En esto de los cómics hay cosas que son nuevas (es decir, variaciones de cosas que ya hemos visto) y cosas que ya hemos visto (es decir, variaciones con gente nueva), y con eso más o menos podemos ir tirando.
Por ejemplo, la manía nueva de hacer cómics que sean «todas las versiones de X se reúnen» o «todo el mundo consigue los poderes de X» no deja de tener un sentido en la apuesta por lo que saben que va a funcionar. No, no hablo del multiverso, hablo de la posibilidad de sacar portadas alternativas, mercha y referencias para que haya gente que se sienta más inteligente. Además, sacar un nuevo personaje es complicado porque lo mismo la gente no quiere, sacar la versión alternativa de un personaje establecido -bien porque haya ganado nuevos poderes, bien porque es ‘de otro universo’- hace más fácil que los chicos del dinero den el visto bueno.
Por su parte, la manía antigua de «coge algo que haya salido en la tele/ el cine, y que les salga por las orejas» tiene siempre a alguien a quien usar mientras haya series y cine. No es como si una empresa se fuera a quedar sin gente a la que usar, claro.
Lo que pasa es que, a veces, se toman decisiones. Decisiones que llevan a, digamos, lamer unos culos concretos por pensar que su mierda sabe más dulce. Y entonces abres los cómics y te encuentras…
con lo que te encuentras…
como te lo encuentras…
Que, la verdad, acaba pareciendo casi una competición por ver en cuantos sitios puede aparecer…
…si no fuera porque, bueno.
A veces resulta que has elegido usar extensamente a dos personajes, y no solo a uno.
Con el problema añadido de que los dibujantes demuestran lo sencillo que les resulta dibujar a un tipo musculoso con traje. Y lo difícil que les parece…
…lograr que una mujer afroamericana de mediana edad…
…logre parecerse en sus mil apariciones de ese mes.
Incluso aunque hayas decidido sacarla…
…en las portadas.
El consuelo que queda es saber que cualquier intento anterior fue igual de inútil, y que incluso cuando hace años le dieron su propio cómic…
…los resultados fueron… como fueron.
Bueno, eso y, por supuesto, el saber que al menos este recurso tan antiguo se ha quedado ahí, y no nos ha tocado este mes chuparnos otro «todas las versiones de X se reúnen» o «todo el mundo consigue los poderes de X»…
…al menos no con ellos.
Anda; ni una Harley con el traje clásico ni Timm-style.
Lo paradójico es que parece que, cuanto más intentan que los cómics «molen», sean «inclusivos», se parezcan a las películas y series, hablen de temas de actualidad en Twitter, etc…
… menos venden y menos populares son.
Es casi como si el universo les mandara señales.
En realidad no.
Y no me refiero a cuando esos jipis de Marvel sacaron a mujeres, señores de color o, incluso… ¡mutantes que no eran los cinco blanquitos (y una mujer) con su jefe señor!
Los cómics que más venden son los infantiles -un día tengo que poner los datos de venta en librerías especializadas / venta en todas las librerías que solo con las diferencias entre Marvel y DC dentro y fuera tenemos posteo – que muchas veces siguen esas ideas.
Los dos autores de cómic que más venden en USA son Raina Telgemeier y Dav Pilkey.
El problema con las ventas de DC y Marvel, como las de España de Bruguera, es que el público que estaba ya no está ahí, y no está entrando público nuevo.
Pero, mira, si tengo un rato este fin de semana lo mismo el lunes tenéis posteo con esto.