Desde que Disney compró Marvel se han creado muy pocas sinergias en lo que respecta a los cómics de la Casa de las Ideas y los personajes de la Casa del Ratón. Al contrario que con otras franquicias que ha adquirido la megacorporación como Star Wars o Aliens, que rapidamente dejaron en manos de la editorial su franquiciado en viñetas, el universo que Carl Barks construyó se ha resistido a caer bajo la supervisión de Akira Yoshida y sus mariachis. Hasta hoy. Porque empezando con el futuro megaéxito de ventas «Uncle Scrooge and the Infinity Dime» Marvel le va a enseñar a Disney cómo se hacen los tebeos en el siglo XXI para que se vendan
Con muchas, muchas portadas
Sin llegar a los nombres de abajo, me ha dejado patidifuso la cuarta portada. Y apenas terminaba de decir «¿qué…leches…es…esto?» cuando he reconocido un estilo familiar en las líneas de las plantas de los pies, y he dicho. Ah. Vale. Es el Tito Frank. Y efectivamente.
El resto, nada que decir. Otro aburrimiento de multiversos. El multiverso: nunca un concepto más gigantesco fue tan ràpidamente deglutido y quemado.