Sabemos que queríamos que habláramos del tema del momento y aquí estamos nosotros, dispuestos a ser la chispa de la vida.
Por eso hemos estado comentando las implicaciones de los cómics juveniles, el éxito de los superhéroes y todas esas cosas. Ya sabéis, las típicas conversaciones de barra de bar.
De ahí que la cosa acabara llevando a la gente que realmente se merece los premios. Por ejemplo:

El famoso superventas reciente, capaz de encumbrar a una autora pero sin los riesgos de que acabe poniendo una reclamación a la editorial como la de los monstruos. Pero no os preocupéis, no vamos a hablar hoy de eso. ¿Quién querría centrarse en las broncas?
Lo que es innegable es que la autora supo qué es lo que gustaba: Un círculo amarillo como en una obra de Alan Moore -o dos, si contamos también la mirada directa a cámara-, y una sonrisa llena de dientes en los que podéis ver, a poco que os fijéis, muchos bolsillitos. Una obvia referencia a ROB! Normal que le saliera una obra supreme.
Pero, ¿cómo podría ser mejor aún? Claramente con más ROB! De ahí que se nos ocurriera que había que ofreceros esa alternativa. Y para eso estaba Emilio.

¿Qué puedo deciros?
Estaba todo ahí, desde el principio.
No sé, faltó un salpicón rojo en algún lugar, entonces sí sería la portada perfecta.
Este «anónimo» soy yo, por cierto
Un auténtico cómic infantil va a acabar con todo tipo de salpicones rojos.
Siempre me olvido de preguntar qué marca de dentífrico usan los personajes dibujados por ROB!.