Estos dias recientes nuestras benditas y demasiado a menudo malditas redes sociales se han llenado de menciones a dos tristísimas eventos.

El primero ha sido un suicidio. Y si el suicidio siempre es evitable lo era más en este caso.
Una persona ha sido empujada a esta salida, que nunca es realmente una salida, por la maldita cultura de la cancelación que tanto daño y sufrimiento está causando en nuestra sociedad. Acusado públicamente de una serie de delitos que quizá cometió o quizá no, pues siempre se debe aplicar la presunción de inocencia y quiénes somos nosotros para juzgar, se vió sometido al incesante acoso de una jauría de supuestos justicieros. Jueces, jurados y en última instancia indirectos verdugos sedientos de sangre que nadie había nombrado. Este lamentable suceso nos debe hacer reflexionar y tomar medidas, legales si fuera necesario, que pongan freno a estos salvajes linchamientos p´úblicos que esgrimiento presuntos hechos acorralan hasta la inmolación a personas que, a falta de un juicio que demostrara lo contrario, eran inocentes.
Es hora de trazar una línea roja y no cruzarla nunca.
No permitamos que el suicidio de Judas Iscariote haya sido en vano.

Que como mínimo sirva de ejemplo de cómo no hay que comportarse para prevenir futuras tragedias. Y vosotros, los que corristeis a acusarle de delator y traidor vendido a los romanos por nosecuántas monedas de plata, avergonzaos de lo que habeis desencadenado a cambio de unos meros aplausos en el foro. Siglos venideros os condenarán, no me cabe la menor duda, como tampoco dudo de que su nombre será recordado como epítome de la amistad, el compromiso y la honestidad.
La otra noticia triste ha sido, como ya habreis imaginado, la pérdida de un querido y apreciado dibujante norteamericano.

¡Hasta siempre, Mark D. Bright!
Heavy Metal
hip-hop por el negro (y el blanco DEP)
¡Su nombre era ED PISKOR!