Todo el año es carnaval

Portada del ensayo Los "comics". Con el subtítulo: arte para el consumo y formas pop. Firmado por Ramon y Terenci Moix. En la que vemos a la derecha un cuadrado azul con una J blanca en su esquina inferior derecha. En el centro hay una fotocomposición con dibujos de peresonajes clásicos de bruguera como Carpanta, Gordito Relleno o doña Urraca, otros más aventureros como Tarzán o el Guerrero del Antifaz, y también otro del romance, el spionísitico e incluso lo que parece un fotomontaje con algunas mujeres saludando, una creación naïf que mezcla lo pop con los cómics variados de la época. En la esquina inferior derecha hay una marca de todocolección porque no conocemos la vergüenza.

Siempre parece que las cosas no hace falta contarlas hasta que resulta que sí que era necesario. Así que uno puede ver como publican, por ejemplo, por fin Deadendia en castellano, cómo sale un nuevo recopilatorio de Leñadoras o como Heartstopper se publica en gallego, incluso todas esas reseñas favorables del segundo Lo que más me gusta son los monstruos. Y pensar que ya está todo hecho.

Portada deDeadEndia volumen uno en la que vemos a sus tres protagonistas: En el centro Barney, un joven trans de pelo azul, a la derecha Norma, una joven de origen pakistaní, a la derecha Pugsley, un bug que lleva un fez y una capa. La imagen inferior es un parque de atracciones en cuyo centro hay una casa encantada. De ahí salen líneas que separan a los personajes y que nos muestran también a otros secundarios como Fingers, el Watcher, Courtney y cuadros de Logan y Badyah.
Portada del octavo voumen de Leñadoras en la que vemos al grupo de chicas corriendo detrás de lo que parece un ave roja gigantesca, quizá un dinosaurios, de cuyas plumas va colgada una de ellas.
Portada de Heartsotter en la que vemos las dos figuras de los protagonistas andando de espaldas juntos. También vemos el título del volumen: Rapaz coñece rapaz. Porque es la edición gallega.
Portada de  Lo que más me gusta son los monstruos libros dos en la que vemos la versión monstruosa de joven loba de la protagonista con el clásico dibujo como de bolis bic.

Pero esto, como las menciones regulares, reediciones, comentarios y blablabla de Fun Home, Camelot 3000, Strangers in Paradise, Nimona, Giant Days, Gender Queer, Sombras sobre Shimanami, Pedro and Me… de las publicaciones de Nazario, Mariko Tamaki, Kay O’Neill, Ralf König, Sophie Labelle o Tillie Walden… de Cosmoknights, Drama, Snapdragon, El Príncipe y la Modista… En fin, de tantas obras y autores. Todo esto, decía, no deja de ser para mucha gente más un ‘cómo están las cosas ahora’ que un ‘cómo han estado siempre’. Como si el Boy’s Love o el Yuri (o el Yaoi, claro) fueran inventos modernos.

Así que parece necesario hacer un poco de repaso, y recordar que tenemos ejemplos de sobra ya desde el siglo pasado. Y, muchas veces, por autores que no son precisamente queer. Lo tenemos en toda la historia de Andy Lippincott en Doonesbury, desde su aparición en los setenta hasta su fallecimiento en los noventa por culpa del SIDA, mientras suena de fondo Wouldn’t It Be Nice.

Tira de en la que vemos a Joani, la amiga y casi cuidadora de Andy, a punto de marcharse, él no la responde, ella le dice que no haga esas cosas... pero cuando va a verle se lo encuentra en la cama, mirando por la ventana, mientras suena Wouldn't it be nice...

Igual que lo tenemos en el Lawrence Poirier de la canadiense Lynn Johnston en For Better or For Worse, una decisión a partir del asesinato de un amigo de la creadora que decidió que había que hacer algo aunque fuera solo esto. Así que, como ella misma explica, aprovechó para que el mejor amigo de la familia protagonista saliera del armario. En una sucesión de historias que llevarían a que se lo contara también a su madre:

Tira de For Better or For Worse en la que vemos a Malcolm saliendo del armario con su madre. Él le dice que tiene algo que contarle, la madre le asegura que no habrá problema, blablabla. Al final él le dice: I'm gay. Y ella responde con un grito: DON'T BE RIDICULOUS!

Y, por supuesto, lo tenemos más cerca, en el cómic de superhéroes, ¿o ya no recordáis cuando a partir de todo el follón con Rawhide Kid resultó que Stan Lee tenía algo que decir de otro personaje?

“[Sgt. Fury and his Howling Commandos] had a gay character. One member of the platoon was called, I think, Percy Pinkerton. He was gay. We didn’t make a big issue of it. In this comic book that I read, the word gay wasn’t even used. He’s just a colorful character who follows his own different drummer. He follows a different beat. But we’re not proselytizing for gayness.”

Que altavisteado quiere decir:

“[Sargento. Furia y sus Comandos Aulladores] tenía un carácter gay. Creo que un miembro del pelotón se llamaba Percy Pinkerton. Él era gay. No le dimos mucha importancia. En este cómic que leí, la palabra gay ni siquiera se usaba. Es simplemente un personaje colorido que sigue a su propio baterista diferente. Sigue un ritmo diferente. Pero no estamos haciendo proselitismo a favor de la homosexualidad”.

Viñetas de Sargento Furia y sus Comandos Aulladores en las que vemos la llegada de Percival 'Pinky' Pinkerton presentándose con su gorra soja con pompón amarillo, guantes blancos y paraguas, mientras sus compañeros hacen posturitas como si fueran mujeres.

Por supuesto también hay historias como las de Donna Barr que creó en 1988 The Desert Peach, un cómic sobre Oberst Manfred Pfirsich Marie Rommel, conocido como Erwin pero, sobre todo, como The Desert Peach.

Portada de The Desert Peach en la que vemos a un joven amanerado, vestido de oficial nazi, en medio del desierto y con una bandera con un melocotón en el centro.

Una historia sobre este ficticio hermano del otro Rommel, pero que tuvo el suficiente éxito como para que la vida de este hermano menor se extendiera durante 32 números, hasta principios de los dosmiles. Dando tiempo, incluso, a que se creara un musical y a que la autora publicara una novela sobre el personaje. Y no solo eso, porque la autora no dudó en digitalizar las páginas y subirlo como un webcómic más, hasta el punto de que ahora se puede leer en Webtoon.

Por supuesto todo esto es al margen de ocasiones en las que las fichas van cayendo. Como cuando Osamu Tezuka decidió crear La Princesa Caballero y fue de tanto impacto este personaje andrógino -aunque perfectamente creíble, dentro de lo que los ingleses suelen llamar Sweet Polly Oliver, en España La Monja Alférez, y para el resto «Pues claro, como en Mulan«– que no solo influyó en sus lectores (y luego espectadores), también en personajes como Lady Oscar o Utena.

Claro que si alguien pensaba que sin duda Tezuka había sido malinterpretado para 1970 estaba su versión de Cleopatra, que ofrece personajes con intereses por su propio sexo como Apollodoria y Octavio.

Y luego estaban las mujeres de La Generación del ’24 -que como la del ’27 en España es menos un nombre propio que uno puesto por los críticos- que no dudaron en revolucionar el manga, especialmente el shōjo, incluyendo lo que llamaban ‘intimidad del mismo sexo’ mostrando, por ejemplo, el Shiroi Heya no Futari de Ryoko Yamagishi una pareja sáfica o Sanrūmu Nite de Keiko Takemiya un beso entre dos hombres, facilitando que en los sesenta hubiera más personas que siguieran ese tipo de historias, en primera plano, en segundo plano, en lo que fuera necesario.

Por supuesto lo hacían sabiendo que no en todas partes serían igual de bienvenidas, pero dándoles lo mismo. Creo que aún nos acordamos de los cortes, cambios y recortes que se hacían en Sailor Moon -en España también, aunque es cierto que los estadounidenses siempre fueron más ‘mogambos‘- o como se intentaba disimular con las cosas de CLAMP, como su Sakura.

Pero, por supuesto, siempre hay más.

Y no, no me refiero a los álbumes paródicos, ni a lo que sucedía en las abiertamente sexuales Biblias de Tijuana ni, por supuesto, a creaciones más ‘fanzineras’ en espíritu, más ‘iconoclastas’ y casi ‘punk’ como puede ser Tintin en Tailandia. Más arriesgadas también, que ya sabemos cómo son los de los derechos. Así que no debió de extrañarnos que la cosa acabara con arrestos. Pero eso, como de costumbre, sería historia para otra ocasión.

Tampoco hablo de esas decisiones particulares como que los robots tengan también género, que permitió a los Transformers crear este tipo de historias tanto en More Than Meet The Eye como en Lost Light, aunque demuestre que siempre hay tiempo para cambiar el chip.

O a Mike Barr, que parece que en Camelot 3000 se quedó con las ganas y aprovechó Malibú para darle a Mantra. Con el guerrero eterno Lukasz renaciendo dentro del cuerpo de una mujer: Eden Blake.

O los personajes secundarios del Sabre de Don McGregor.

O…

Vamos, que lo de ahora tampoco nos pilla tan lejos.

Pero quizá podríamos también hablar de otros creadores, personajes e historias.

Porque incluso aunque siempre haya habido también aliados, como demostró la versión americana de Strip A.I.D.S. (1988) en la que aparecía, por ejemplo, un Spirit de Eisner,

Ilustración de contraportada de Strip A.I.D.S. en la que vemos un dibujo de Spirit hecho por Eisner. Está el personaje junto a una pared en la que hay un cartel. El personaje dice: Victims of AIDS need help, not rejection!!

El cartel a su derecha dice:

Learn the truth about AIDS before it's too late.

en la contra de la antología, nada menos. Pero eso no quita que también haya habido siempre creadores queer.

Al fin y al cabo si han existido antologías como Strip AIDS (1987) o AARGH (Artists Against Rampant Government Homophobia) (1988), revistas como Gay Heart Throbs (1976 – 1981), Gay Comix (1980-1998) o Meatmen (1986-2004), o ese combo de documental y antología que es No Straight Lines (2012) que recogía ejemplos desde los años 60 es porque, bueno, siempre los ha habido. Aunque no siempre se estuviera mirando para allá. O aunque no siempre estuvieran a las claras.

Lo que pasa es que demasiadas veces las leyes las hace gente cuyo odio o miedo va más allá de lo razonable. De ahí que cuando uno se pone a investigar en el tema descubra que parte del follón venga de las leyes sobre lo que es pornográfico y lo que no. A uno le podría parecer que ese ‘hay que proteger a los niños de la pornografía’ es un truco nuevo para evitar que les llegue cualquier cosa que los asustados y odiosos no quieren que sepan. Pero lo cierto es que en USA hizo falta que el Tribunal Supremo dijera que una fotografía de un hombre desnudo no es inherentemente obscena. En 1962. Pero bueno, ya antes habían reconocido que Sexo y Obscenidad no eran sinónimos. En 1957.

Con ese tipo de leyes es normal que muchas veces fueran las revistas de ejercicio -igual que lo fueron en los años 30 las películas sobre ‘naturismo’ y ‘nudismo’ que a finales de los ’50s ya tenían su propia forma de exploit (menos porque antes no lo hicieran que porque para entonces ya eran toda una institución) en los nudie-cuties – y de ahí que varios de esos creadores fueran apareciendo en esas revistas o en historias relacionadas.

Algo en lo que podríamos comenzar con George Quaintance y sus ilustraciones, comenzando en los años 30 para portadas ‘spicy‘ que le daban una vuelta a las de Enoch Bolles. Convirtiéndole en una de las primeras figuras de estos physique magazine a mediados de los cincuenta.

Pero en la que habría que hablar, sobre todo, de Touko Valio Laaksonen, o Tom de Finlandia, que comenzó dentro de ese género, conocido como beefcake y que daría nombre a su personaje más famoso: Kake. Y en la que estuvo no solo él, también Dom Orejudos, o Domingo Francisco Juan Esteban Orejudos, que solía firmar convirtiendo ese Esteban en un Etienne y que fue uno de los grandes amigos y colegas de Laasonen y uno de los que ayudaría a crear la fundación que lleva su nombre. En ambos casos pioneros que influenciarían a muchos de los que vinieron detrás. Como John Blackburn, que a finales de los ochenta crearía el personaje de Coley, y Belasco, que a principios de los noventa llevaría mucho de este estilo y temas a la comunidad afroamericana.

En contra de lo que podrían pensar los antes citados y sus miedos, lo cierto es que no todo era material sugestivo o sugerente, lo que pasa es que -por lo que sea- tienden a recordar más este.

Por ejemplo, en los sesenta se fundaría The Advocate, una revista de tema queer que continúa hasta nuestros días. En ella podríamos encontrar a John Klamik, que firmaba Sean, haciendo chistes e ilustraciones desde prácticamente su principio, y donde creó la serie Gayer Than Strange, más cerca del slice of life y el cómic undeground. O a Joe Johnson, que llevaba los personajes Miss Thing y Big Dick Ambos más cercanos al panel cómico tradicional y con frecuentes apariciones de los personajes en las viñetas del otro. El primero una caricatura del gay afeminado, el segundo del gay machote que salía -precisamente- de esa idea creada en los physique. Por supuesto ambos autores harían más obras, por ejemplo Klamik crearía años más tarde la tira Up the Block para Frontiers, más cerca del humor cotidiano.

Viñeta de Miss Thing y Big Dick en la que vemos a ambos personajes en un bar. Hay un letrero que indica precios especiales para los Leather. Así que Big Dick -un joven alto y muy musculoso- va vestido con chaqueta de cuero Probablemente las botas también. Mientras que Miss Thing, un joven afeminado, lleva un conjunto setentero y un bolso al que agarra mientras dice:

Well, it's leather, isn't it?

Del mismo modo en la revista Drum estaban más cercanos a series más sugerentes, pero eso no les impedía tener al Harry Chess de Al Shapiro. Una parodia del spionistico tan de moda a mediados de los sesenta. Algo que hacía más sencillo introducir tanto el humor como la sexualidad, casi podríamos decir que como el tío gay que le enseñó todo a Austin Powers. Y que le facilitaría el suficiente reconocimiento como para que el cierre de la revista a mediados de los setenta no significara el final de la tira, pasando primero al Queen’s Quarterly y después a una nueva que pretendía recuperar el espíritu de aquella y se llamaba, claro, Drummer.

Lo cierto es que las revistas tenían también su propia vida. En Japón, por ejemplo, en 1971 el editor Bungaku Itō había convencido a la editorial Daini Shobō para poner en circulación Barazoku (薔薇族), la primera revista japonesa abiertamente gay y que incluía su propia sección de manga. Mientras que para finales de esa década verían en Francia la salida de Gai Pied, auspiciada por Michel Foucault, publicada por Pink Triangle e impresa por la Liga Revolucionaria Comunista. Y es que mucho estaba pasando en esa década.

Para los setenta Bruce Billings estaría creando Castro, una tira que salía en periódicos como The Voice y en la que se suponía que el protagonista era un perro pero se hablaba de su amo y la vida cotidiana de la Calle Castro de San Francisco. Y lo hizo de una manera tan exitosa que pronto había una cantidad tal de castro-clones que dio píe incluso a una especie de parodia en, precisamente, The Advocate. Gerard P. Donelan decidió que el cese de la colaboración de Joe Johnston con la revista la dejaba coja de humor, así que fue lanzando propuestas hasta que acabó con su propia serie: It’a a Gay Life, que en parte se dedicaba a hacer humor de esas historias de jóvenes gays y sus vidas cotidianas que tanto éxito estaban trayendo a Billings. Aunque lo cierto es que este no tuvo ningún problema. De hecho, cuando en los ochentas apareció la tira Murphy’s Manor de Kurt Erichsen acabaría colaborando con él en un flip-book con una selección de ambas colecciones.

Portada de Between the Sheets! que se nos señala como parte de los Castro Comics en la que vemos a un reportero de televisión entrevistando al dueño -vestido de cowboy- del perro azul Castro. El reportero pregunta:

And what was your best cheap trhill in San Francisco. 

El otro responde:

When I got a blowjob from a guy who had a mouth full of hot sourdough bread.

Debajo el perro apostilla: Is Garfield donna tell you stuff like that?

También en los setenta vimos la aparición de Come Out Comix de manos de Mary Wings, autora de novelas de detectives protagonizados por Emma Víctor pero más importante aún por este cómic, uno de los primeros de contenido lésbico explícito no desde un punto de vista sexual -lo que en mitad de todo el exploit de fumetti italiano, con títulos que ya conocemos como Jacula o Sukia, tiene más mérito- sino de autoexploración -espera, mala elección de palabras…- de su realidad y sentimientos.

Portada de Come Out Comix en la que vemos representaciones dentro del underground USa, con una joven de enorme pelo negro cardado sentado en la cama y preocupándose. A su alrededor hay una serie de viñetas sobre esos temas que la preocupan.

No sería la única, eso sí, en 1974 Roberta Gregory envió el cómic A Modern Romance a la antología Wimmen’s Comix, también creó la tira Feminist Funnies que posteriormente pasaría a expandirse en 1976 hasta crear el cómic Dynamite Damsels del que publicaría unos pocos números. Gregory seguiría publicando, por supuesto, creando en los ’90s a Bitchy Bitch en sus cómics de Naughty Bits para Fantagraphics. Y allá que sigue, claro.

También en los setenta, pero esta vez 1975, comenzó la publicación de Neil the Horse de Arn Saba, es decir, la canadiense Katherine Collins, una obra de estilo retro que funcionó como tira hasta 1982 y que en esos años de cierre del syndicate canadiense había dado el salto a comic book hasta su cierre definitivo en 1988. Que, por cierto, también tendría su correspondiente musical. E intentos -que en eso se quedaron- de convertirla a serie de animación entre esos finales de los ochenta y principios de los noventa.

Pero mejor volvamos a los ochenta, a esa época en la que el británico David Shelton se puso con Controlled Hysteria, Leslie Ewing publicando regularmente en Wimmen’s Comix, Burton Clarke sacaba Cy Ross and the SQ Syndrome, Jeff Krell creaba en 1982 la tira Jayson, con la pretensión de ser un Archie queer -y que tuvo también musical, e incluso un corto animado-, en 1983 Sylvia Mollick y Terry Ryan creaban la tira T.O. Sylvester -que, además, era el pseudónimo con el que la firmaban- , la canadiense Noreen Stevens estrenaba la tira sáfica The Chosen Family en 1984, mientras que Ivan Velez Jr. comenzaba a contar sus Tales of the Closet (1987-1993) entre la intención de hacer una historia realista, pero también divulgativa y educativa.

Los ochenta fueron también la década de Cath Jackson, Jerry Mills, Junichi Yamakawa, Jacki Randall, Vaughn Frick, Bill Ward, Oliver Frey o, por supuesto, Tim Barela.

Tim Barela sería conocido sobre todo por la tira Leonard & Larry, originalmente los secundarios de otra tira pero que acabaron como protagonistas de su propia historia, apareciendo en 1984 en Gay Comix -creado esa misma década por otra leyenda: Howard Cruse– y luego en The Advocate o Frontiers, y recopilatorios. Todo ello con un gran sentido del humor.

Viñetas de Leonard & Larry en las que vemos a unos vecinos nuevos mudándose al barrio. L amujer parece agradable, el marido no tanto, incluyendo decir que cree que los vecinos son...
Momento en el que aparecen Leonand y Larry llevando lo que parece una tarta de bienvenida. Que Leonard -con un polo y aspecto general clásico- le ofrece a la mujer mientras Larry - con una camiseta sin mangas, peludo, musculoso y con muñequeras con pinchos, pero con una sonrisa en el rostro le dice al marido:

NOW, if you two ever need anything- borrow a cup of sugar, use our phone, or if you ever need help dealing with any LATENT HOSTILITY TOWARDS HOMOSEXUALS- we're right next door, come on over
Escaneo de un libro sobre Leonard & Larry en la que vemos un texto: 

➤Jim Buchanan works at Larry's Leather on Melrose and has had a sad time of love. He lives with his cat, Smokey Bear, in Santa Monica. His last serious romance was given last rites when he discovered he was dating a Catholic priest-an episode which prompted a series of dream visitations from the ghosts of Jim's (and the cartoonist's) favorite composers:

A la derecha hay una viñeta de dos señores en la cama, sin camiseta. El de la izquierda se lleva una mano a la cabeza con expresión entre la sorpresa y el horror. El de la derecha sonríe posando su mano en el hombro de este.

El primero dice:

YOU'RE A PRIEST?!! I'M DATING A PRIEST?!... I'M LAYING HERE IN MY BED, NAKED, WITH A PRIEST! I JUST FINISHED BOINKING A... OH MY G-I JUST TOLD A PRIEST THAT HE HAS A CUTE ASS!!

El segundo responde:

And... BELIEVE ME... the priest REALLY ENJOYED and APPRECIATED you saying so.

Aunque, por supuesto, también en los ochenta había mucha variedad. De ahí que los británicos Don Melia y Lionel Gracey-Whitman pudieran crear Matt Black: Charcoal (1986–1987)

Portada de Matt Black; Charcoal en la que vemos un fondo rojizo con una silueta de Londres y, sobre ella, dos cabezas masculinas a las que le falta parte de la zona superior


Que, lo creáis o no, compite en la categoría superheróica. En la que, por supuesto, no está solo.

Porque el afroamericano Rupert Kinnard comenzó en los setenta dándose cuenta de que había una falta de supes de color que le llevó a la creación en 1972 de Superbad y luego de Brown Bomber en 1977. A este último lo creó para el periódico de su campus, y una vez la tira logró ser lo suficientemente popular lo sacó del armario. Pero aún tenía más por hacer, porque en los ochenta creo en Oregón la publicación Just Out para la creó a otro personaje más: Diva Touché Flambé. Así, junto a su anterior personaje protagonizaba BB and the Diva.

Portada de BB and The Diva en la que vemos a dos personajes en un fondo amarillo. Ella va con pelo corto y un vestido amplio violeta, cruzado está BB, un joven musculoso con un traje de superhéroes incluyendo un pañuelo que le cubre la cabeza hasta la nariz.

Una serie superheróica protagonizada por una lesbiana y un gay, ambos afroamericanos, a mediados de los ochenta. Para que luego haya gente que cree que este tipo de obras son ideas financieras o inventos nuevos (Que rima con ‘había antes de que tuvieras pelos en los huevos‘).

Por supuesto otra cosa que tuvimos en los ochenta fue una serie con sexo, drama y… furrismo. Vamos, una de gatos. Y es que Omaha era bailarina, de ahí que el cómic se llamara «Omaha» the Cat Dancer. Así que aunque su historia principal fuera heterosexual sabíamos casi desde el principio que ella era tan bisexual como sus autoras: Kate Worley y Reed Waller. Entre otras cosas por la relación que se deja caer entre ella y su amiga Shelly Hine, también bailarina. Claro.

Portada de The collected "omaha" the cat dancer volume 1 en la que vemos a la joven corriendo por las calles de la ciudad, con sorpresa y muy poca ropa, mientras es llevada de la mano por un gato de apariencia igual de juvenil. Ah, sí, son furries. Claro que son furries.

Originalmente creada como tira por Waller para un fanzine a finales de los setenta, y a partir de ahí, a principios de los ochenta, como comic book para Kitchen Sink Press, a partir del segundo número Worley – recién divorciada- comenzó a sugerirle idea y, finalmente, convertirse en la guionista de la historia. Fueron colaboradoras durante todo lo que duró la serie, que también fue su propia forma de drama que iban -lógicamente- ‘retrasando’ la publicación: En 1988 tuvieron un accidente de coche que dejaría a Waller con secuelas, en 1991 Worley fue diagnosticada con cáncer de colon y para 1995 la relación entre ellas estaba tan deteriorada que decidieron separarse y abandonar la serie inacabada. Worley se casó de nuevo y sería precisamente su marido el que tuviera que intervenir cuando en 2002 llegaron a un acuerdo para recuperar y completar el cómic después de que esta fuera diagnosticada con cáncer de pulmón, algo de lo que acabaría falleciendo en 2004. Ahí fue cuando su marido y Waller remataron la historia con las notas que Worley había dejado, hasta cerrarla en 2007.

No fue la única serie que duraría varias décadas. En 1987 Sean Martin comenzó a colaborar con una publicación de Vancouver publicando la tira Doc y Raider. Duraría una década, hasta 1997. Y 12 años más tarde, en 2009 la revivió con un formato nuevo, esta vez serían ilustraciones 3D, que mantendría hasta su fallecimiento en 2020. Para que veáis que no es algo que pase solo con La Abeja Maya.

Luego ya cada cual que prefiera su estilo favorito. Ehem.

Pero esto nos viene bien también porque, además de que la D sea de Defensa -¿de qué iba a ser si no? ¿de Divulgación? ¡Bah!- nos permite llegar a nuestra década favorita: Los noventa.

Como Diana Green, que en 1993 creó Tranny Towers, que comenzó publicando en Gay Comix. Una autora trans con un reparto que incluía personajes trans. La serie pasaría a la revista Lavender durante un par de años, tratando temas como la dismorfia, la alienación o los roles y normas de género.

Imagen de apertura de Tranny Towers en la que vemos a la protagonista y sus amigas, viviendo en una pequeña casa y soñando que están en una mansión con grandes trajes. Ah, sí, son furries. Para sorpresa de sospecho que nadie.

Aunque quizá en este blog pegue incluso más Bread & Wine. Un cómic presentado como novela gráfica porque el guionista fue Samuel R. Delany, acompañado al dibujo por Mia Wolff. Y prólogo de Alan Moore.

Portada de Bread & Wine en la que vemos un universo con La Tierra en el centro, hay dos manos cruzadas -con sus brazos detrás- encima de ella, con muchos anillos en los dedos. Vemos que el cómic tiene como subtítulo An Erotic Tale of New York.

¿Que por qué lleva como subtítulo An Erotic Tale of New York? Dejadme que mire las notas… Ah, sí, porque en él Delany cuenta como un escritor de ciencia ficción afroamericano conoce a un sin-techo y acaba teniendo una relación con él. Lo típico.

Por supuesto también hemos tenido giros. Como con Real Life, un webcómic que empezó en 1999 centrado en el humor de las situaciones cotidianas como las relaciones con los amigos, las relaciones románticas o cuando en 2020 la autora anunció que era una mujer trans. Ese tipo de situaciones cotidianas.

Tira de Real Life en la que vemos a la protagonista salir del armario ante uno de sus amigos. El amigo parece moderadamente sorprendido. Pero pasa a comentarle que Square-Enix hizo Final Fantasy 14 free-to-play hasta el nivel 60. Momento en el que la protagonista se muestra mucho más sorprendido mientras grita: Holy shit, the did WHAT?!

En realidad a partir de los dosmiles fue siendo más habitual, de hecho hay por lo menos cuatro personajes confirmados asexuales en distintos cómics, como Gwenpool, Connor Hake, Yelena Belova o, por supuesto, Forsythe Pendleton Jones III. Es decir, Jughead. Y si no tenéis claro a qué me refiere, no os preocupéis que os lo explico: Torombolo.

Viñetas de Jughead en la que vemos a este discutir con Kevin Keller, hablando sobre lo complicada que es la vida amorosa de Kevin frente a las ventajas de ser asexual de Jughead. También mencionan que Archie es más tonto que una piedra porque no le llega la sangre al cerebro.

Por supuesto a partir de aquí podríamos ponernos a hablar de… yo qué sé, de Eric Shanower, o de P. Craig Rusell declarando en The Comic Journal en 1991 que era gay. Pero también podemos volver para atrás.

Podemos mencionar a Marcia Snyder, que trabajó en los años cuarenta en Timely en títulos como Capitán América, o en Mary Marvel en la Fawcett, o en la joven de la jungla Camilla en, claro, Jungle Comics para Fiction House. Mientras vivía en Greenwich Village con su novia.

O a Matt Baker, un dibujante que comenzó a mediados de los ’40, recordado sobre todo por Phantom Lady. Sobre todo por una portada que Wertham publicó en La Seducción del Inocente en la que le acusaba de estar siendo demasiado sugerente para los menores.

Portada de Phantom Lady 17 en la que vemos a la susodicha en unos muelles, con un malo maloso de fondo. A su alrededor hay unas cuerdas que parecen menos atarla que decorarla, y la joven tiene unos claramente protuberantes pechos a punto de escaparse.

Baker se había ocupado del personaje después de que el Studio Iger se lo alquilara a Fox Comics. Baker rediseño el personaje, fijó una imagen, colaboró con la habitualmente no acreditada guionista Ruth Roche y… bueno, eso, Wertham.

Que, por supuesto, si hubiera sabido que Baker además de afroamericano era gay probablemente hubiera tenido algo más que opinar. No sé si distinto -probablemente sí- pero desde luego más

Baker fue un dibujante también de cómic romántico, uno de los primeros dibujantes afroamericanos que tuvieron éxito en la industria, como para que en 2009 le incluyeran en el Hall of Fame del cómic. Además de ser citado como influencia por Adam Hughes.

O podríamos hablar de Raúl Natalio Roque Damonte Botana, es decir, de Copi, el argentino que desde su adolescencia en los cincuenta dibujaría caricaturas para distintas revistas, que se instaló en Paris en 1962 -en donde realizaría la mayoría de su producción: escrita, dibujada e incluso montajes teatrales- y donde sería parte del Grupo Pánico, junto con Alejandro JodorowskyFernando Arrabal o Roland Topor. Su temprana muerte a los 48 años en 1987 fue lo único que pudo detener su creatividad.

Portada de Los pollos no tienen sillas de Copi en la que vemos al dibujo de pollo de Copi mirando con una línea hacia abajo como boca a una mujer sentada.

O podemos movernos un poco más adelante, a finales de los sesenta, cuando Jeffrey Catherine Jones comenzó su trabajo ilustrando portadas, hasta el punto de que Frazetta la llamaría ‘el mejor pintor vivo’. Jones pasaría a trabajar para King Comics, Gold Key Comics, Creepy, Eerie, Vampirella y lo que pillara, sin dejar las portadas, claro. Tuvo incluso una página regular en el National Lampoon entre el 1972 y el 1975 llamado Idyl, igual que tendría un cómic regular a principios de los años ’80 en la Heavy Metal llamda I’m Age. Y compartió el famoso The Studio en Manhattan formado además por Bernie Wrightson, Barry Windsor-Smith y Michael Kaluta. Nada de esto se borró cuando transicionó en 1998, como demostraron los múltiples elogios a su fallecimiento en 2011.

Así nos iríamos a los ’80s en los que el suizo Oliver Frey trabajaba en Reino Unido y lo mismo te hacía portadas de videojuegos o ilustraciones para revistas del ramo,

Portada de The Fantasy Art of Oliver Frey en la que vemos una ilustración de videojuegos en la que un personaje en armadura robótica parece estar saltando mientras dispara.

que te dibujaba erótica -o porno- gay firmando como Zack.

Portada de Bike Boy Rides Again! en la que vemos a un joven musculo vestido de motero que tiene agarrado por detrás, con sus brazos alrededor del cuello a un joven con una exigua camiseta de EMO que parece un mecánico.

En fin, podríamos seguir, por supuesto, podríamos hablar de Stephen Sadowski, Gengoroh Tagame, Bob Schreck, Daryl Toh

Podríamos hablar de que estás viendo internete y te encuentras compartida alguna tira de Foxes in Love, Oglaf, Haus of Decline, Jane’s World, Duncan & Eddie, Oh Joy Sex Toy

Podríamos hablar de éxitos recientes. Como que Penguin Random House lleve publicados en España, dentro de su sello B de Blok, nada menos que 8 números de Cloe y su Unicornio

Portada de Cloe y su unicornio número 8, llamada Amigas de acampada y en la que vemos a Cloe y su Unicornios bajo un cielo estrellado, asando unas nubes en una hoguera. La unicornio lo asa en el cuerno.

de la autora trans Dana Simpson. Mucho mérito porque uno ve la edición que hacen y se sorprende que de los compradores hayan pasado del primero.

Pero, claro, en España también tenemos lo nuestro. Como la revista Claro que Sí que dirigió Sebas Martín -a su vez otro ejemplo de autor queer de extensa carrera- y en la que podemos ver varios nombres

Portada de la revista Claro que Sí en la que vemos a dos jóvenes habiéndose liado por las correas de sus perros. Uno de ellos es grande y musculoso aunque sujeta en sus brazos un perro pequeño, el otro es un joven delgado que parece tener un enorme perro negro. Aparecen varios nombres impresos de los que hemos hablado como Ralf König o Sebas.

y alguno que no está pero que podría, como el de David Ramírez.

Portada de COnviVIenDo 19 días en la que vemos la versión dibujada de David Ramírez y de su marido separados por un muro pero aún en contacto tocando la pared cada uno en su lado.

Sí, estoy tan sorprendido de no haber usado la portada de B3 como ustedes. Y de no haber usado la de Sexo Raro ni os cuento.

O los cómics lésbicos como Bollería Fina de Rosa Navarro y Gema Arquero, Lesbilais de Victoria Rubio o L.S.B.,ANA – ¡El lesbicómic! de Teresa Castro.

Pero, vamos, que es que en Fandogamia están publicando -quizá no lo sabéis- un cómic… no, ese no. Me refiero a Educación Sexual con Chris y Randy.

Qué puedo decir, esto es un asunto internacional. Otra cosa es que el predominio anglo se note aquí también -ojalá otra cosa, pero esto da para lo que da que luego os quejáis de lo extenso de los posteos. Lo importante es que recordéis que hay mucho más porque esto ni puede ni quiere ser exhaustivo-, pero no por ello vamos a dejar de hablar de los autores de patrios.

Porque, además, uno nunca sabe dónde puede saltar la sorpresa. Por ejemplo, un día estas leyendo un cómic tocado por la mano de ROB!

Portada de Doom Force en la que vemos una clara parodia del X-Force de ROB! de la que ya hemos hablado alguna otra vez.

y cuando te quieres dar cuenta su guionista está diciendo que es No Binarie y que preferiría que la gente usara pronombres neutros para hablar de elle.

Une tal Grant Morrison, no sé si os suena.

Todo el asunto está en el enlace actualizado a 2023. Os pongo un pantallazo:

Pantallazo del artículo del enlace en el que leemos: 

October 18, 2023: Morrison publishes the first in a series of three essays to their Substack clarifying their thinking and preferences:

“I much prefer ‘they’ to ‘he’, if I’m being honest!”
“When I see people online correcting others for using the ‘wrong’ pronouns in relation to me, I’ll admit I recoil.”
“I don’t want my personal laissez faire approach to encourage any laxity towards to those for whom it really does matter and for whom the correct use of pronouns is a concern of urgent importance.”
“For me, the idea of being categorized is anathema; it asks too much of me that I cannot deliver. […] I’m too inconsistent, too open to digression and confusion to be that kind of reliable.”
“If ‘non-binary’ means to reject fixed male and female categories as inadequate to one’s personal understanding and instead to identify with a ‘colour wheel’ of available gender orientations and modes of presentation, then perhaps the shoe fits after all.”
October 24, 2023: Morrison publishes their most clear statement of pronoun preference in the third part of the Substack essay series: “I’m much happier being described as ‘they’ but I won’t give anyone a hard time for using any other pronoun.”

Aunque, por supuesto, esto no es todo.

No lo es porque aún no hemos hablado de una autora, creadora de una serie de cómic conocida tanto por su crítica como por su interés en el público de todas las edades, que se ha convertido en bandera de su país no-anglo, y en un clásico por derecho propio.

No lo es porque aún no hemos hablado de Tove Jansson.

Ilustración de los personajes de los Moomin en la que vemos al reparto general sobre un fondo rosa.

Efectivamente, la creadora de los Moomin -o Mumin, según- tuvo una serie de bien documentadas relaciones, incluida una que llevó a una serie de momentos vodevilescos que concluyó con la compra de una casita en una pequeña isla en el golfo de Finlandia.

Pero, puestos a rematar esto, y sabiendo que Janssen es insuperable, creo que es un buen momento para un cierre circular volviendo a Nazario. Un autor tan importante que podemos hacer esa catetada de decir que apareció en esa antología, No Straight Lines, que recogía los nombres más notables desde los años ’60 hasta ese 2012 en que se publicó.

Página de Nazario en la que vemos una colección de viñetas independientes, todas en inglés salvo un billete de mil pesetas con chulazo. Son diferentes visiones, momentos e historias que incluyen abundante presencia de travestis, Incluyendo una en la esquina derecha que dice: AGGG... How Diviiiine! They say that for us girls carnival lasts all year! Yipeeee! Incluye una dedicatoria: Para Terenci de Nazario.

Por supuesto lo mejor para terminar es recordar que las organizaciones estadounidenses GLAAD y Lambda llevan dando premios a cómics desde 1992 y 2014 respectivamente. Los equivalentes españoles -de haberlos- pueden comenzar los suyos cuando quieran.

Además de eso podéis echar un ojo -como he hecho yo, a quién vamos a engañar- en distintas webs como la Queer Comic Database, Prism Comics, Gay League o World Queer Story.

Cuatro mil quinientas palabras más tarde, lo importante es que haya quedado claro que gente queer ha habido siempre, ha estado haciendo cómics -en tiras, en páginas, en webcómics, en fanzines, en la puerta del baño, en…- siempre, y que siempre lo hará.

Por eso siempre hay espacio para ser consciente de esto, y reconocer haber estado equivocado, como le pasó a ROB! con EstrellaRota y con el pansexual que viene a salvar el cine de superhéroes, MuertoPiscinas. Pero ya sabemos lo que se suele decir: ROB! is ROB! Y es que de casi todo se sale.

Da igual a cuantos nazis haya que golpear por el camino.



5 comentarios en «Todo el año es carnaval»

  1. Lo que son las cosas, justo en dos Sábados en el trabajo en donde me pagan, se hablará por fin (que llevo desde 2007 tratando de que me dieran el vo.bo. para hacerlo) de que las comunidades diversas han estado aquí y allá desde siempre.

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