Que bonita que es la compartición cultural, la remembranza y el arte para todos. No hay más que pensar en días como hoy en iniciativas como esta:

Sí, pocas cosas dejan más clara la idea de colaboración publico-privada. Tú eres el público y dejas que la empresa privada haga lo que le de la gana. Por eso se vienen a Madrid, no por la relación con el cómic de nuestros gobiernos de villanos de Batman sino por la tradicional ciudad en la que Ibáñez vivió durante tantos años y con la que tuvo una relación tan íntima y especial.
Como cuando se les ocurrió pagar por banquitos promocionales.

Sí la bolsa suena aquí todos difunden la cultura. Siempre y cuando quede claro quién paga y por qué.
Es decir:

Sí, aquí los derechos son de quien son, a ver si os creíais que la cortesía iba a ser de la familia del finado. Y, eh, ya os he dicho, aquí los gobernantes son villanos de Batman. ¿Cómo íbamos a dejar fuera a El Pingüino?
Por supuesto seguro que habrá quien pense que esto era por esa conmemoración del Primer Día Ibáñez que proclamó el org… proclamó la fund… procl… ahm… ¡El primer día Ibáñez!
O quizá sea porque se considere que ha sido cosa de la delegada de cultura, que tiene pinta de que le gusta trabajar.
Vamos, no es como si hubiera algún lanzamiento cercano que nos pueda hacer pensar que alguien ha conseguido una publicidad visible y duradera para sus productos…

Así que aquí tenemos lo que tanto se celebra: Unos pocos haciendo el negocio -e incluso quejándose de que les hagan la competencia- y unos muchos prefiriendo poner la ilusión.
Que siempre podría ser peor. Podríamos estar preguntándonos quién es humilde y radical, aliado feminista y seducción disfrazada de humor inteligente, sensible y débil emocional. Porque no nos sale nadie que cumpla los requisitos -con h-.
Tranquilos, no queremos molestar. Si quisiéramos molestar estaríamos preguntando si ya se ha convocado oficialmente la reunión de La Sectorial oficialmente, que nadie dice nada. No debe de haber suficientes libreros en la cosa.
Así que volvamos una última vez al asunto principal para decir:
¡FELIZ DÍA DE HACER NEGOCIO!
[Gracias por la foto de arriba a El Irregular, que nos ha ayudado mucho a tener preparadito este posteo]
Qué retorcido eso de pensar que desplegar en una fachada una lona-homenaje de 20 metros en la que se muestra el producto que vendes podría ser una forma de publicidad del producto que vendes.
El alcalde Almeida da la cara todos los días en los medios y Álvarez Rabo hace muchos años que no publica nada.
Expropiación forzosa del fondo brugueriano.
Ahora tengo la duda de si había una especie de «residente habituales» en el edificio y si, de haberles, siempre estaban en el mismo cuarto o cambiaban en cada tira…
Siempre eran los mismos, en el mismo sitio a lo largo de toda la serie. Con la excepción del científico loco, que no gustó al régimen porque frankensteineaba y «solo Dios puede crear vida» y fue sustituido por un sastre