Elegir un tema siempre es complicado porque… hay muchos. Y, demasiadas veces, el tema de actualidad llama más la atención que todas las otras posibilidades que tenemos por medio. De ahí que intenten muchos estar ‘de actualidad’ hasta dos semanas, meses o años antes. Da igual si es para hablar de Superman: Legacy o para comentar que lo que todos sospechamos de La Muerte de XXXX es que a XXXX le falta nada y menos para volver a la vida. Y si bien son temas entretenidos siempre, sobre todo para intentar recordar quién queda que no haya muerto o quién es el último muerto en regresar, pero mientras montamos la web con El Regesómetro y El Muertómetro podemos hablar de otras cosas. Aunque parezca que esas cosas siempre acaban enlazándose con la actualidad.
Pero creo que es una buena semana para recordar que, a veces, la fama es pasajera. Lo que ayer podía ser una colección o un personaje bien conocido y recordado hoy… pues no.
Eso significa tanto que el personaje va teniendo cambios para ver si lo adaptan a la actualidad como que, simplemente, desaparece.
Normalmente pongo el ejemplo de Charlie Chan, que de ser uno de los investigadores más importantes del S XX en cuanto a libros y adaptaciones audiovisuales y en el resto de formatos -ahí están sus cómics en el Big Shot de la Columbia Comics comenzando por el primero de 1939-
desapareció prácticamente de cualquier radar en los ochenta. Probablemente ante la alternativa de tener que ser interpretado por primera vez en los medios visuales por un asiático. Es sorprendente -no mucho- la cantidad de veces que entre hacer las cosas bien o dejar de ganar dinero se escoge lo segundo.
Aunque, por supuesto, este es un caso más centrado en libros y audiovisual, pero también tenemos ejemplos de cómics y de más-o-menos cómic.
Por ejemplo, Herbie Popnecker. Un ejemplo de casi humor surrealista cuya primera aparición es de 1958. Estuvo en activo durante una década, incluyendo tener su propia colección, hasta que el cierre de la editorial American Comics Group le llevo hacia el casi-olvido.
Sí, Herbie era así. Aparentemente imperturbable, siempre con sus piruletas que le daban poderes y, claramente, una fuerza imparable. Es difícil de saber si a su pesar.
Un personaje de Grant Morrison en potencia.
Porque, además, decidieron darle un lado superheróico: Fat Fury.
Que tenía exactamente los mismos poderes de Herbie.
Podría pasarme la mañana hablándoos de él, pero no es el centro de la historia. Al menos no hoy. Así que dejémoslo en que era un personaje lo suficientemente conocido como para que, por ejemplo, Arthur Adams le hiciera una portada:
O para que Alan Moore dijera que era su cómic favorito.
Todo lo cual probablemente llevó a intentar recuperarlo a principios de los noventa, primero desde la editorial A+ Comics, que se supone heredera de la ACC.
y, tras el cierre de esta aventura, a continuación a que Dark Horse decidiera primero recopilar sus cómics en un par de volúmenes,
y luego intentar recuperarlo. Que para algo era un personaje libre de derechos.
La idea era hacer una miniserie de 12 números. Pero no pasó del segundo. Es decir, la cancelaron antes de que el primer número llegara a las estanterías por culpa de este sistema de venta directa que tienen los americanos.
Y sí, la portada del primer número era de John Byrne.
Como decía antes, a veces la popularidad de algo es difícil de establecer. O de entender, supongo.
Pasemos al lado hispano del asunto.
Supongo que mucha de la gente que lea esto tendrá una idea aproximada de quién es:
No, la respuesta no es «Ah, si, ese muñeco que sale en los Bendecidos Días, Que El Señor Nos Traiga Un Jueves De RISAS Y AMOR». Bueno, también, pero no.
Es Hijitus, de Manuel García Ferré, uno de esos casos en los que solo se acordaban de reclamar la españolidad del autor -que emigró a Argentina con 17 años y se quedó allí- cuando triunfó con Petete.
Pero el caso es que creó todo un universo de personajes, en principio en torno a la ciudad de Villa Leoncia con Pi-Pio y su rival, el malvado Paco Pum, pero pronto más extensa gracias al éxito de Anteojitos. La revista y el personaje.
Porque si bien Pi-Pio se había creado para la revista Billiken, Anteojito saldría ya para su propia publicación. Y allí estaría con el resto de personajes: Larguirucho, Oaky, Antifaz, Pichichus, Cachavacha o Superhijitus.
Tampoco es el tema de hoy, así que vamos a limitarnos a decir que tenéis un par de webs si queréis saber más de los personajes. Como esta que ya no está o esta que aún está.
Lo que sí que os puedo decir es que Hijitus tenía también su propia versión superheróica: Superhijitus.
Porque en un momento todo el mundo parece que lo tenía. Pero tranquilos, que esto no va de SuperGoofy. Esto va de que en 2002 la crisis argentina se llevó por delante la revista, y los personajes, pese a ser muy conocidos y haber tenido mil y una adaptaciones (Los primeros episodios animados son de 1967 con Las aventuras de Hijitus, tuvo su propio programa en 1968 El club de Hijitus, y muy pronto también películas como Mil intentos y un invento en 1972, programas de divulgación, películas sueltas como Trapito en 1975 o Manuelita en 1999, y en ese inicio de los 2000 Corazón, las alegría de Pantriste. Tras todo aquello solo se produjo tras el cierre Soledad y Larguirucho, una película de 2012 que mezclaba actores con figura animadas) y a aparecer en el Paseo de la Historieta de Buenos Aires.
– Sí, en Buenos Aires tienen un Paseo de la Historieta con estatuas de algunos de sus personajes más famosos. ¿Por qué? ¿En España no hay?-
Quizá por el fallecimiento de Manuel García Ferré en 2013, quizá por lo que decíamos antes de la fama, el asunto es que se anunció un acuerdo en 2021 para relanzarlos en producciones audiovisuales pero no ha habido mucha novedad, ni por ese lado ni por el de los cómics. Que es el que nos interesa a nosotros.
Y, hablando de García Ferré, no podemos olvidarnos de uno de los personajes que tuvo programa de divulgación propia.
Calculín era un mutant un joven muy inteligente con un distinguible peinado -espero que sea un peinado- con forma de libro.
Un personaje que se ha asociado en algunas ocasiones con el de Pointdexter.
Y si os estáis preguntando quién es Poindexter es que mi tesis de hoy está completamente probada. Porque Poindexter es esta persona:
Un niño-genio-científico que podía hacer todo tipo de cosas en su lugar habitual: El laboratorio de Poindexter.
Lo más importante, era un personaje secundario del personaje hacia el que íbamos: Félix el Gato.
No, el de los cómics.
Este.
La historia de Félix es la que mejor explica todo, por eso la he dejado para el final.
Creado en 1919 por Pat Sullivan y Otto Messmer -probablemente más por el segundo que por el primero- después de que este segundo hubiera trabajado en unas animaciones sobre Charlot y que el primero pidiera que se buscara algún personaje que permitiera hacer más rápidos los procesos. De todo eso sale Félix, y por eso es blanco y negro y con un diseño lo más sencillo posible… que luego lo sería todavía más.
El personaje se convirtió en toda una revolución. Quizá por ser un personaje un tanto gatuno, que hacía lo que le daba la gana y muchas veces era agresivo o innecesariamente rudo. La primera gran estrella animada, con su propia tira cómica y con una película propia en 1923 –Felix in Hollywood-, usado como emblema por aviadores -no me preguntéis por qué- como Charles Lindbergh o Ruth Elder -de quien se decía que llevó un muñeco de Felix cuando decidió cruzar el Atlántico sin escalas- y, por supuesto, los bombarderos estadounidenses.
Sí, antes que Batman estuvo Félix.
Los bombarderos cambiaban, se adaptaba el dibujo, pero ha permanecido allí durante todos estos años.
En 1928 un muñeco fue usado en las pruebas de la NBC para la televisión. Por ser algo sencillo y tan famoso que se podía reconocer con facilidad.
Y en 1933 fue el primer dibujo animado en tener su propio muñeco hinchable en el desfile de Macy’s.
El problema es que, en medio, había llegado el sonido. Y el sonido le sentó fatal a Félix porque pese a que le habían ido introduciendo secundarios (lo de siempre: la novia Kitty Kat, los sobrinos Inky, Dinky y Winky, un ratón llamado Skiddoo y el propietario de Félix: Willie Jones) no quisieron apostar por el sonido. Cuando fueron a hacerlo, tras el éxito de Disney – y que la Inkwell Studios de los Fleischer o los Van Beuren Studios venían ya experimentando con la unión de música y animación- llegaban ya muy tarde y muy detrás de todos sus competidores. Se unieron otra serie de problemas externos incluida la muerte de Sullivan en 1933 y, en resumen, para finales de los treinta -y pese a un acuerdo con Van Beuren que llevó a tres cortos en 1936- Félix ya no tenía el impacto que solía.
Aunque seguía en los cómics. Messmer seguía realizando la tira cómica diaria y las dominicales tras la muerte de Sullivan. Y con ocasionales colaboraciones de Joe Oriolo.
En el 43 cerraron las dominicales, pero Dell -sí, los de la semana pasada- le ofrecieron a Messmer realizar un cómic del personaje. -Con Jack Mendelsohn como guionista sin acreditar, por cierto-. Que, por supuesto, llevó a una cierta infantilización en lo que se mostraba. Cómo expresarlo en portadas…
En 1954 Messmer le cedió el puesto a Joe Oriolo -que quizá os suene como creador de Casper– quien decidiría que era un buen momento para relanzar al personaje.
Llegó a un acuerdo con el sobrino de Sullivan para gestionar los derechos audiovisuales del personaje, creando una versión incluso más fácil de vender del personaje. Eliminando los bigotes y colmillos para hacerlo incluso más claro. Primero le dio la Bolsa de Trucos que resolvería muchas situaciones y sería también motivo de muchas búsquedas. Y luego le creó una galería de secundarios con El Profesor, Rock Botom, Vavoom, Master Cylinder y, por supuesto, Poindexter. La serie tendría 260 episodios durante los dos años que estuvo en antena, entre 1958 y 1960.
Tras lograr los derechos completos del personaje Oriolo se lanzó a intentar recuperar de nuevo su popularidad. Comenzando por un intento de programa en vivo que solo puedo adjetivar como Pesadillesco:
Tras la muerte de Joe Oriolo en 1985 su hijo Don seguiría con los intentos y lograría que se hiciera una película animada… que no se llegaría a estrenar en cines en USA.
Lo que sí logró fue que la CBS aceptara unos dibujos animados que durarían dos temporadas, entre 1995 y 1997: The Twisted Tales of Felix the Cat.
Como veis, muchos cambios en el reparto para acabar casi en lo mismo. Hasta el punto de tener un Mad Doctor y un Leadfanny en los lugares de El Profesor y Rock Bottom.
Como esto tampoco funcionó el siguiente intento se hizo… en Japón.
ベイビーフィリックス o Baby Felix tenía a, efectivamente, Félix como un tierno infante.
Aprovecho este momento para decir que no estoy haciendo una parodia de absolutamente nada, que esto pasó de verdad y que las parodias salen, precisamente, por ESTE TIPO DE COSAS. Al menos no le convirtieron en rapero. La etapa Quack Pack tuvo suerte de saltársela.
Sea como sea, la serie tampoco funcionó. Por supuesto Félix seguía vendiendo merchandising y en Japón ha sido siempre un personaje muy vendido en ropa, diseño, muñequitos, un videojuego para la NES y de todo -que es lo que llevó a pensar que esta serie funcionaría- pero, claro, para hacer series o cómics hay que ir en otras direcciones.
Don Oriolo no ha parado, por supuesto. En 2008 dijo que había otro proyecto animado en gestación. En 2014 le vendió los derechos de Félix -sí, solo los de Félix, un lince es- a Dreamworks. Que en 2016 serían adquiridos por NBC Universal Comcast como se llamen esta semana.
En 2020 se dijo que la productora WildBeast estaba trabajando en una serie en 3D de Felix. De la que aún no sabemos nada, claro.
Bueno, ¿y los cómics?
Pues ahí sí que tenemos novedades. Este mismo año, en noviembre, la editorial Bottlerocket, el sello para juvenil de Rocketship, va a publicar un nuevo cómic. Que ha financiado por Crowdfunding.
El cómic nuevo de Felix, en el veremos qué secundarios pueden aparecer, será otro intento de devolverle esa importancia que tuvo en tiempos.
Escrito por Mike Federali y Bob Frantz, y dibujada por Tracy Yardley, ya veremos el éxito que tiene.
En cualquier caso, es la demostración de que pueden pasarse años sin noticias o apariciones de algo muy famoso. Que seguro que os suena. Aunque sea por haber visto referencias en otras obras…
O por formar parte del paisaje
Y, sin embargo, pueden olvidarse.
Pero también pueden volver. Aunque no está claro si van a encontrarse a alguien esperando.
Como decía al principio, siempre hay una idea, siempre hay una historia, y siempre hay una manera de traerlo al presente. Por ejemplo esta semana:
Veremos, qué es lo que nos encontramos con lo que fue tan famoso… hace ya muchos años.
Que habléis de Felix el Gato y que no mencionéis algo tan ADLiano como que McFarlane siempre lo colaba en algún cómic me parece… me parece… muy de medio de comunicación. Ea, ya lo he dicho.
¡Al revés! He preferido dejar por lo menos cuatro cosas fuera. ¡Las que ya conoce todo el mundo!
Ni el ventrílocuo ése que salía en aquellos programas matutinos llenos de marujas.
Ese sale en elíptico.
Todo acaba por regresar o nada acaba nunca, que ya lo decía Alan Moore.
«Dark Horse decidiera primero recopilar sus cómics en un par de volúmenes»
Gif de Jake GuyellMYSTERIO y «Vi lo que hiciste ahí»