La cantidad de veces que digo que teníamos intención de hablar de una cosa y acabamos hablando de otra.
Tenemos aún lo de los vampiros por ahí, se va acabando el mes para lo del Universo -la G de Marvel, nos toca, y no estáis preparados para ella-, pero la actualidad parecía empujarme a hablar de cómics que sirven para engañar a Netflix.
Pero parece que La Cosa del Cómic sigue como de costumbre.
Lo suyo sería que ADLO! no tuviera por qué dedicarse a ser el sitio en el que contar la actualidad del cómic sino lo GENIAL! del cómic. Por algún extraño motivo parece que ambas cosas están más unidas.
Así que…
Habrá que contar las dos cosas.

Por un lado decir que la forma más sencilla de montarse una venta a Netflix es mediante un Webtoon. Tú te montas un webtoon y lo siguiente es intentar vendérselo a Netflix. Vale, quizá entre medias necesites que alguien lo esté leyendo, pero ya sabemos que eso es secundario.
En España, sin embargo, los que se montan películas son los de la ultraderecha. Y, como en Netflix, sus ‘adaptaciones’ no necesitan ningún parecido con el cómic del que hablan.
En un Webtoon te sirve casi cualquier argumento, a ser posible si se acerca al de algo que ya conoces de antes. A una serie histórica, romántica, misteriosa o… a algo de ‘un reality que sale mal’. A partir de ahí le dicen a Netflix: Sí, hombre, como El Juego del Calamar. (Referencia clara a Madrid) Y los otros sueltan la morterada.
La morterada que le gusta a los de España es más de chiringuitos, de ahí pueden desviar luego para poner denuncias. Que es lo que pasó el otro día.
Ya sabéis, primero Fandogamia publicó un libro de colorear y actividades para adultos. Que es algo que lleva tanto tiempo haciéndose que el editor de Deusto ya montó un pollo a la FNAC por estas cosas. La ultraderecha, que ya sabéis cómo es.
Luego a una distribuidora hizo lo que le salió de la oia y puso A PARTIR DE 6 AÑOS. Que, efectivamente, lo es. Y A PARTIR DE 16 también.
Entonces pasó el resto de cosas que suelen pasar. Que las librerías cogen la información de las fichas de sin pararse a comprobar con las editoriales -alguien tiene que haberlo subido, lo lógico es que siga lo que dice la editorial… y si no es así, ¿qué podría pasar?-, las distribuidoras mandan Servicios de Novedades sin pararse a mirar qué vende la librería porque si no le gusta ya lo dejará en un cajón – total, si no le gusta… ¿qué podría pasar- y en el Gran Mal suben los libros como suben cualquier otra cosa: Sin pararse a mirar y sin que les importe nada. Total, a la gente no le importa que no paguen impuestos en el país o que tengan a los empleados meando en botellas. ¿Qué podría pasar?

Famosas penúltimas palabras.
Pero volvamos a los Webtoons. Tú ya le has dicho a Netflix que le vendes uno que es de un reality y que con ocho actores -bueno, a lo mejor algún extra puntual o alguna cosa así para completar…- se lo montas y lo dejas barato barato y listo para consumir.
Es cierto que con las tiras pasa aquello de ‘esta es mi tira favorita y aquí están las 36 páginas de contexto de contexto que hacen falta para apreciarla’. Un poco como para entender lo de TRUMP! y Hannibal Lecter.
Pero como aquí se supone que están colgando una historia por capítulos la idea del contexto es menor. Cualquier parte puede ser fácilmente comprensible.

De hecho, el contexto y la capacidad de comprender las cosas es algo que siempre resulta útil. Sea para leer tiras, para leer posteos de ADLO!, o para entender que cuando una editorial no pone en ningún lado que un cómic sea para niños -no te digo ya para niñes- NO PUEDES ASUMIR QUE LO SEA SOLO PORQUE TENGA COLORINES.
¿Qué somos? ¿Zack Snyder?
Así que montar el numerito en televisión, mintiendo sin cesar y llevando el amarillismo a unas cotas solo igualadas por los coloristas originales de Hands of Kung Fu, solo sirve para alimentar a esa gente a la que le da igual la realidad.

Uno pensaría que Mentiras es un magnífico musical mexicano con una versión drag, pero resulta que es la forma en la que los fachas funcionan. De ahí que se inventen cosas como que hay sexo con un bebé. EL CLÁSICO BEBÉ CON BIGOTE.
¡EL BEBE QUE LES TIENE QUE IMPORTAR ES EL «SI BEBE NO CONDUZCA»!
Pero decíamos… Tú tienes tu webtoon con un estilo… irrepetible.

Pues rápidamente te puedes ir a Netflix a venderlo. Porque le van a ver las cualidades. Por ejemplo, el estilo de dibujo no está muy lejos de la calidad media de sus proyectos animados.
Vamos, para toda la gente que se empeña en que la calidad está en dibujar pies, aquí se dibujan pies:

Aunque, por supuesto, es posible que llegue la pregunta temida.
¿Tendrá tirón internacional? Porque, claro, muchas veces nos preguntamos si esto no será muy centrado en un contexto que resulte difícil de exportar.
Pero al final siempre hay temas internacionales.

Como la estupidez, la maldad o la mezquindad.
Así que el arte acaba llegando a todas partes…

para lograr interesar a un público global.
Por supuesto también se puede esperar que funcione el boca a boca, o que los medios hagan su trabajo.
¿Que cuál es el trabajo de los medios?


Parece bastante claro. – ‘que asegura que’ SIC-
En cualquier caso, siempre hay un hueco para una continuación…

…que uno esperaría que mejorara en calidad.
Pero que en realidad… tiende a ser más de lo mismo.

Por supuesto, uno podría pensar que este tipo de cosas llevarán a todo tipo de movimientos más o menos acertados.
Pero es que al final lo importante es que al final, por mucho que puedan tardarse. Se den los movimientos.

Que uno puede pensar que ese hablar de la ‘cancelación’ o que el único problema sea la teórica demanda de Abobados Cristianos y no la forma de portarse de la prensa -incluso, quizá, la tardanza en salir en su defensa, pero tiene pinta de que piensan que ‘autocrítica’ es un semanario de motor- dice casi tanto del texto de apoyo que de los que apoyan.
Pero, mira, les ha costado pero han sido capaces de mover el culo.
Otra cosa es que al final el punto de partida…


Y el de llegada

Demuestre más de cómo funciona el sistema que el propio contenido del asunto.
Especialmente cuando el que decide montar el pollo elimina aquello que no le viene bien para su relato.
![Tuit de Pedro F. Medina @Studio_Kat
En el que se lee:
Aprovecho este tuit, porque como se están compartiendo imágenes a saco del interior ya tanto me da.
Esta página demuestra claramente a quién va dirigido el libro: a adultos. ¿O los menores de edad suelen tener muchos hijos?
Contra el bulo, información.
Y leer un poquito.
Debajo, adjunto, vemos una imagen del interior de "El niño Jesús no odia a los mariquitas"
Hay dos bloques, con un grueso borde negro y texto entrelazado a imitación del de los cuentos.
En el bloque superior se lee:
Aceptar la existencia de homosexuales no significa que tú tengas que hacerte homosexual o que debas pertenecer al colectivo LGTBIQ. El amor entre un hombre y una mujer también está bien. Lo único que tienes que hacer es respetar su forma de querer a otras personas del mismo modo que ellos respetan la tuya.
[Vale, estaría mejor 'aceptar' que 'respetar', pero ya es algo]
En el centro hay un dibujo con un caricatesco homosexual vampiro, con zapatos de tacón, medias de rejilla, una flor en el pelo, y un crop top en el que pone Chenoa. También tiene colmillos, bigote retorcido y una capa con alas de murciélago, está sosteniendo a un niño que llora y al que han mordido en el culo.
En la habitación -de aspecto infantil- hay un señor encamado que grita asustado: "Aieee!"
En el bloque inferior pone:
Tampoco van a entrar en tu cada para profanarte el bullarenque, ni van a transformar a tus hijos en homosexuales como si fuesen vampiros.](https://blog.adlo.es/wp-content/uploads/2024/05/LosVampirosDelInterior.jpg)
Sinceramente, espero que Netflix contribuya con Fandogamia no tanto comprando sus cómics – que también, total -, como comprando los derechos para hacer la serie true-crime definitiva:
MI REINO DE PELUCHE
Rueden ya esas cabezas y corra la sangre abriendo las puertas batientes de los corredores de Antena Hez hasta que alcancemos a ver deslizarse hacia la cola del paro los cuerpos de ese club de discípulas de la purulencia catódica.
Y señalemos a las cobayas de la aristocracia comiquera que corren locas a la ruedecilla recreativa de sus propios intereses. Los que nunca señalarán ni exigirán que sean revisadas las condiciones de adjudicación de las licencias televisivas. ¡El dominio radioeléctrico es del pueblo!
¡Fandoinfamia!
No, si al final me voy a leer el cuadernillo entero de a gratis gracias a lo que han publicado quienes le «critican»… Que, supongo, era su jugada; quitarle a la editorial los cuatro lerus que cuesta (spoiler: les ha salido mal).