonistas del segundo, no hay ninguna mención a que ambas hayan tenido esa relación que cuentan los cómics. Pero los titulares de que “Harley y Hiedra se han casado” estuvieron por todos los lados ese mes. 

Y así, de poco a poco, con trampitas por parte de DC, de repente Harley y Hiedra eran la pareja LGTB+ más visible del cómic de superhéroes. Y todo era un relato, porque lo cierto es que en el universo principal de DC nunca habían sido nada. Todo era una mentira. 

He de decir que en la serie principal de Harley hubo dos besos. Soy honesta. Pero los dos funcionaban como un recurso de la trama y no como algo “romántico”. Y, además, quedaban completamente amortiguados por el tono de la propia serie y por la cantidad de morreos que se daba Harley con todo el mundo. 

Para mí, lo que encapsula a la perfección la relación de Hiedra y Harley durante esta etapa de su relación es esta viñeta de Harley #25, ya de su tercera etapa propia. Piensas “se están dando un morreo y magreándose todo el culo, ¿cómo no van a ser novias?”. Sí, ahora amplia la imagen. Hazle zoom a los labios. Es un beso en la mejilla. ¿Lo ves? Pues quédate con esta ilustración en mente, porque luego nos va a dar mucho juego. 

Y así, poco a poco, nos plantamos en 2019, año en el que me da la impresión de que DC se da cuenta de que ha pisado demasiado el acelerador y se pone a recular. Harley protagoniza junto a Booster Golds una miniserie llamada “Héroes en Crisis”, con guion de Tom King. Toda la trama gira alrededor de lo que Harley quiere a Hiedra. Al final, en el punto álgido de la historia en el que se reencuentran, después de que Harley llevase todo ese tiempo pensando que Hiedra había muerto… se dan un abrazo y ya. Es incluso anticlimático. Queda mal. 

Para seguir la trama de estas buenas amigas, DC lanza otra miniserie, “Harley Quinn and Poison Ivy”, de Jody Houser. Durante los seis números que dura, DC se empeña en recordarnos que son amigas. Muy amigas. Amiguísimas. Pero nada de ser novias. En las propias sinopsis oficiales del comic se hace hincapié en ello. Y como tales, la miniserie termina con ellas “cortando” su relación de amigas, mientras se dan este amigable besito en la frente, que no es, para nada, un beso censurado, ¿verdad? 

Pero ahora en un ratito hablamos de censura. No sabemos qué pasó, pero el ímpetu que le entró de repente a DC por demostrar lo amigas que eran, comenzó a ser incluso risible.

Llegaron a estros absurdos del queerbait, como lanzar al mercado una figura de las dos especial de San Valetín y explicar en la descripción de la misma que “San Valentín celebra muchos tipos de amor” y que la relación entre ambas es el “epítome de la amistad”. 

Ahora, para terminar esta sección, quiero que veais con quien terminó Harley en su cabecera. Y la diferencia que hay en lo simple que es todo cuando se besa con Booster Gold y lo difícil y las trampas que tienen todos sus besos y abrazos con Hiedra. Porque cuando son un hombre y una mujer, de repente no hay ninguna ambigüedad. 

¿Amigas o censura? 

En 2019 pasó, también, algo muy interesante. HBO lanzó la serie animada de Harley Quinn y Hiedra iba a ser coprotagonista. Claro, con el historial de estas dos, yo no tenía ninguna esperanza de nada. La primera temporada, de hecho, parecía ir en la misma dirección que los cómics. Pero me callaron la boca bien callada. Y yo encantada de que me la callasen. No voy a entrar en diseccionar nada, pero sin duda la serie supuso un gran empujón de popularidad para esta relación. 

Otra cosa bastante relevante, es que, en 2020 AT&T, compañía matriz que posee, entre otras muchas cosas, DC Comics, hizo una “reestructuración”. Más allá de lo sintomática que fuese esa “reestructuración” sobre la crisis del medio, para lo que nos incumbe en este post, supuso una limpia enorme de editores. Toda la cúpula editorial que llevaba años en DC, encabezada por Bob Harras, quien desempeñaba su labor como editor jefe desde 2010, fue sustituída. 

¿Y por qué es importante que se fuesen los editores? Pues por la censura. Yo ya estaba convencida de que era imposible confabular a tantos guionistas diferentes de tantas cabeceras distintas para hacer queerbait. Puede pasar en una serie. Pero, ¿en tantas? La culpa no era de Conner, Palmiotti, King o Houser. Claramente, se estaba censurando esta relación desde los despachos de los editores de DC. 

Pero en dar la voz de alarma fue Sam Humphries, encargado de la última parte de la etapa de 2016 de la cabecera de Harley. En una entrevista, dio a entender como buenamente pudo, que DC no le dejaba usar a Hiedra en su serie.

Mucho más abierto aún fue Chad Hardin, ilustrador recurrente de la cabecera de Harley con Conner y Palmiotti y autor del famoso beso en la mejilla con tocada de culo. Resulta que, con motivo del mes del Orgullo LGTB+ del 2021, DC publicó un tweet en el que reconocían el queerbait que habían estado haciendo con esta pareja de forma sistemática. Pues el bueno de Chad, haciéndole honor a su nombre, respondió al tuit con la imagen del dibujo original.

Había un beso de verdad y DC se lo censuró y lo convirtió en el beso en la mejilla más sexualizado de la historia. Que la relación de Harley y Hiedra estaba vetada en el canon principal de DC no es una teoría, ni una conspiración judeomasónica. Es un hecho. 

No obstante, tras la sustitución de editores y la visibilidad que le había dado la serie animada a la pareja, todo pintaba muy bien para Harley y Hiedra. La nueva etapa editorial anunció vientos de cambio cuando en un flashback de Batman: Urban Legends #1, se explicitó que Harley y Hiedra habían sido pareja. Sí, en el pasado, pero pareja sin trampa ni cartón por primera vez en el canon.  

Por su parte, en su especial del Orgullo LGTB+, ambas tuvieron una historia guionizada por Mariko Tamaki, que venía a parodiar el queerbait que había hecho DC con ellas durante tanto tiempo. Harley y su reencuentro con Ivy comenzaron a tener una importancia más que notable en la etapa de Batman de Tynion IV. También en la nueva cabecera de Harley, que dio comienzo el mismo 2021 con Stephanie Phillips y en el que su reencuentro futuro con Hiedra era un tema recurrente. Todo ello culminó con el final de la etapa de Tynion, en Batman #117, publicado en noviembre de 2021. En él, Harley y Hiedra se establecían, por fin, sin ninguna trampa, como pareja explícitamente. En el canon y en el presente, como debe ser. 

Que empezasen a ser novias, por fin, tuvo también impacto en otras series, como Catwoman o la de la propia Harley. Todos lo celebramos. Yo lo celebré. De verdad que pensaba que ya estaba. Los editores que vetaban se habían ido. Harley y Hiedra tenían una relación de pleno derecho en los comics después de doce años tonteando. DC había reconocido sus errores y estaba actuando en consecuencia. ¿Verdad? 

La alegría dura poco en la casa del pobre. En diciembre de 2021, un mes más tarde de que empezasen a salir juntas, se lanzó Harley Quinn #10, el primer comic en el que eran novias, oficialmente, en el canon presente de DC. Bueno, pues lo han dejado en ese mismo número. Han estado juntas la friolera de 10 páginas. Ya está. No hay más. Ya no son novias. Puf. Desapareció.

¿Comerán perdices? 

Pues mira, no lo sé, porque yo estoy, por decirlo elegantemente, hasta la pepitilla del coño. Estoy harta de que DC lleve vendiendo una moto inexistente desde hace más de una década. Estoy harta de que me maree con estas dos. 

¿Puede ser que este movimiento sea para crear salseíllo y que después vuelvan? Pues puede ser, pero es otro movimiento ridículo de DC que juega con las expectativas de una relación entre Harley y Hiedra. DC lleva ya doce años haciendo lo mismo y yo estoy ya cansada. No puedo involucrarme más con este tema, paso completamente. Es el cuento de nunca acabar, de verdad que estoy más quemada que la Antorcha Humana en la comunión de Starfire. 

¿Tendrá este cuento un final feliz? Probablemente, a fuerza de años y sufrimiento. Pero estoy cansada de que se pongan una medallita de inclusividad inexistente en sus historias. Me temo que soy una de las personas que se han quedado por el camino con este ship. Que no cuenten conmigo.