
Murcia. Murcia es el trozo de mapa que se dejó para el final el encargado de diseñar las autonomías españolas y al echársele el tiempo encima dijo: «Mira, así se queda». No lo decimos para mal, pero Murcia y Cartagena no tiene nada que ver la una con la otra y Yecla va siempre a su bola. Para fortalecer nuestra teoría señalaremos que Murcia está justo encima de Almería, otra provincia de difícil encaje como demuestra el hecho de que fue la única provincia andaluza que votó contra el estado de las autonomías y que todavía tiene un movimiento que proclama que no son Andalucía.
Algunos dirán que Murcia está aquí sólo porque necesitamos al menos 30 ciudades y porque ha tenido portadas alternativas fruto de acuerdos econoómicos y pensadas sólo para ser vistas en el mercado regional. Pero ni Murcia es la única ciudad que ha recurrido a esas estratagemas, ni sería la primera vez que Murcia fuerza su aparición en un medio, como bien saben todos los que vivieron las galas «Murcia, qué hermosa eres».
Pros: Como de un tiempo a esta parte Murcia ha sustituido a Lepe en los chistes de los humoristas españoles (concretamente cuando reemplazamos a los cómicos cuentachistes de RTVE por monologuistas de salas de Malasaña) te has creado una imagen mental tan alejada de la realidad que te va a fascinar lo bonitos que son algunos de sus rincones, y lo bien que se come.
Contras: Vas a tratar de hacer chistes sobre su acento pero para ellos eres tú el que habla como un pijo.
Turista más famoso: Una vez uno de Murcia ligó con una francesa y se la trajo a la ciudad. A ella le gustó tanto aquello que montó una boutique y todo.
#InstaMURCIA


A menos que Juan Miguel Aguilera sea el autor de Sargento Resines, voto TAQUIONES! respecto a esa pistola.
Murcia es mala ciudad para superhéroes porque de abril a octubre si sales a la calle con un disfraz de cuerpo completo te da un golpe de calor que te arde la pelleja.
Lo raro es que Murcia no haya dado más superhéroes al mundo, porque entre bañarte en la Manga y exponerte a una bomba gamma, tampoco hay tanto, vaya.