¡Cuidado con lo que lees!

Con el aumento de la oferta en las librerías especializadas, cada vez corremos más peligro de hacer nuestra querida compra y descubrir al llegar a casa que uno de esos maravillosos tebeos que hemos escogido con primor y delicadeza es realmente un plano, simple y burdo…¡tebeo de pijameros!
Sí, amigos sí. El peligro está ahí, acechando en cada balda de la estantería, justo al lado de un tebeo supuestamente libre de influencias negativas, con una carga intelectual adecuada para nuestras preclaras. Tenemos que tomar conciencia del peligro y saber que a todos nos puede pasar.
Por eso, The New Gafapastil Council de ADLO!, pendiente siempre de las necesidades de sus lectores, os proporciona unas mínimas normas para que vuestra lectura sea fructífera para vuestra vida. Sigue estas normas y el peligro de tener que leer una humillante historieta de superhéroes estará lejos de ti.
1.Escoge correctamente la librería. Ni siquiera se te ocurra entrar en una donde el escaparate esté lleno de figuritas de superhéroes enpijamados, muy posiblemente el interior esté plagado de tebeos peligrosos para tu formación intelectual y para un correcto desarrollo de la personalidad. Es más, suelen ser lugares frecuentados por gente de mal vivir que se identifican entre ellos con camisetas con símbolos similares a un quiróptero o grandes letras X. A ser posible, dirígete a aquellas librerías que tengan en su mostrador la edición francesa de Maus o merchandising de Adele Blan-Sec. Se acepta, en su defecto, que el merchandising sea de Tintín, aunque en estos casos se recomienda prudencia, puede ser una trampa.
2.Selecciona adecuadamente las portadas. Es bien conocido que, mientras en el tebeo de verdadera ascendencia gafapastil la portada es un símbolo icónico de los objetivos intelectuales del autor, en otros medios más serviles con la comercialidad, la portada sólo tiene una función publicitaria, buscando atraer al lector con cantos de sirena que suelen estar relacionados con todo tipo de hiperdesarrollos sexuales, ya sea masculinos o femeninos. En este último caso, quedan excluidas de esta consideración las obras de Richard Corben, ya que se trata de audaces críticas a la imposición estética machista sobre la mujer. Por ello, escoge siempre aquellas que supongan un reto intelectual para el comprador.

3.Comprueba la calidad del dibujo. La prueba de fuego. Muchas veces, los editores cambian vergonzosamente las portadas con el fin de ensuciar el prestigio de un autor con toneladas de comercialidad que manchen su nombre. Un auténtico experto en estas tropelías debe estar siempre al quite de semejante inquidad y ser capaz de distinguir a primera vista el dibujo de un autor interesante del de uno vendido a la mercadeo más vil. Un buen autor huirá siempre de las ataduras del academicismo, buscando nuevos caminos estéticos que propongan retos intelectuales al lector.

4.Atento a las frases trampa. ¡Cuidado! Hay autores de antiguo prestigio gafapastil como Andy Watson, Dave Cooper o incluso Peter Bagge que se han vendido al dinero fácil, por lo que podemos vernos fácilmente engañados por uno de ellos, pese a un estricto control de los anteriores puntos. Por ello, si queda alguna duda, se pueden leer algunas frases al azar. Ante la primera visualización de frases como «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad«, «¡Es la hora de las tortas!» o «El mundo está en peligro«â€¦.¡Corred! ¡Es una trampa! A ser posible, buscar siempre frases del estilo «Mi vida es una mierda ¿qué haré?» o «En los aposentos del inexpugnable infinito, donde luz y oscuridad se debatían en las tinieblas del tiempo, la majestuosidad del libre albedrío dormitaba en su deseo de libertad, paciente, con la esperanza puesta en el círculo de la eternidad, cuando fuese abierto por la poderosa llave de la palabra la cual se contempla fraguándose en el horizonte, más allá del círculo del orden universal, como un apetecible portador de vida. Y por fin la palabra, y con ella la abstracción; dimensión de milagroso poder que resultó en la vida etérea de seres andróginos«.

Con un 99% de probabilidades, con estos 4 pequeños pasos se habrá evitado el terrible peligro de comprar uno de esos tediosos y aburridos tebeos de superhéroes que tanto ensucian el porvenir del tebeo. Pero si tienes alguna duda, ¡no lo dudes! Llama al 900-6969ADLO y uno de nuestros amables especialistas te asesorará gratuitamente.
¡De nada!

Portadas gafapastas

Desde esta atalaya a la que nos ha encumbrado nuestro intelecto sin par, nos, los gafapastas, reivindicamos activamente nuestro derecho a entrar en el juego de las portadas de doble sentido que otros neoadláteres están practicando con éxito. Juegos infantiloides basados únicamente en el equívoco sexual, casi siempre rayano en la latente homofobia de esta sociedad, y que no superan el más mínimo análisis crítico, pero hasta la élite tiene derecho a la diversión.
Por ello, y aprovechando que ahora ADLO puede llegar a ser una fuente de intelectualidad bien entendida, creo que no se puede hacer mejor debú que dejando una portada de un adorado dibujante del underground de los años 60, una ilustración llena de segundas intenciones, descolocadamente descacharrantes:


El inagotable chicle de Willy Wonka

Ja!

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Pirurí…pirurí….pirurí.. (no, yo no tengo politonos en el móvil, ¡qué vulgaridad!)
– ¿Diga?
– Estooooo, Álvaro, que soy el Riva, es sobre la imagen que has puesto en ADLO hoy, ya sé que yo ya no estoy en esto, pero es que eso es una p**** gigante con un montón de tías en pelotas…
– Estimado ex-Puto Amo, qué gran tristeza me produce ver que tras varios años de experiencia en afilar el ingenio, su inteligencia sigue siendo tan superficial y simplona. Pero ¿no se da cuenta de la divertida transfiguración que se hace entre la eterna obra de Roald Dahl y la ilustración de Corben que nos atañe?
– Son tías en pelotas violetas sobando una gran p**** azul.
– ¡Pero hombre de Rob! Cómo me puede decir eso, es una humillación tener que rebajarme a explicárselo, pero es evidente que el dibujo de Corben nos muestra una serie de chicas, claramente hinchadas y de aspecto violáceo, exactamente igual que la pobre chica que consumió el chicle de menú de tres platos de la obra de Dahl, adorando una gigantesca oruga de la especie Conotrachelus nenuphar, una clásica plaga del Chicozapote, el árbol que produce la goma de mascar. Una referencia evidente y muy divertida.
– ¿»Conotrachelus»?… esa oruga es de la especie Nachovidalensus de toda la vida, y los hinchamientos de esas chicas sólo se consigue agotando la producción mundial de silicona de una década… Álvaro, ¡eso son un montón de tías en pelotas con una p**** gigantesca!
– Verdaderamente, ahora entiendo el porqué de la bajada en visitas de esta web, estimado amigo Riva. Es obvio que el mordiente de sus inicios ha sido pervertido por la lectura de tanto tebeo de baja ralea y es ya incapaz de ver un doble sentido.
– ¡Es una p****!¡Y tías en pelotas!
– Lo siento Riva, usted tuvo su época, le toca el turno ahora a la inteligencia, la ironía y el fino doble sentido. ¡ADLO estamos aquí para salvarte!