-Pase, pase, póngase cómodo.
-Perdone, ¿dónde estamos exactamente?
-Ah, sí. Este es el despacho donde se decide dónde va la gente.
-¿Cómo que a dónde va? ¿Dónde voy a ir?
-Ah, ya sabe… Puede ir al Lado Bueno… o al Lado Malo.
-Entiendo…
-¿Está seguro de que lo entiende?
-Sí, sí. Pero no es esto como me lo esperaba. Pensaba que ya tendrían arreglado el papeleo cuando llegase.
-No, no. Hay demasiada clientela y no tendría sentido estar actualizando los ficheros todo el rato, de modo que preferimos revisar sus expedientes aquí, cuando ya han llegado.
-Bueno, si me pregunta, eso suena a que quiere que yo haga su maldito trabajo. En mis tiempos un editor de tebeos podía llevar 75 cómics al año, y ustedes no se pueden hacer cargo ni siquiera de que cuando te llega la hora ya esté todo listo.
-Bueno, señor… eh, Shooter. Usted puede seguir echándome la bronca todo lo que quiera, pero yo voy a ir abriendo su expediente, a ver qué me han dejado por aquí.
-¿Dejado? ¿Quién le ha dejado a usted nada sobre mí?
-¡Ah! Ya sabe. Cuando uno pasa al Otro lado le damos la opción de dejar informes que se añaden al expediente de los clientes que aún están por venir.
-Pues estamos jodidos.
-Bueno, señor Shooter, no se preocupe. Mire, precisamente tengo por aquí una carta de recomendación para el Lado Bueno de un tal Vicenzo Colleta.
-¡Ah, el bueno de Vince! Así que está en el Lado Bueno.
-Oh, me temo que no. El Sr. Colleta fue enviado al Lado Malo debido a las pésimas indicaciones que contenía su expediente de unos fans de un tal Jack. Pero eso no invalida nada de lo que aquí dice de usted. Le pone bastante bien. Hasta le compara con Jesús.
-Oh, bueno. Espero que eso no sea un problema de blasfemia por aquí.
-No, no, no se preocupe. A nosotros ese tipo de cosas nos divierten mucho. Por lo que veo, sr. Shooter, se dedicaba usted a editar cómics. Tenemos más cartas aquí, en este expediente. A ver si todas son igual de buenas.
-Estamos jodidos.
-Ah, mira, aquí tengo una de un tal Sr. Neal Adams.
-Estoy BIEN jodido.
-…
-¿Qué pasa?
-Bueno, es una carta bastante larga. El Sr. Adams deja desde luego unos cuantos recados. Aquí hay concretamente una cosa sobre los contratos de “work for hire” y un sindicato que a usted no le convenía. Y una cosa sobre utilizar a trabajadores despedidos de otra editorial para presionar a los suyos a aceptar ciertas condiciones.
-Bueno, pero estoy seguro de que Neal también reconoce que eran otros tiempos y que…
-No, la verdad es que no dice nada de eso.
-Pues estamos jodidos.
-Mire, Sr. Shooter, le voy a ser sincero. Creo que está usted de suerte, porque veo en algunas de estas cartas muchas menciones a otra gente que no se ha debido de morir todavía.
-Nunca pensé que me alegraría de que John Byrne me sobreviviera.
-El caso es que aquí también podemos un poco revisar lo que dice la gente de usted cuando se ha muerto y ellos siguen vivos. Pero eso nos va a llevar algo más de tiempo, claro.
-Pero bueno, esto es el colmo. Parece que sean ustedes unos aficionados. Uno esperaría que en una industria tan consolidada como la suya no le hagan a uno todas estas tonterías solo para decirle si va a un Lado o al otro.
-Mira, Sr. Shooter. Comprendo que usted crea que puede hacer mi trabajo mejor que yo. Por lo que he estado viendo, no soy el primero al que le ocurre. Pero esta es una medida que rara vez es necesaria. Solo nos pasa con aquellas personas que tienen, ya sabe, un legado complicado.
-¿Complicado? ¿Cómo que complicado? Salvé a esa maldita compañía durante una década. Creé un programa de royalties para que los autores cobrasen un porcentaje a perpetuidad. Hasta los que eran unos mantas lo cobraban. Y potencié el mercado directo, lo que supuso la salvación de la industria y la creación de miles de puestos de trabajo en América. Pregunte a quien quiera. ¿Sigue vive Chris Claremont? ¿Sigue vivo Walter Simonson? ¿ Louise?
-Sí, señor Shooter, todas esas personas que usted me dice están vivas. Pero tengo por aquí un aviso de que muchas de las cosas que usted asegura que hizo por la industria no son mérito de usted.
-¿Cómo que no? ¿Y quién las hizo si no?
-Aquí mencionan a una tal Jenette Khan, pero me temo que tampoco ha pasado por aquí a dar su versión de los hechos.
-Hay que joderse.
-Bueno, señor Shooter, ¡está todo solucionado!
-¿Qué me dice? ¿Cómo que solucionado? ¡Llevo aquí una eternidad!
-No se haga el martir, hombre, que han sido solo unas horas. Pero acaban de llegar palabras de Arriba. Y dicen que todo bien con usted. Le damos acceso al Lado Bueno ahora mismo.
-¿De Arriba? ¿Quiere decir de Arriba-Arriba? ¿Del más grande?
-Por supuesto, sr. Shooter. De ÉL en persona. Y si él le da el visto bueno, va a misa. Que tenga una buena vida eterna, señor.
Pues sí que conviene tener contactos lo más arriba posible…
Ahora haced uno con Bob Layton, que le apuñaló por la espalda en los tiempos de Acclaim. (Al parecer, Bob no quería su ayuda para salir del alcoholismo…)