En caso de duda en una celebración ¿a quién creerías? ¿a tebeosfera?

¿o a la editorial?

Si tiramos de hemeroteca…

…vemos (sobre todo si clicamos) que se presentó durante el 35 Salón de Barcelona, de 2017. Ni para uno ni para otro, aunque más cerca de tebeosfera. Pero todos tienen su parte de razón, pues el material infantil juvenil de ECC si es rastreable hasta 2012, aunque bajo el sello de DCKids. Es un poco como cuando te cuentan las historia de Vertigo y te cuentan lo del material de los guionistas británicos anteriores a la aparición del sellito.
Fuesen 10 años o 4 en el pasado 2022, lo cierto es que la linea que se traduciría como «Chavalin» consiguió enganchar a un público infantil y juvenil con sus historias accesibles con grapas económicas. Material interesante, pues como una vez dijo alguien «Si la línea Kodomo es para niños, entonces todos lo somos«. Es más, prometieron mantener el precio de las grapas durante varios años y lo cumplieron.

Precios de 2019-2022; no, no estoy llorando.
A lo que iba, snif, que desde su creación habían pasado unos años y habían enganchado a chavalería. Unos chavales que a lo largo de esos años, lógicamente habrían crecido.
Y al crecer ¿darían el paso a otro tipo de historieta, a material DC/ECC más adulto, por ejemplo?
El universo DC mainstream es desde luego bastante menos accesible que la línea Kodomo, se necesita algo de conocimiento y estudio previo del trasfondo de historias, autores y personajes para ser disfrutados. Y aun con eso a veces tampoco basta.
¿Cómo seguir entonces con ese público ávido que te has ganado? pues volved a la segunda imagen y repasad la última frase.
«…creemos que ahora llega el momento de ir un paso más allá»
Esa relación que tienes desde la infancia, ahora la otra parte quiere profundizar en la misma, probar otras cosas. Una frase que marca un final que es a la vez un nuevo principio. Mismamente como hace DC desde hace 40 años.
Así que les ofreces el material al que están acostumbrado en un empaque más acorde a sus edad.

Cartoné gordo.
Y consigues hacer el paso del lector de grapa al de tomo de dos cifras, qu es donde se maneja el percal.
Pero aquí se establece el dilema. Mientras se trataba de grapas de precio razonable tirando a bueno, uno podía imaginarse al chavalín con sus monedas entrando en la tienda a por su material. Pero si el siguiente paso es necesitar billetones o tarjeta ¿podemos seguir afirmando que la línea va encaminada a un público infantil o juvenil? tendremos que asumir que ese público ha crecido, lo mismo que ha ido sucediendo en Marvel, que desde su nacimiento han pasado ya más de 60 años y en ese periodo la edad media de su público ha subido unos 30. Este es el verdadero tiempo Marvel, dos años en las viñetas son uno en su público.
Pero si no son infantiles/juveniles ¿cómo los llamamos ahora? en esa duda estaba hasta que me llegó el último boletín de novedades de la editorial.

Suscrito estoy al mismo desde los no tan lejanos tiempos del confinamiento. En aquel momento tuvieron el detallazo de enviar por correo postal un minicomic gratuito a sus abonados. Que podría decirse que tampoco fue para tanto, pero menos todavía hubiera sido no hacer nada. Agradecido pues.
El caso es que en el desarrollo de esto de «para todas las edades» resuelven el dilema.

No los llames niños, llámalos lectores Kodomo. Y que saquen la tarjeta.
¿Están esos «niños que leen comics» en la habitación con nosotros ahora?
Pues es una buen momento -y conste que no es por seguir con el día- para recordar que en Hidra se vendían a patadas los cómics de DC. Y luego ECC los recuperó y le pegó una subida del precio a casi el doble.
Pero, vamos, que niños que leen cómic hay, lo que pasa es que están leyendo lo que saca Maeva, Mamut, SallyBooks y demás editoriales que no les obligan a hipotecar los pokèmons.
Soy escéptico sobre cuántas de esas ventas vienen motivadas por un «papá cómprame este tebeo» y cuántas por un «hijo, te he comprado este tebeo para que te dejes el videojuego un rato».
Yo es que me he dedicado a vender a niños enganchadísimos a Raina Telgemeier, por ejemplo. El éxito de «¡Sonríe!» es 1) real y 2) inexplicable para mí. Quiero decir, la misma autora tiene títulos que me parecen más fáciles, pero preguntas a muchos de estos niños y resulta que es su favorito.
Y como esa autora hay más ejemplos y cómics. Los de Problema Doble de Panini, por ejemplo.
Luego pasa lo que pasa siempre y nunca sabes por qué una cosa les gusta o deja de gustar. O dónde llevan la droga «Policán», «Super Patata» o «El lobo en calzoncillos». Pero aquí estamos.
También está la opción de que asumen de que en este tiempo su público objetivo ha tenido sus propios hijes y siguen comprando los mismos cómics con el pretexto de regalárselos a elles.